Acuaponía en las cárceles: el proyecto que combina producción con reinserción laboral
En la Unidad Penitenciaria 17 de Candelaria —Misiones— se puso en marcha un módulo piloto de acuaponía, que combina la cría de peces y la producción hortícola. La iniciativa busca formar oficios, promover el autoabastecimiento y fortalecer procesos de inclusión en unidades penitenciarias. Es un proyecto interinstitucional impulsado por la Secretaría de Agricultura junto al Ente de Cooperación Penitenciaria y al INTA.

La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación trabaja en un proyecto piloto de acuaponía en la Unidad Penitenciaria 17 de Candelaria, Misiones, en el marco del convenio de colaboración que mantiene con el Ente de Cooperación Penitenciaria (ENCOPE), el Ministerio de Seguridad de la Nación y el INTA.
La propuesta, que cuenta con la participación de equipos técnicos del INTA, busca capacitar tanto al personal penitenciario como a internos que transitan procesos de reinserción social, a través de un modelo productivo que combina la cría de peces y el cultivo de hortalizas bajo un mismo sistema.
En una primera etapa, se instaló un módulo de acuaponía basado en la producción de tilapia, un pez de agua dulce que se adapta con facilidad a distintos microclimas y ofrece buenas condiciones de viabilidad para proyectos de economía circular. El esquema productivo aprovecha los desechos de los peces, que tras un proceso de filtrado se convierten en nutrientes para las plantas —como lechuga, tomate Cherry y rúcula— del sistema, generando un circuito cerrado que maximiza recursos y reduce residuos.
“El módulo acuapónico instalado en La Candelaria es compacto, de bajo mantenimiento y fácil manejo”, indicó Ariel Belavi —especialista en acuicultura del INTA—, y detalló: “En apenas un metro cuadrado de superficie y un metro cúbico de agua, se pueden producir hasta 25 kilos de peces y 40 kilos de hortalizas al año. No requieren control de malezas, ni riego diario y funciona con materiales reciclados, lo que los hace accesibles y sustentables”.

Este sistema une dos tecnologías intensivas: la acuicultura de recirculación (RAS, por sus siglas en inglés) y la hidroponía. En el RAS, los peces se crían en alta densidad dentro de un circuito cerrado de agua que pasa por un biofiltro, donde habitan bacterias nitrificantes. Estas bacterias —Nitrosomonas y Nitrobacter— transforman el amonio (tóxico para los peces) en nitratos, una forma de nitrógeno que no solo es inocua para ellos, sino que además sirve de nutriente para las plantas.
Asimismo, Belavi subrayó que, en el marco del trabajo con el sistema penitenciario, esta tecnología ofrece múltiples beneficios. “Permite la autoproducción de alimentos frescos y proteínas para abastecer los comedores internos. Y, además, brinda capacitación y formación laboral a las personas privadas de la libertad, quienes aprenden a construir, mantener y replicar los módulos acuapónicos”, detalló.
Por su parte, Eduardo Terrado, director de Producción Porcina de la Secretaría de Agricultura, señaló que la iniciativa se inscribe dentro de las múltiples actividades formativas que se desarrollan en las granjas de unidades penitenciarias federales, con el objetivo de fortalecer oficios que contribuyan al autoabastecimiento de la población de las unidades penitenciarias a la vez que se transfieren conocimientos a los internos, otorgándoles una herramienta más en su camino a la reinserción social.
En este sentido, Terrado puntualizó que la articulación entre organismos nacionales promueve la innovación productiva, la capacitación técnica, herramientas de trabajo y autoabastecimiento mediante sistemas productivos circulares.
El plan contempla replicar la experiencia en otras granjas del programa ENCOPE, incorporando la acuaponía como un nuevo eje productivo dentro del esquema ya vigente, con potencial para abastecer parte de la demanda alimentaria de las propias instituciones.
FUENTE: INTA Informa



