Se prevén nuevas lluvias de primavera en varias regiones agrícolas
De acuerdo con el último informe del Instituto de Clima y Agua del INTA, a partir del jueves y viernes se prevén lluvias y tormentas de variada intensidad sobre distintas regiones del país, pero especialmente en la zona triguera núcleo. Impactos e implicancias de las últimas lluvias ocurridas en los cultivos frente a la campaña 2022/23.
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Mientras transitamos el tercer año de sequía consecutiva en todo el país, las dispares precipitaciones ocurridas en la segunda semana de noviembre, y las que se prevén en los próximos días, representan alivios al déficit y escasez de agua, y reactivan la campaña productiva.
“Se ha instalado un clima extremo; el clima ya no se mueve en valores medios, se mueve entre valores extremos”, afirmó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA.
Siguiendo al director del CIRN, “en los últimos 15 a 17 años se está analizando una tendencia a menores precipitaciones y escasez de agua durante el invierno y el inicio de la primavera”. En esa línea, analizó: “se podría estar ampliando la estación seca”.
En relación con las últimas lluvias, Mercuri aseguró: “Si bien no finaliza aun la situación de sequía, el reciente evento de lluvias de manera muy despareja e irregular genero un aporte parcial pero muy útil de agua a cultivos en desarrollo y suelos”. En algunos lugares, “fue abundante y generó un alivio para proseguir las siembras de cultivos de gruesa y recordó que el INTA recomienda que siempre se tomen decisiones en base a la disponibilidad de agua en el perfil del suelo, tanto en el horizonte superficial como en profundidad; en especial para las demoradas siembras de maíz de primera”, indicó el director.
En trigo hay bajas muy notables en el rendimiento esperado a nivel de lote, y la producción nacional proyectada. “La lluvia acontecida los días pasados, junto con a la nueva perspectiva de lluvia para la zona triguera núcleo a partir del jueves y viernes, puede contribuir a que se detenga la proyección de la caída de la producción esperada”, aseguró Mercuri y agregó: “Este año la contribución de esta zona será clave para la producción total esperada”.
De acuerdo con el último informe del Instituto de Clima y Agua, para los próximos días se prevé lluvias y tormentas de variada intensidad sobre el NEA (norte), NOA, Cuyo y región Pampeana (oeste, centro y sur).
Sobre la porción central del territorio, un sistema de mal tiempo provocaría abundante nubosidad con vientos moderados del sector norte que rotarán al sur. Habría probabilidad de lluvias y tormentas aisladas sobre Cuyo (sur), La Pampa, Buenos Aires (oeste y sur) y Río Negro (este).
Para el fin de semana, hay probabilidad lluvias y tormentas de variada intensidad sobre el NOA, NEA (norte), Cuyo y reg. Pampeana (oeste, centro y sur). Algunas localmente intensas con abundante caída de agua, ráfagas y/o ocasional caída de granizo sobre Misiones, Formosa y Chaco.
Mercuri destacó que las lluvias que sucederían principalmente en zonas como Azul, Tres Arroyos, Coronel Suarez, Tandil, Balcarce, Mar del Plata, Necochea y Lobería. “Este nuevo evento, beneficiaría a los trigos que se encuentran en situación regular a buena, ya que pueden retomar encañazón”.
Los modelos indican que serán por encima de los 20 milímetros y es una buena expectativa para la zona triguera. De acuerdo con Mercuri, “esos trigos podrían detener la proyección de caída de los rendimientos, aunque no va a hacer que se vuelva a subir porque fue muy marcada la sequía y las heladas en el sur de la provincia”.
De acuerdo con el especialista, las últimas lluvias fueron muy desparejas. “Es un rompecabezas de condiciones diferentes de los cultivos que hay que evaluar de manera integrada previo a todo análisis”, señaló.
Por último, Mercuri hizo hincapié en conservar el agua para usarla cuando nos falta: regular, gestionar el agua en superficie, en profundidad, que es muy local a nivel de napa. “Son prácticas regenerativas para poder enfrentar este clima extremo”, puntualizó.
El trigo
En la presente campaña 2022/23, la mayor parte de la región triguera argentina está padeciendo una sequía que se incrementa de este a oeste. Junto con la sequía se produjeron heladas que, en algunos casos, dañaron al cultivo más que la sequía por sí misma.
Al compararse la precipitación mensual, promedio desde el año 2000, con la ocurrida durante el presente 2022, para cinco estaciones meteorológica del sudeste bonaerense: Balcarce, Mar del Plata, Miramar, La Dulce y Tandil, “se encontró que a partir de mayo la precipitación fue sustancialmente menor al promedio histórico y que tal situación no cambió al avanzar el año, en ninguna de las estaciones consideradas”, señaló Pablo Abbate, especialista del INTA Balcarce.
“Los datos muestran que la presente sequía fue la más prolongada desde el año 2000 al presente. En consecuencia, la escasez de lluvias de la presente campaña es la más intensa y más prolongadas que se haya dado en la zona en al menos los últimos 20 años”, subrayó.
Siguiendo a Abbate, “estas lluvias pudieron impedir que la situación se agrave, pero no pueden revertir la pérdida de rendimiento que ya presentan los cultivos de trigo y cebada de manera irreversible”. Si la sequía continua, “es de esperar que aumente la pérdida de rendimiento por efecto directo de la sequía y a través de las eventuales heladas tardías”.
El maíz y la soja
En la zona núcleo de Córdoba, “las precipitaciones tuvieron registros entre 20 y 40 mm acumulados para la provincia en general”, aseguró Federico Pagnan, jefe de la Agencia de Extensión Rural Justiniano Posse.
“Estas lluvias permiten avanzar con la siembra de soja, que ya había comenzado en un porcentaje un 50 % con las lluvias de octubre”, comentó. En esa línea agregó que “lo que es centro sudeste, centro oeste y centro norte de la provincia, el porcentaje de avance de la siembra era mucho más bajo, y con estas precipitaciones se va a continuar la evolución de la siembra”.
De acuerdo con Pagnan, para maíces tempranos, “estas lluvias permiten el crecimiento, ya que están en estado vegetativo, y son importantes para acumular humedad para los estados de desarrollo más avanzados, pero no están todavía definiendo el rendimiento”.
En el caso de la soja, en un año con perfiles de humedad no tan cargados, Pagnan explicó que se tomó la decisión en muchos lotes de retrasar fechas de siembra, “buscando correr el período crítico para buscar más estabilidad en el rendimiento”. Por eso estas lluvias “van a permitir completar la siembra de soja de primera”.
Por su parte, desde la Agencia de Extensión Rural Cañada de Gómez –INTA Oliveros- en Santa Fe, María José Dickie indicó que “las precipitaciones ocurridas trajeron un alivio a los productores de la región ante esta situación crítica de sequía”.
En el sur de Santa Fe las precipitaciones de estos tres últimos años estuvieron por debajo de lo normal y, en este año 2022 en particular en Cañada de Gómez, “se acumularon hasta el día de la fecha tan solo 490 milímetros, prácticamente un 50 % menos de lo normal, por lo que las lluvias de este fin de semana fueron fundamentales ante esta situación”, afirmó Dickie.
El pasado fin de semana se acumularon en promedio entre 30-35 mm, “un aporte hídrico fundamental para continuar y en algunos casos iniciar con la siembra de soja de primera campaña 2022/23”, dijo la especialista, ya que “no solo se benefició a la implantación del cultivo de soja sino también al crecimiento y estado general de los cultivos maíz y sorgo”. A su vez, “permitieron empezar a recargar el perfil edáfico para las siembras de soja de segunda y maíz tardío”.
Por último, explicó que en esta campaña “es importante destacar que se destinará un alto porcentaje de la superficie a la siembra de maíz tardío debido a que por falta de humedad se debió trasladar la fecha de siembra de este cultivo para diciembre”.
Sin embargo, “si bien estas lluvias aportaron un alivio a la región, no son suficientes para cubrir las demandas hídricas de los cultivos por lo que es necesario que ocurran precipitaciones en los próximos días ya que la alta demanda atmosférica y las altas temperaturas provocan un rápido desecamiento del perfil y por consecuencia un daño en los cultivos”, concluyó.