Día del Vino en Argentina: por qué se celebra el 24 de noviembre y cuál es la mejor forma de disfrutarlo

Cada año se festeja la declaración de bebida nacional

Hoy 24 de noviembre, el país celebra el Día del Vino Argentino como bebida nacional. Una fecha icónica que permite revalorizar un producto que es reconocido a nivel mundial. 

En 2013 se sancionó la Ley N.º 26.870 que declaró al Vino Argentino Bebida Nacional. “A través de ella se busca difundir las características culturales que implica la producción, elaboración y consumo del vino y sus tradiciones”, señalaron desde el Ejecutivo.

Día del Vino Argentino

Según detalló la información oficial, Argentina es el único país vitivinícola en el mundo que declaró a su vino como bebida nacional. “La Malbec es la cepa más representativa del país ya que encabeza la cantidad de hectáreas plantadas con esa variedad: más de 43 mil. Si bien la Torrontés es la única uva nativa, la Malbec se distribuyó en todas las regiones obteniendo excelentes resultados”, aclararon.

Al mismo tiempo, destacaron que Malbec es la uva con que todas las bodegas abren cancha a la hora de exportar, y fue Argentina quien trabajó con la cepa y la posicionó en el éxito que tiene ahora. “Cuando Sarmiento fue a Francia y trajo la Malbec, para ellos era una uva de descarte, debido a que el clima allá no es tan cálido y las uvas y las pieles no llegan a madurar tanto y quedaba un vino ácido, tánico, astringente”, comentaron.

En este sentido, Diego Di Giacomo, sommelier y miembro de la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores de Vinos y Licores, aclaró que los franceses usaban esa especie para hacer vino de corte, es decir, mezclaban un poco con la uva Malbec solo para darle color.

Mitos

Los datos oficiales destacan que ocho de cada diez argentinos y argentinas toman vinos tintos, blancos, espumosos, rosados, dulces, secos; los toman a 12ºC o 18ºC, solos o diluidos con agua, con soda, o con hielo. “Si bien muchos lo consideran un sacrilegio, la costumbre de diluir el vino es tan antigua como el vino mismo”, aclararon. 

En Argentina y Uruguay se da la particularidad de diluir el vino porque cuando llegaba el vino en barcos, después de más de treinta días de viaje y más de 30ºC, empezó la costumbre de diluir el vino con agua, hielo o soda. “Eran vinos muy alcohólicos para poder tolerar tantos días de viaje en altas temperaturas”, detallaron.

Di Giacomo sostiene que hay que romper los mitos acerca del vino. “El vino debe tomarse de la forma que el consumidor mejor lo disfrute. No existen cepas, ni terruños, ni marcas, ni altos precios, ni estilos de vino que determinen si un vino es bueno o no lo es. Es subjetividad al máximo, por lo tanto, variable de un individuo al otro”, comentó.

“Hay que sacar al vino de ese lugar de entronización y bajarlo al mundo común. Hay romper con la idea de que uno tiene que agarrar una copa de vino y saber el año, la uva, la madera del barril. Todo eso es mentira, es muy subjetivo. Cierto es que cuando uno más sabe, más puede disfrutar lo que está haciendo, pero no es necesario saber teorías de los vinos sino más bien si la práctica, ir moldeando tu propio paladar. Para conocer de vino hay que tomar vino”, concluyó.