Entender el ambiente para restaurar los ecosistemas
Con el fin de promover la sostenibilidad y fomentar un vínculo más respetuoso con la naturaleza, el INTA organizó las XI Jornadas de Educación Ambiental. Del encuentro participaron instituciones educativas de todos los niveles, universidades, instituciones científicas y organizaciones de la sociedad civil.
Declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Decenio para la Restauración de los Ecosistemas, el período 2021-2030 presenta numerosos desafíos. Entre ellos, proteger y recuperar los ecosistemas a escala mundial, en beneficio de la humanidad y la naturaleza a fin de detener la degradación de los ecosistemas y restaurarlos para cumplir los objetivos mundiales. Sólo así, sostienen los especialistas, es posible mejorar la calidad de vida de todos los habitantes del mundo, contrarrestar el cambio climático y detener la pérdida de la biodiversidad.
En este contexto, el INTA organizó las XI Jornadas de Educación Ambiental bajo el lema “Biodiversidad, ecosistemas y territorio: una salud”. El encuentro contó con el auspicio del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Dirección Provincial de Educación Secundaria de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Hurlingham.
Las jornadas reunieron a diversas organizaciones académico-científicas, gubernamentales y no gubernamentales, para intercambiar conocimientos y mancomunar esfuerzos y soluciones a problemas ambientales comunes.
De acuerdo con Laura Medero –coordinadora de la Red de comunicación, divulgación y educación ambiental del INTA–, “cada año elegimos un lema significativo para compartir este espacio de actualización y en esta oportunidad queremos reflexionar sobre los vínculos de las sociedades con la naturaleza y de qué modo, en cada territorio se resignifica el concepto de una salud”.
Asimismo, destacó que “este concepto se introdujo a comienzos del año 2000 para poner nombre a una noción conocida desde hace más de un siglo: la salud humana y la sanidad animal, las cuales son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten”.
Siguiendo a Medero, “el formato de red estratégica de conocimiento nos ha permitido trabajar con distintos sectores y en diferentes proyectos para ampliar vinculaciones en materia de educación ambiental, trabajar con instituciones escolares, tejer lazos en los territorios, con organizaciones públicas y privadas, y con la sociedad en general”.
Por su parte, Silvina Lewis, directora del Instituto de Recursos Biológicos (IRB), afirmó que “es un orgullo continuar cada año con estas jornadas, las cuales tienen el objetivo principal de generar un espacio de intercambio y encuentro entre diferentes actores del territorio, comunidad, instituciones educativas de diferentes niveles, universidades, gobiernos, instituciones científicas, organizaciones de la sociedad civil para fomentar la toma de consciencia sobre el cuidado del ambiente en todas sus dimensiones”.
Además, destacó que “apostar por la educación y participación de la sociedad es una excelente vía para minimizar los problemas que generan algunos modelos de desarrollo, y también para mejorar la conservación de nuestros ecosistemas”. En esa línea, manifestó: “Hoy sabemos que la biodiversidad y los recursos naturales son fundamentales para el mantenimiento del bienestar humano, y para el desarrollo económico y social. Son bienes de valor inestimable para la supervivencia de las generaciones presentes y futuras”.
Las acciones del INTA se orientan de acuerdo a principios que están establecidos en su Plan Estratégico Institucional (PEI 2015-2030), y uno de esos principios es el compromiso con el cuidado del ambiente, buscando un equilibrio entre las metas productivas y de cuidado ambiental, desarrollando tecnologías y modelos socio-productivos sostenibles.
Estos encuentros “aportan un enfoque integrador desde los diferentes sectores participantes y contribuyen a sumar conciencia de los efectos que el desarrollo de las comunidades humanas produce en el medio natural”. Y agregó: “una salud se logra conservando la biodiversidad, teniendo ecosistemas funcionales y territorios sanos”.
La jornada contó también con la disertación de Natalia Fracassi de INTA Delta y la docente Paula Fernández, sobre el proyecto “Pantano: Estrategia de conservación, comunicación y educación ambiental”. Además, hubo una presentación de la educación ambiental desde el enfoque de Escuelas Promotoras de Salud, a cargo de la docente Karina Cimmino, consultora de OPS/OMS y miembro del Programa de Ciencias Sociales y Salud de FLACSO.
Otra de las instancias fundamentales de las XI Jornadas de Educación Ambiental fue la Feria Virtual de Proyectos Ambientales Escolares. El abordaje de las cuestiones ambientales ligadas a la realidad cotidiana despierta el interés de los estudiantes y brindan la oportunidad de enseñar, resignificar contenidos tradicionales e integrar saberes provenientes de distintas áreas o disciplinas.
Al mismo tiempo que se generan las condiciones para la participación y el compromiso con la comunidad a través del desarrollo de proyectos que atiendan problemas ambientales locales. La Feria de Proyectos ambientales es un espacio de exposición de proyectos asincrónico, es decir, que cualquiera puede acceder a la galería de proyectos
Ley de Educación Ambiental
El 3 de junio de 2021 se publicó en el Boletín Oficial la Ley para la Implementación de la Educación Ambiental Integral en la República Argentina bajo el N°27.621 (en adelante “Ley 27.621”), la cual tiene por objeto establecer el derecho a la educación ambiental integral como una política pública nacional conforme a lo dispuesto en el artículo 41 de la Constitución Nacional.
En el marco de las jornadas, Sol Azcona, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, explicó las oportunidades de la educación ambiental en el contexto de la crisis ambiental y sanitaria que atravesamos.
“Si algo dejó en claro la pandemia, es que si no tenes salud en los ecosistemas, difícilmente podamos tener salud los seres humanos”. En esa línea, llamó a “re-aprender estas formas de vincularnos con la naturaleza, porque hemos aprendido un modelo de mal desarrollo que nos escindió de la naturaleza, como si eso pudiera ser posible”. Y “el enfoque de educación ambiental que porta la ley va en este sentido: a volver a unir lo que se había desconectado”.
Esta ley establece el derecho una educación ambiental integral como una política pública para todos los niveles del sistema educativo. “Nos habla de una de educación para la ciudadanía, sienta los principios y fundamentos de la educación ambiental, propone instrumentos de planificación, y promueve y resalta la importancia de la participación ciudadana”, aseguró Azcona.
La Ley entiende la educación ambiental como un proceso educativo permanente, y no se circunscribe al ámbito escolar. “Tiene contenidos temáticos específicos y transversales y entreteje todos los contenidos educativos”, dijo la educadora. Además, “busca la sustentabilidad como proyecto social en el marco de una ética que promueve una nueva forma de habitar nuestra casa común”.