Flexibilización del cepo: detalles en espera y un daño que ya está hecho
La reapertura de las exportaciones de carne de vaca de conserva a China estaba prevista para este lunes, pero restan definiciones; las pérdidas de los productores y los costos extra que afrontaron
El Gobierno nacional anunció, la semana pasada, que reabrirá la exportación de carne de vaca de conserva con destino a China a partir de este lunes 4 de octubre. A priori, según los anuncios del flamante ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, se liberaría sin restricciones la exportación de carne de vaca conserva de las categorías D y E, levantándose la prohibición de exportar determinados cortes de las mismas. Asimismo, hasta que no se publique oficialmente la resolución hay dudas en torno a la letra chica: aún no se sabe si esta liberación incluiría los stocks acumulados en las cámaras de los frigoríficos exportadores, de animales faenados tras la imposición del cepo.
En tanto, un informe del Rosgan ponderó “el cambio de posición” que significa esta flexibilización, aunque aseveró que “la medida no deja de ser una corrección parcial y temporal”, puesto que tendría vigencia hasta el 31 de diciembre, lo “que no resuelve la imprevisibilidad de fondo con la que sigue trabajando”, precisó.
El daño ya está hecho
El informe de ganadería y finanzas publicado por el Rosgan este lunes dejó en evidencia que las pérdidas ocasionadas no tienen vuelta atrás. “En concreto, el daño para el productor ya está hecho”, enfatizó, y agregó: “Estimando solo la pérdida de ingresos que implicó esta ‘retención’ forzada de vacas en los campos que no llegaron a faena, el número superaría los 9.000 millones de pesos. Esto resulta de un simple cálculo, 200.000 vacas menos que se faenaron durante los meses de mayo a agosto, valuadas al valor promedio ($110 por kilo vivo) al cual podía haberse vendido este tipo de hacienda, de no haber sido por la disrupción generada por el cepo”.
Por otro lado, la publicación de la entidad reflejó que la citada cifra estimada representa un piso dado que no contempla “ni la pérdida de valor a la que incurrieron las 740 mil vacas que indefectiblemente llegaron ser faenadas a un menor valor de mercado”, ni tampoco “los extra costos que debieron afrontar los productores en concepto de suplementación de los animales retenidos y, menos aún, la pérdida por mortandad registrada, algo que resulta más difícil de estimar”.
Los tiempos
En relación a los tiempos de ejecución de la medida, Rosgan detalló que existen dos lecturas, “dos caras de una misma moneda”. En primer lugar, el informe indicó que desde el punto de vista del productor, la medida sin dudas es un paliativo que llega a total destiempo.
“Como es sabido –apuntó-, el período de mayor necesidad de venta de esta categoría transcurre previo al inicio del invierno y hasta el mes de agosto, o incluso septiembre en años donde la primavera tarda en propiciar una adecuada recomposición de los campos y se realiza el rechazo de todos aquellos vientres que salieron del invierno en muy mala condición corporal y no se destinarán a un nuevo servicio”.
En esa línea, la publicación precisó: “Esto puede observarse en la curva de estacionalidad que registra la faena de esta categoría. Al expresar las cifras de faena mensual de vacas como un valor índice del promedio anual igual a 1, vemos que desde el mes de abril hasta agosto inclusive se concentra el mayor volumen de faena, claro reflejo de la necesidad de venta que plantea el manejo descripto”.
En definitiva, la conclusión es que “el peor momento ya pasó” y muchos productores tuvieron que “aguantar” sus vacas viejas en el campo, corriendo riesgo de aumentar la pérdida por mortandad. O, en otro caso, se vieron obligados a malvender las vacas a fin de preservar las pocas reservas disponibles para los vientres preñados y para la camada de hembras jóvenes destinadas a reposición.
“Recordemos que el cepo a la exportación de carne fue impuesto a fines de mayo, en pleno pico estacional de faena”, destacó el Rosgan.
Algo de optimismo
Aun teniendo en cuenta que, como se dijo antes, el daño está hecho y no hay vuelta atrás, es posible ampliar la visión a toda la cadena y allí, finalmente, puede verse otra cara de la misma moneda.
En ese sentido, la publicación de María Julia Aiassa, analista del Rosgan, puntualizó: “Desde el punto de vista del exportador y, por ende, del ingreso de divisas al país, la apertura de la carne de vaca destinada al gigante asiático tendrá un impacto positivo que, pese a la pérdida generada, aún está a tiempo de aprovechar un contexto de mercado excepcional”.
Ese marco incluye la suspensión de ventas de Brasil a China tras la detección de dos casos atípicos de vaca loca, que está tardando más de lo previsto en resolverse y saca de juego al principal proveedor de carne para este destino. También hay que tener en cuenta el escenario de escases de oferta ya conocido de Australia y la ausencia temporal de Argentina, en momentos en los que China todos los años suele apretar el acelerador sobre sus compras.
“Más allá del volumen adicional al que a partir de ahora podrá acceder la exportación, los valores que ha estado pagando hasta el momento China también resultan excepcionales”, argumentó el informe, y explicó: “Solo como referencia, el precio ofrecido por uno de los cortes más demandados como es el Garrón y Brazuelo se ubica en torno a los USD 7.800 la tonelada, registrando un incremento del 42% en relación a los USD 5.500 pagados un año atrás”.
Por otro lado, advirtió que “no todo debe extrapolarse linealmente y más aun con un comprador como China de contraparte”. Asimismo, la flexibilización de las restricciones para exportar carne a este destino anunciada por el gobierno argentino puso a los importadores del país asiático en una posición “expectante” ante la posibilidad de reanudar sus compras a un escalón de precios más bajos.
“Esto no debería sorprendernos al tratarse del principal jugador del mercado de carnes, con vasta experiencia en este tipo de tácticas de compra. Habrá que aguardar entonces para ver cómo se reacomodan las piezas en este contexto, cuánto tardará Brasil en reingresar al juego y qué posición tomará China para intentar controlar la suba de precios”, sentenció el Rosgan.
Y, en el último párrafo del informe, el análisis del mercado concluyó: “Sin dudas la noticia de flexibilización permite a Argentina reinsertarse en un momento clave que, más allá de lo perdido, permitirá volver a dinamizar toda la cadena, trasladando parte de estos ingresos adicionales hacia una mejora del valor de la hacienda que recibe el productor”.
Fuente: Agrofynews