La familia Valacco abrió las tranqueras del Establecimiento Santa Rosa.

Opción Rural

Hace pocos días se celebró el 111º aniversario de Mayor Buratovich y  como cada año, la Comisión de Festejos y el resto de las instituciones del pueblo organizaron las actividades para festejar  el cumpleaños.

Entre las actividades propuestas se encontraba algo distinto para esta ocasión,  una visita guiada al Establecimiento Santa Rosa.  Una visita que prometía adentrarse a las entrañas mismas de un lugar que no  todos conocen pero que sí observan desde afuera cuando pasan por el “camino a los molinos viejos” o “el camino al cementerio”.

Más de uno se preguntó… -“Cual es el Establecimiento Santa Rosa?  ¿Dónde queda? Y venia la respuesta: – “Pegadito al pueblo, por avenida Mitre al fondo… viste?   Allá donde se juntan los gauchos con sus carros y caballos antes de iniciar el desfile criollo…  ¿te ubicas?  -“Claro… lo de Toti Valaco….!!!   Ahora siiiii….!!!

Por supuesto que sí.  ¿Cómo no conocer ese campo? Si cuando llegas al limite del pueblo te regala las imágenes más hermosas de los atardeceres de Burato, y el característico olor a cebolla, y el olor  a ajo… desde ahí se escucha mugir las vacas más cercanas al pueblo, ahí es donde se ven los tractores arando tierra desde la Plaza Héroes de Malvinas, donde se vislumbra el primer verde, las primeras pilas de cebolla….

Pues, en este aniversario, este lugar tan cercano y conocido por todos abrió sus tranqueras para que lo visitaran, para que lo conocieran desde adentro.  Y ahí estaban Toti y Carmen, su señora, esperando a quienes quisieran acercarse.   Con la mesa puesta bajo la parra, las sillas, las reposeras, los  mates y  tortas fritas y una charla muy amena recordando su historia.

Entre  risas y nostalgia transitaron caminos con la memoria y mostraron el orgullo de ser gente de campo, nombrando a cada uno de su familia y recordando anécdotas que trajeron risas renovadas. 

Toti Valacco, como lo conocen todos, hoy en día cuenta con sus enérgicos 90 años, cargados de proyectos y  actividades y rodeado de su familia.

Su nombre de pila, Nazareno.  Nacido allá por el 1933 en la localidad de Médanos, ciudad cabecera del partido de Villarino.  Desde muy pequeño estuvo vinculado a las tareas rurales siempre relacionadas al ajo, a los 15 años se viene a vivir a Mayor Buratovich y se instala primero en La Julita, donde desarrollan con su familia diferentes tipos de producciones. Por esta zona conoció a su esposa Carmen, con quien formó su familia, tuvieron 3 hijos, Jorge, Silvia y Marcelo. Actualmente su hijo Jorge y su nieto Federico son quienes respaldan su labor en el establecimiento.

Se instalaron en este lugar en el año 1965, casi 60 años habitando estas tierras en una casa que estiman tiene 100 años de antigüedad, lugar al que llamaron Santa Rosa en honor a su madre.

El dato de la venta del campo se lo paso Esteban Salinas, (sabiendo que Toti se encontraba en la búsqueda de un lugar propio) quien en su momento le dijo:  “ acá tenés un campo flor y flor al lado del pueblo para comprar”,  la compra se llevó a cabo comiendo chorizos caseros con el dueño anterior,  cuenta Toti.

Las anécdotas trajeron lindos recuerdos y risas entre los que compartieron la tarde.  No faltaron las acotaciones graciosas y ocurrentes de Carmen.

-“Tengo el privilegio de decir que no me falta absolutamente nada, me sobra de todo, no es por orgullo, pero también me sobran años.  Tendría que haber nacido mas tarde”, remató Toti, lo que generó carcajadas entre los presentes.

La jornada duró un par de horas, se entregaron reconocimientos por parte de la Municipalidad de Villarino y la Comisión de Festejos. Y el cierre fueron muchos abrazos y agradecimientos por la recepción y la cálida atención de los anfitriones.

Por Alejandra Garayeta