El vínculo sanador del caballo.

Opción Rural

Hoy 3 de Diciembre es el día Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1992, que promueve los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concientiza sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.

Y en relación a estos derechos y bienestar, es que nos queremos referir al derecho a los beneficios que puede aportar, en varios aspectos, las terapias con caballos. Beneficios físicos, emocionales y sociales que impactan en las vidas de cada familia.

El caballo es un ser muy especial que, cuando entabla conexión con una persona, puede generar un vínculo sanador que beneficie a ambos.

Tanto la práctica de la equinoterapia como de las terapias pie a tierra, son de gran valor tanto para niños como para adultos, tanto para personas con discapacidades como para personas que no las tengan.

Una de las principales razones para trabajar con el caballo es conseguir estímulos beneficiosos, los principales estímulos emocionales y sociales de estas terapias son los siguientes:

• Mejora la autoestima y la confianza en sí mismo. Cuando alguien ve lo que es capaz de hacer con ayuda del animal, su realización personal aumenta.

• Desde el lomo de un caballo todo el mundo es igual: un jinete con discapacidad se siente en total igualdad con el resto de las personas.

• Se superan miedos y dificultades, se muestran los sentimientos y se controlan y gestionan mejor las emociones.

• Las terapias con caballos contribuyen al aprendizaje, la capacidad de atención, la memoria e incluso la capacidad de expresarse mediante los gestos y el lenguaje.

• Ayudan a mejorar las habilidades sociales estableciendo nuevos lazos de amistad.

• Contribuyen a crear valores morales, como el amor y cuidado por los animales. Cuidar al caballo, asearlo, cepillarlo, darle de comer, así como acariciarlo crean en el niño y aun así en los adultos, la conciencia de que hay que respetar a todos los seres vivos.

El caballo es un ser sumamente perceptivo, que puede mostrar hasta lo más profundo del alma de quienes establecen una conexión verdadera con él. Con solo estar presente, en el aquí y ahora, y tener un corazón dispuesto al encuentro, tus latidos formarán la mejor melodía con los latidos del caballo y la experiencia será única y reveladora.

Por: Alejandra Garayeta