La carne al ministro lo ayudo en los índices pero para octubre lo complicará

Hace rato que el emblemático producto viene salvándole el pellejo a la gestión económica, evitando que el índice de inflación alcance niveles aún peores. No siempre será así. Es más, puede regalarle un dolor de cabeza a pasitos de las elecciones

La polémica sobre el índice de inflación de junio seguramente será interminable, porque marca una nueva desaceleración de la suba de precios y es difícil encontrar justificativos para ello. A ciencia cierta el gobierno no está tomando ninguna medida de fondo que lleve a deprimir un proceso que devora los ingresos de la población. Además, Massa es ministro de Economía y está a su vez en campaña, con las suspicacias que eso genera.

Los datos que se conocen a partir del propio Indec apuntan a los alimentos como responsables primordiales del retroceso operado en junio, con un 4.1% de incremento en el mes. Es el rubro que menor inflación ha registrado en el periodo analizado y es determinante para la conformación del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

A ciencia cierta se trata de un dato que esconde realidades bien distintas, y dentro de él hay un rubro que ha sido clave para que el ministro candidato pudiera calmar los ánimos aunque más no sea coyunturalmente: la carne vacuna. Los números dicen que los cortes más populares subieron en promedio 1.5%.

El producto de la ganadería argentina volvió a ser el ancla que enmascara una situación de inflación desbordada. Las razones son conocidas: la seca, la obligatoriedad de desprenderse de hacienda ante la posibilidad de alimentarla y los bolsillos del consumidor argentino, dinamitados por esta política económica.

Azúcar, verduras y yerba fueron los alimentos que más subieron de precio en junio, entre el 18 y el 33%, muy por encima de la carne vacuna. Lo cierto es que el alza de precios en alimentos coquetea con el 120% anual y sería muy superior de no ser por lo que está sucediendo con el emblemático producto de la ganadería, que a decir verdad ha sido contra su voluntad la gran aliada del ministro candidato desde que llegó a Economía. En los últimos doce meses los cortes más populares quedaron unos 30 puntos debajo de la evolución de la inflación.

Obviamente esta realidad tiene correlato con lo que está sucediendo con la hacienda y su valor en pie. El precio real del novillo de consumo no ha mejorado demasiado luego de que perdiera mucho terreno en febrero pasado. El Consorcio ABC habla de una sobreoferta de carne vacuna en el primer semestre, con un plus en torno de los 158 millones de kilos, debido a un incremento del 13% en la faena. Descontado lo que va a exportación son unos 110 millones de kilos extra volcados al mercado interno.

Los niveles de encierre y los índices de reposición en feedlots anticipan una afluencia importante de animales para los próximos meses. Por tanto, una eventual recomposición de los precios en una magnitud interesante podría llegar recién avanzada la primavera o durante el verano, cuando los corrales se empiecen a vaciar. Dependerá además de cuán deteriorado se mantenga el poder adquisitivo de los argentinos.

Es justamente lo que debería temer el ministro candidato. Estos meses con una carne vacuna sobreofertada pueden haber anestesiado la capacidad para detectar el riesgo de subas que vuelvan a poner de manifiesto una inflación sin retorno. El punto es que no debería descartarse que la carne vacuna pegue un salto considerable antes de fin de año. CICCRA cree que a medida que El Niño despliegue sus bendiciones sobre pasturas y campo natural el productor tenderá a profundizar la retención de hacienda, lo que equivale a una menor oferta en el mercado interno.

Se sabe, menor oferta es sinónimo de precios en alza. La entidad arriesga una suba para octubre del 40%; otros tendrán números algo distintos, pero no cabe duda de que la carne puede reaccionar en el periodo próximo a las elecciones, seguramente lo que menos desearía ver el ministro candidato. Y es igualmente probable que tienda a cerrar la brecha con la suba operada en el resto de los bienes y servicios.

¿Será la carne vacuna un árbitro privilegiado en un momento clave para lo que viene? Es difícil decirlo, pero si tuviese sentimientos debería tener en cuenta que esta administración la condenó a un esquema con retenciones, una disparatada brecha cambiaria, cortes prohibidos, cupos y una inflación galopante que atenta contra las chances de la demanda.

Y entonces debería generar un tiro para el lado de la justicia, para con los propios productores y para con un gobierno que la vuelve a usar, esta vez para intentar enmascarar una suba descontrolada de precios que no puede manejar dado que la emisión monetaria sigue siendo desmedida.

Fuente: Chacra