Sigue la preocupación de los tamberos por la suba de costos y crece el temor por la posibilidad de una devaluación abrupta

Un alto porcentaje de los costos de producción del tambo están dolarizados, como es el caso de los agroquímicos y fertilizantes. La marcha del negocio en un contexto complicado

Los tamberos del oeste de la provincia de Buenos Aires encendieron sus luces amarillas: los valores de los lácteos pierden espacio frente a la fuerte suba que experimentan los costos de insumos, tales como fertilizantes y herbicidas que están dolarizados, sin olvidar también el encarecimiento del alimento de buena calidad lo que es vital para la producción de las vacas lecheras. En los tambos, tal como se presume en buena parte del campo argentino, se teme también por los efectos que podría tener una devaluación abrupta del peso, ya que esto representaría un serio dolor de cabeza a la hora de acomodar todos los precios del negocio de la leche.

Este sobresalto se suscita en momentos en que los exportadores lácteos en la Argentina se ven aún beneficiados por la firme tónica alcista que presentan los precios internacionales de los lácteos. Hace una semana, el remate Fonterra en Nueva Zelanda cerró con una suba de casi un 2% para el precio de la leche en polvo entera, que se pagó a USD 3.987 por tonelada.

Más allá de esta bonanza, que de alguna manera llega con sus beneficios para el comercio exterior de lácteos argentinos, nadie en el sector lácteo descuida el endeble frente interno. Con un dólar que en el mercado informal se paga a más de $200, mientras que la brecha con la cotización oficial que paga el Banco Nación ronda un nivel del 100%. Esto se traduce en un fuerte escepticismo e incertidumbre sobre el valor de buena parte de los insumos dolarizados, vitales para los establecimientos ganaderos que requieren calidad para la leche que generan.

Matías Peluffo, presidente de la Cámara de Productores de Leche Cuenca Oeste de la provincia de Buenos Aires (CAPROLECOBA), comentó a este medio que “los precios en el mercado externo están muy firmes. Algunos países como Nueva Zelanda y Estados Unidos cuentan con precios récord para sus productores. El mercado internacional muestra que hay buena demanda de lácteos. Eso, aunque de un modo muy diluido, llega a la Argentina: es una señal firme para el sector lechero de nuestro país”.Los precios internacionales de los lácteos continúan en valores altos.Los precios internacionales de los lácteos continúan en valores altos.

Para la producción lechera local, esta referencia resulta muy importante. Esto cura buena parte de los males que puede reportar el negocio lácteo, ya que el sector externo representa cerca del 25% del destino de la producción de leche de vaca de Argentina, que durante el 2021 registró un incremento del 3,9% interanual e hizo que hoy casi no se registrara mercadería ni materia prima en stock. La exportación de lácteos presentó un nivel de ventas de casi 520 millones de dólares en el período enero-agosto de 2021, con envíos registrados por unas 170 mil toneladas.

Verano

En diálogo con Infobae, Peluffo comentó también que “con el comienzo del calor, a partir de octubre de 2021, se inició la época del año cuando la producción de leche alcanza justo para abastecer el mercado interno. Por ello comienza la puja de precios de las usinas para hacerse de materia prima. Se sabe que con el verano y las vacaciones, el mercado argentino va a necesitar leche. Las empresas incrementan su búsqueda entre diciembre y enero. Pero más allá de esto, la preocupación más importante de los tamberos tiene que ver más con la suba de costos que con una potencial suba de precios para su leche”.

El titular de la entidad de productores afirmó que en los tambos “estamos más pensando en los próximos meses sobre una posible devaluación, que nos deje mal parados y peor que ahora. Los costos vienen ya subiendo mucho más que el precio de la leche. Y este es el caso que registramos para los valores de la urea, algunos herbicidas y también el glifosato. Todos estos insumos vienen subiendo muy fuerte”.

“Con el verano –dijo Peluffo- se presenta la expectativa de que puede faltar un poco de leche, por la estacionalidad misma, esperando que esto suceda entre el verano y el otoño, y aguardando que allí vuelva la posibilidad de acomodar los precios. Sin embargo, hay que decir que la principal preocupación hoy de los tambos está dada por el lado de los costos”.

Fuente: Infobae