Los caballos más pequeños del mundo son de Argentina
Originarios de Argentina los Falabella son ponis en miniatura. Su alzada máxima es de 70-80 centímetros, aunque existen ejemplares que están incluso por debajo de esta medida.
Poseen las mismas características de los caballos normales, solo que son enanos. Fue la familia Felabella la que desarrolló la crianza de estos equinos (que no ponis) en Recreo de Roca, un rancho cercano a Buenos Aires. Su genética impide que crezcan, aún cuando son cruzados con caballos más voluminosos.
Pese a ello, después de pasar por muchos procesos de crianza y exportación, se han hecho muy populares, especialmente en Estados Unidos. La cabeza del Falabella es proporcionada con respecto al cuerpo, si bien en ocasiones resulta algo más grande. Dado su enanismo, no son caballos buenos para montar, debido a su anchura y cortedad, la debilidad de sus patas y la pequeñez de sus pezuñas. Tampoco son aptos para el tiro, ya que no se caracterizan por su fuerza (apenas exceden, por lo general, los 76 centímetros de alzada).
Este caballo de miniatura es cariñoso e inteligente, lo cual le convierte en un preciado animal de compañía.
Su apariencia es muy llamativa, donde se destaca el pelaje sedoso, denso y largo de la crin y la cola, que adquiere además variadas tonalidades: del negro o castaño oscuro de los zainos (los más comunes), a los pintos bicolores, el rubio claro de los bayos, o los castaños alazanes.
¿Que comen los Falabella?
La alimentación del Falabella se compone, principalmente, de hierbas, pasturas y en algunos casos semillas.
¿Cómo se reproducen los Falabella?
La reproducción de estos caballos enanos tiene lugar durante todo el año, si bien registran una mayor actividad sexual de febrero a julio (con picos en primavera y principios del verano, entre abril y junio). El período de gestación ronda los 13 meses, a diferencia del resto de equinos (en los que el embarazo dura 10 meses).
Una curiosidad sobre este caballo
El récord de pequeñez de este caballo lo tiene un ejemplar registrado que apenas superó los 50 centímetros, pesando 13 kilogramos. Es una raza, no obstante, resistente. Su rusticidad natural le permite sobrevivir en condiciones climáticas muy severas (sin que requiera cuidados mayores de los que recibe cualquier equino normal).
Fuente: Infoagro