Palermo sin los Holando pero con mucha presencia con el foro de desafíos post-pandemia

Con un foro sobre los desafíos post-pandemia, la Comisión de Lechería de la Sociedad Rural Argentina repasó la realidad de un sector que la política nunca atiende

Si bien este año en los salones de Palermo no hay animales Holando para la jura que debería darse el próximo viernes, por la decisión de los cabañeros de no afrontar los altos costos que significaban llegar a Buenos Aires, tal como lo contábamos en primicia en este medio el 8 de junio, la Sociedad Rural Argentina le dio preponderancia a la lechería en su 134° exposición.

Con el inicio de la muestra, una jornada especial sobre “los desafíos post-pandemia de la lechería” brindó un panorama sobre todos los eslabone del sector y las intenciones para seguir adelante.

Carlos Fuchs Facht, como titular de la comisión de Lechería de la SRA, brindó unas palabras de bienvenida augurando que el encuentro sirva para poder seguir apostando al sector, con acuerdos fundamentales, a pesar de la falta de políticas reinantes: “Estamos inmersos en algo que no sabemos a dónde vamos. Desde Sociedad Rural, desde la parte gremial tenemos que dar el mensaje de estar alineados, el productor y la industria. Ojalá podamos unirnos todos y pensar con suficiente claridad a dónde tenemos que ir”.

De forma virtual y desde Chile, Eduardo Schwerter Añazco realizó un detalle de la realidad del sector en el continente, como presidente de la Federación Panamericana de la Leche, con la mirada que le aporta su calidad de productor, pero también con más de 22 años de trayectoria gremial.

Fepale trabaja sobre cuatro objetivos clave como los territorios, comunidades y el progreso de las poblaciones rurales; la sostenibilidad ambiental y el bienestar animal; los lácteos y la nutrición humana; así como la cadena láctea, la economía y el agregado de valor.

En 2021, la lechería en nuestro continente creció algo más del dos por ciento y “la incógnita es cómo se va a comportar en la actual temporada”, en la fase primaria, mientras que en la industria Argentina, México, Panamá, Uruguay, Chile y Brasil se destacan en el proceso de leche cruda, que tiene el gran reto de mejorar los porcentajes de leche informal, para mejorar no sólo en cuestiones impositivas, sino también en calidad y efectos en la nutrición humana.

“Somos una región importadora, pero la situación ha ido mejorando en cuanto a las exportaciones de la mano de las exportaciones lecheras, existiendo una brecha de cuatro mil millones de litros a 2020, con lo cual se presenta un gran reto para enfrentar”.

Schwerter Añazco reforzó los conceptos de la campaña “Sí, a la leche” que la Federación viene desarrollando hace años, para fomentar el consumo de lácteos en el continente, ya que sólo Argentina, Uruguay, Costa Rica y Brasil están sobre el promedio recomendado, respecto al resto de los países, pero también ante la competencia de los productos en base a bebidas vegetales, que combaten a la leche, pero utilizan términos y espacios en los comercios.

Las normativas de etiquetado en diferentes países no afectó al consumo de productos lácteos, a pesar de lo que se creía previamente a la puesta en marcha.

“A pesar de todo, el consumo mundial sigue creciendo y hay espacio para seguir ampliando el consumo”, subrayó de forma optimista.

Para proveer al mundo, Amércia Latina tiene mucho potencial para seguir avanzando, no sólo por la tierra, el agua, sino también por la capacidad de los recursos humanos para esta tarea, “hay que seguir defendiendo firmemente a nuestro sector”, explicó a pesar de tener una tendencia a la reducción en la cantidad de productores pequeños, en algo que es una tendencia mundial ante la que no hay que resignarse.

Seguidamente, Elida Thiery, periodista especializada en lechería brindó una exposición sobre la necesidad de “Lograr un lobby positivo en la lechería”. Con un repaso de la realidad del sector en los tambos y las industrias, la intención estuvo puesta en invitar a pensar los puntos de acuerdo que tiene el sector para conseguir acciones que movilicen a las políticas que atañen al sector.

Superar el pago por litro para la materia prima, la venta de leche en negro, pero también la desatención por parte de quienes gestionan las políticas, deben orientar la gestión de acuerdos básicos que ya se presentan en el sector, pero que merecen ser gestionados para conseguir cambiar el peso de la lechería en el mapa de la generación de trabajo, en el movimiento del mercado interno, en el crecimiento de las ventas al exterior, en definitiva que se le de la importancia que tiene una economía de impacto directo en la situación social.

Panel de lechería en la Expo Rural

Con un interesante intercambio, se generó también un panel en el que participaron industriales y el sector primario.

Alejandro Reca de lácteos San Ignacio detalló la manera de trabajar pensando “afuera de la caja” en tiempos de pandemia, para poder mejorar el negocio y adaptarlo a las nuevas demandas y consumos. Cambiaron la matriz energética con la implementación de una caldera con pellets en la planta donde elaboran queso azul, desarrollaron un sistema de trazabilidad en uno de los tambos que tiene como proveedor la empresa, que lo seguirán replicando en los demás.

“No nos quedamos quietos” y fue así que cambiaron el fraccionamiento de los dulces de leche, pero también lanzaron un nuevo producto, la leche chocolatada de litro e individual.

Esteban Magnasco de lácteos “Don Atilio” y del Cluster Quesero de Tandil repasó la historia de la empresa que se inició con un tambo en el año 1973, luego de una gran experiencia quesera, pero decidieron iniciar una nueva etapa obedeciendo a la voluntad de su padre. Mientras espera volver a exportar, con sus dos hijos dentro de la empresa, entiende que para seguir adelante “hay que aguantar, hay que tener resiliencia, que es un término muy habitual para este país”.

Por su parte, José Imbrosiano, director de Adecoagro, la empresa más importante de producción primaria en el país, con la producción propia de 500 mil litros de leche cruda, destacándose en los equipos de trabajo el rol femenino en las responsabilidades. La empresa que cuenta con plantas en Chivilcoy y Morteros, compra actualmente más de 300 mil litros a otros tamberos, para poder abastecer al mercado interno, pero también salir al mercado externo, con la convicción de generar empleo y reinvertir en líneas de producción para eficientizar los procesos y en definitiva conseguir mejores precios para la producción.

Gustavo Augel tiene un tambo pequeño en la zona de Lobos, es la tercera generación de tamberos y desde 2001 está al frente de la empresa familiar. “De la tranquera para adentro, un tambo chico es todo un desafío, desde donde se lo mire”, no sólo por la producción de leche en sí, sino por la contratación de servicios, por los costos, por la falta de crédito disponible, entre otras cosas.

El trabajo gremial le demostró que la problemática se extiende a todo el país, pero también existe una falta de unidad entre los productores que se tiene que revertir, más allá de las diferencias entre las entidades, sino apuntando a la calidad de la materia prima, aprovechando las herramientas de las que dispone la FunPEL, para avanzar en acuerdos firmes.

El tema del pago por calidad fue central en el intercambio, coincidiendo todos los expositores en la necesidad de generar un cambio que no sólo impacte económicamente, sino también que fuerce a todos a crecer cualitativamente para tener un notorio salto a la hora de procesar los productos y mejorar hacia adentro de la cadena.

Sobre el cierre del panel se plantearon los desafíos de cada uno hacia adelante. Para Imbrosciano hay que “crecer, con eficiencia y todos juntos”. Para Recca, “se necesita previsibilidad, porque la incertidumbre no le gusta a nadie, pero tenemos que poder hacer”. Magnasco entiende que para crecer se necesitan “evaluaciones crediticias acordes a cada empresa”.

Desde la mirada del tambo, Augel dijo: “Me encantaría poder cobrar mi litro de leche en tiempo y forma para saber cuánto puedo gastar”.

Criterios de lechería

Sobre el final del encuentro, Raúl Catta en representación de SRA recorrió algunos de los apuntes fundamentales que la entidad contempla para el sector.

En cuanto a los desafíos constantes, habló de la ausencia de previsibilidad para atraer nuevas inversiones y aumentar la eficiencia. Ante un mercado intervenido, con precios máximos y cuidados y el manejo coreografiado de los volúmenes de exportación, también se debe enfrentar la alta presión impositiva y laboral, donde toma parte “la demanda gremial desproporcionada en la industria, resultando en un costo laboral insostenible que limita la capacidad de pago de la leche al productor”.

“Las brutales intervenciones del Estado en el mercado es un tema que tenemos que analizar en profundidad”, recordando que la SRA tiene una presentación judicial por el tema retenciones que espera definiciones y debe reconfigurarse hacia la salida, con una red de contención para esa situación.

También los mercados están afectados por la falta de competitividad que genera la marginalidad y la corrupción que se refleja en el comercio local.

“Hay que poner en marcha la estrategia para lograr que el pago se realice efectivamente en función de los atributos de composición y calidad. No se cumple la información del precio antes de que comience el mes establecida por la Resolución 299, tampoco los laboratorios arbitrales, entre otros aspectos ya acordados!.

Debates como el de producción a pasto y el encierro total, además de los caminos intermedios, se mezcla con la escasez de mano de obra debidamente calificada, que encuentran alguna justificación en la industria del juicio, el formato de tambero mediero, el costo laboral, el de las obras sociales y su servicio, o la vida rural lejos de beneficios de ciudades.

La lechería debe avanar hacia mayores inversiones para mejorar el confort animal y asegurar la producción, tiene que salir a dar respuesta al avance de productos que compiten con los lácteos.

En este sentido, se debe adaptar el negocio a los nuevos hábitos después de la pandemia, donde también entra en juego la elevación de costos de transporte y logística, aunque también ahora se suman valores a insumos, que van desde alimentos, a fertilizantes, pero también en cuanto a energía.

“Desde el comienzo de la guerra los precios de la leche en polvo entera cayeron un 16 por ciento, de 4.500 a 3.750 dólares”, por lo tanto la profundización de medidas que afectan a la producción como el cepo al dólar, precios de la energía en alza, más precios cuidados, control de cambios para las importaciones, siguen complicando el futuro inmediato del sector.

Catta y la Comisión de Lechería de SRA entienden que “el camino hacia la vuelta a la racionalidad económica, va generar una particular y delicada situación para la actividad. El desafío pasa por generar un camino de transición ordenada por lograr volver a la senda de la inversión, evitando que el negocio lechero caiga en una crisis económica-financiera como la que ocurrió en 2016”.

Fuente: Agrofynews