La sequía hace que corra riesgo su producción.
En el norte de Formosa, el clima golpea de lleno sobre la actividad de pequeños productores de frutas y también de hortalizas. En los últimos tres años, la sequía se volvió a sentir sobre los cultivos y hoy las pérdidas nuevamente son importantes en plantaciones de banana, entre otros cultivos.
A todo esto,las dificultades comerciales, de rentabilidad y también por la inflación, doblegan el trabajo de los agricultores de las zonas de frontera de la Argentina. Este es el caso de Cecilia Vitrale de Fretes, una productora de banana de 81 años que se niega a dejar la actividad y sus cultivos que desarrolla en su finca en Colonia Marca M, en Formosa.
Doña Cecilia, como la conocen en la zona, enviudó hace ocho años y era su marido el que llevaba adelante el desarrollo de su finca bananera. Hace tres años, un fuego arrasó con sus 20 hectáreas plantadas con bananos, con esfuerzo y trabajo logró recuperar 10 hectáreas, pero primero las heladas, luego la falta de lluvias y ahora un incendio, solo le dejaron en pie un número de 5 hectáreas para subsistir. Parte de lo quemado podría recuperarse, pero hace falta invertir tiempo y dinero en ello.
“Debo pedir una ayuda de la provincia de Formosa y del presidente de la Nación. Es la primera vez en mi vida que pido auxilio. Yo solo tengo la jubilación, y no me alcanza. Por mes pago 20 mil pesos en remedios. Yo no puedo hacer otra cosa. A todos los agricultores en la zona les fue mal, a los que plantaron tomates o zapallos, les salió mal la cosecha. En mi caso necesito ayuda para poder levantar los cultivos, sino voy a tener que dejar todo pero tengo que trabajar para sostenerme”, explicó.
En la finca ubicada en Colonia Marca M, donde se asentó su familia que llegó desde Italia hace casi un siglo, Doña Cecilia no puede contratar personal y solo cuenta con la asistencia de un nieto que la ayuda en el cultivo, otros diez nietos, vive fuera de Formosa, gran parte en Buenos Aires, donde fueron a trabajar. “Es muy difícil la vida en la chacra”, aseguró.
En el verano del 2021-22, como muchos pequeños productores formoseños, Doña Cecilia perdió gran parte de sus plantas producto de una sequía que calcinó buena parte de sus cultivos, con ayuda del gobierno nacional tras meses de reclamar con otros productores logró una pequeña subvención con la que logró poner a punto parte de su producción en pérdida. Hoy por el clima y el fuego, vuelve a estar en una situación de pérdida y quebranto.
Impacto
Esta situación también alcanza a unas 600 familias del norte formoseño que hoy enfrentan pérdidas por heladas, sequía e incendios. En el caso de los bananos, las plantas que se calcinaron podrían recuperarse con inversión en abono y riego manual para que vuelvan a brotar, ya no para cosechar bananas en abril, como habitualmente sucede en la zona, sino para finales de mayo o junio en caso de lograr una recuperación.0 seconds of 16 secondsVolume 0%El impacto de los incendios en Formosa.
Al respecto, Doña Cecilia explicó: “Mi marido era inteligente y un trabajador honesto. Él llevaba adelante todo pero falleció hace ocho años. Si bien me costaba llevar todo adelante, lo logré durante este tipo. En el último incendio logré levantar todo porque tenía reservas pero ahora no tengo lo suficiente. Y si la banana no es buena, no se vende”.
Con el último fuego que arrasó unas cinco hectáreas, los daños fueron terribles para la finca de Cecilia. “Hoy tengo que pedir ayuda, solo me ayuda un nieto, los otros diez están en Buenos Aires, donde fueron a trabajar. Está todo seco, las hojas se caen. No sirven. Falta trabajo y abono para recuperar las plantas quemadas, y está todo muy caro y no tengo para hacerlo”, concluyó.
Fuente: Infobae – Cecilia Vitale