La Niña complicó al trigo y el Estado tendría que achicar su porción.
Buena parte de la producción soportará márgenes muy flojos o directamente negativos. El mismo Estado que absorbe las ganancias de los años buenos debería ahora pensar en quitar las garras de lo poco que queda de la torta.
Quedan algunas chances, pero el panorama triguero es desolador en algunas de las mejores zonas del país. Se sospechaba de La Niña, y ella confirmó todos los temores. Salvo en el sudeste bonaerense, pasó por los campos llevándose la humedad disponible.
Así, las chances productivas de la región que genera el 60% del trigo en la Argentina están seriamente complicadas. El sudeste de Córdoba, el extremo sur de Santa Fe y el norte de la provincia ven palidecer los lotes por la falta de agua. Los pronósticos no son buenos y las esperanzas se van diluyendo. Las páginas especializadas del primer mundo que siguen de cerca el tema hablan ya del abandono de lotes en los casos extremos.
Allí donde el trigo suele rendir 40 qq/ha no esperan más de 20, y las cuentas cambiaron radicalmente. Porque además de la falta de lluvias una serie de heladas se ensañaron con los lotes para completar la tarea de demolición. En promedio el trigo de la zona núcleo tiene una condición 70% regular a mala. Se habla de tallos que pasaron de verdes a una coloración té con leche, con pérdida de espigas. En buen romance, es una de las peores campañas de los últimos años, y el Estado no puede hacerse el distraído.
Hay otras consecuencias que tienen que ver por caso con lo que se gastó en fertilizar apuntando a 50 qq en lotes que a duras penas darán 2.000 kg; la ecuación es plenamente a pérdida desde luego. La Bolsa de Cereales de Rosario destaca que aún con un rinde de 25 qq/ha, se verifica un resultado ampliamente negativo como margen neto en campo alquilado.
La otra consecuencia, por ahora soslayada en muchos casos, tiene que ver con la soja de segunda; si las precipitaciones siguen sin aparecer estos lotes de trigo no admitirán detrás una soja exitosa; la presencia de La Niña recién aflojaría a partir de febrero. En la zona núcleo el 70% de los suelos presenta síntomas de sequía.
A esta altura de los acontecimientos todo indica que el cereal enfrentará dificultades severas esta campaña, y no se puede seguir exprimiendo a quien no ha obtenido resultados positivos de su inversión. Parece una verdad de Perogrullo, pero en la Argentina del intervencionismo todo es posible.
Con la lógica como basamento, un gobierno necesitado de dólares y consciente de la importancia de cuidar a su principal abastecedor de recursos, debería ir meditando el tema. Seguramente la cartera específica irá poniendo en autos al ministro de Economía acerca de las urgencias de esta hora.
Algo habrá que hacer. Lo que aparece como más razonable es quitarles el pie de encima a las exportaciones, para evitar que el productor deba vender dentro de la estrecha ventana que propone el Estado. Y eliminar los derechos de exportación, al menos mientras dure el fenómeno climático adverso.
¿El impacto en los precios del pan? La influencia del precio del trigo es acotada, demostrado hasta el cansancio. Habrá que recortar el clientelismo, gastar menos y achicar impuestos sobre el producto final. ¡Y sanseacabó!
Claudio Gianni – Chacra