El sector agropecuario está atravesando una crisis de doble impacto, la hídrica y la económica-financiera
El sector agropecuario argentino está atravesando una crisis de doble impacto, la hídrica y la económica-financiera, como correlato de la primera. Para confirmar esto, solo basta con observar los datos de lluvia del año 2022.
En muchas de las principales zonas productivas del país, ha llovido la mitad de lo que suele llover, esto provoca la segunda (aunque esta tiene ribetes de índole político y de mercados, aspectos que no vamos a tocar en este artículo). Para colmo de males, los pronósticos de lluvias no son muy alentadores, al menos hasta febrero.
Para la producción agrícola la salida del invierno se dio con poco trigo (menos de la mitad de lo que normalmente produce la Argentina en condiciones normales). En estos momentos gran parte de los maíces de primera se encuentran en muy malas condiciones y los de segunda, junto a las sojas, sobreviviendo y a la espera de algún chaparrón.
En zonas donde convergen la agricultura con las producciones ganaderas (como la nuestra, alrededores de la ciudad de San Francisco en Córdoba), muchos maíces se están vendiendo a empresas ganaderas que los pican para la confección de reservas (silaje de planta entera) y serán utilizadas para cubrir las necesidades nutricionales del rodeo para el próximo invierno.
Normalmente una hectárea de maíz rinde alrededor de 10 metros de bolsa de silo por hectárea. Los rindes de hoy están entre los 2 y 3 metros, con el consecuente incremento del costo de dicho alimento.
En el caso de los sistemas tamberos, la situación también es crítica. Los rollos de alfalfa, que normalmente se hacen en primavera y principio del verano, fueron pocos y en muchos casos ya se consumieron. Los maíces de primera se picaron con rendimientos exiguos, tal como lo mencionamos en el párrafo anterior. El precio de los rollos, de los subproductos y granos se encuentran en alza.
Ya se han pagado sobreprecios por grano de maíz y de seguir así, el invierno que viene va a subir más que el dólar blue. Entre el alto costo de los alimentos, la poca producción de las pasturas y el precio de la leche que demora en acomodarse (como siempre), muchos de los tambos no llegan a cubrir sus costos.
El productor agropecuario argentino es demandado permanentemente por cuestiones de diferente índole: productivas, comerciales, financieras, impositivas, legales, familiares y las relacionadas a sus equipos de trabajo y esto es normal, pero ahora no lo es. Estamos en una situación de crisis y eso genera otras demandas.
Una gestión de crisis exitosa incluye el análisis de la situación, así como de las ideas y estrategias para manejarla. También, es un factor importante la capacidad de analizar y desplegar rápidamente medidas que ayuden a paliar los efectos iniciales, para después tomar otras medidas y desarrollar estrategias efectivas para salir lo menos debilitado posible.
Tal como decíamos al principio, esta crisis es hídrica y económica-financiera. Afecta, en primera instancia, a la empresa, pero se traslada a nivel de la persona, manifestándose en lo emocional (enojo, angustia, depresión, no saber para dónde seguir, ni qué decisión tomar) como así también, en cuestiones de salud. Por eso es muy importante tomar las medidas necesarias para que no se produzca este traslado, aunque sabemos que una cosa es decirlo y otra muy diferente es poder gestionarlo.
A continuación, compartimos algunas ideas que pueden servir en estos momentos:
1. Las crisis son la causa de estados emocionales negativos. Conversar sobre ellos para tratar de encontrarles la vuelta hace más liviana la carga emotiva al compartir esa vivencia con otros. De esta manera, todos los involucrados podrán vislumbrar los escenarios posibles y prepararse para actuar en consecuencia.
● Converse con sus asesores para evaluar la situación y el impacto que podría tener en la empresa. Analicen y discutan las ramificaciones potenciales de la crisis, los daños y los problemas resultantes, como así también, las medidas y decisiones a tomar. Haga cuentas, pero no se quede atascado. No postergar la toma de decisiones y hacerse responsable de gestionar los cambios necesarios.
● Converse con su familia, para que esté al tanto de la situación y de lo que podría estar sucediendo en relación al funcionamiento de la empresa y de la posibilidad de que se reduzcan algunos gastos familiares.
● Converse con sus empleados, ellos deben estar al tanto de la situación. En estos contextos de crisis es importante reducir los rumores que atentan contra la motivación y el compromiso de los empleados. Hable de manera directa y clara sobre cuáles podrían ser los alcances y consecuencias de la situación. Ellos seguramente están sintiendo peligrar sus puestos de trabajo, deles seguridad y pídales paciencia y compromiso.
● Esté dispuesto a generar las conversaciones necesarias con directivos de cooperativas, gerentes de banco y hasta con políticos, para analizar posibilidades que permitan aliviar la situación.
2. Desarrolle un espíritu cooperativo, solidario y, sobre todo, empático, esencial para aprender a ver las cosas en perspectiva.
3. Esté presente en la empresa, a pesar de que las cosas no estén saliendo como quiere.
4. Escuche y esté abierto a opiniones diferentes, nuevas y críticas.
5. Tenga presente que de cada situación se aprende. ¿Qué es lo que usted puede capitalizar de lo que está transitando? ¿Qué cosas va a dejar de hacer y qué nuevas cosas va a comenzar a hacer?
6. Recuerde que las crisis no duran mil años y tampoco hay cuerpo que lo resista. Es cierto que ya lo sabemos, pero piense y analice cuáles deben ser las decisiones que deberá tomar cuando comience a llover.
Fuente: Todolecheria