Donaron 13 mil kilos de verduras con las Bolsas Solidarias de la Agricultura Familiar

Bahía Blanca.

Gracias al aporte de productores y consumidores, familias en riesgo alimentario recibieron más de 2500 bolsas de verduras sin costo. Con el acompañamiento del INTA y del programa Cambio Rural, diferentes instituciones intermedias las distribuyen en merenderos, comedores e instituciones de la ciudad.

Con el aporte principal de productores y consumidores, pero también de fondos propios de distintas organizaciones, donaciones particulares y de un gran número de voluntarios que colabora en la logística, se entregaron en diferentes puntos de la ciudad de Bahía Blanca -Buenos Aires- 2546 bolsas que representan casi 13 mil kilos de verduras de estación. La iniciativa se da en el marco de una experiencia de comercialización directa impulsada por el INTA y el programa Cambio Rural, que colabora con la asistencia a la comunidad frente a la situación social que se vive a causa de la pandemia.

“En el marco del proyecto de comercialización Bolsa de la Agricultura Familiar y, ante el escenario social en el que estamos a causa de la pandemia, en conjunto con los productores decidimos implementar un sistema de donación de bolsas de verduras a diferentes merenderos, comedores e instituciones de la ciudad”, afirmó Pablo García, agente de proyecto del Programa Cambio Rural, con sede en la Agencia de Extensión Rural Bahía Blanca del INTA.

“Mediante esta iniciativa, una parte de la donación la hacen los propios productores hortícolas y otra parte la hacen los consumidores a través de su compra. En otros casos, además, hay instituciones que hacen un aporte que se suma a los anteriores para hacer crecer el número de bolsas solidarias que se entregan”, agregó García.

La Bolsa de la Agricultura Familiar es una experiencia de venta directa a los consumidores que se desarrolla desde hace varios años en Bahía Blanca, en la que confluyen diferentes grupos de productores ubicados en el periurbano de la ciudad, algunos de los cuales trabajan juntos desde el 2012.

La experiencia es impulsada desde la Agencia de Extensión Rural del INTA en Bahía Blanca, en conjunto con el programa Cambio Rural –del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca–, el programa ProHuerta –del Ministerio de Desarrollo Social– y varias organizaciones, como Cáritas Bahía Blanca, entre otras entidades no gubernamentales. Ahora, se sumó a la coordinación de la iniciativa la organización “Animate Vale Oro”, un proyecto solidario cuyo trabajo está orientado a los adolescentes y la culminación de la escolaridad secundaria.

“En este momento estamos armando unas 300 bolsas solidarias por semana de cinco kilos cada una, a las que se suman las que compran los consumidores a través del formulario online, que tiene un precio muy conveniente ya que la comercialización es directa entre productores y consumidores”, señaló Damián Belladonna, promotor asesor del Grupo de Productores Hortícolas de Sauce Chico y Colonia la Merced.

En este sentido, Belladonna destacó la actitud de los productores que participan del Grupo de Cambio Rural que, en la delicada situación que estamos viviendo, asumieron un compromiso y dieron un paso al frente: “Es la responsabilidad que nos toca como sector productor de alimentos. Entre todos estamos haciendo lo que nos toca hacer”, afirmó.

Inocencio Cari Castro, productor hortícola de la zona, expresó: “En el campo trabajamos con mi esposa y nuestros 3 hijos. A la bolsa traemos zapallo anco y cabutia, achicoria, remolacha, cebolla de verdeo, entre otras cosas. Lo bueno de esto es que lo que cortamos lo tenemos vendido, ya que los chicos armaron un sistema de pedidos previos que garantizan la venta y hasta un mejor precio. Además, es un esquema más equitativo el que se armó, hay una comunión muy grande y estamos muy contentos”.

De acuerdo con Federico Castoldi, jefe de la Agencia de Extensión Rural Bahía Blanca del INTA y uno de los impulsores del proyecto, lo que se está haciendo es responder al llamado que hizo el Presidente de la Nación cuando se dispuso la batería de medidas para frenar la propagación del virus. “Desde el primer día de la cuarentena, nos pusimos a disposición de las medidas gubernamentales, que consideraron esenciales las actividades productivas y la distribución de alimentos, como así también a los productores y los técnicos vinculados con esta temática”.

“El número de bolsas entregadas sin costo, desde que comenzó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, supera las 2500 unidades, lo que representa casi unos 13 mil kilos de verdura producidos por la agricultura familiar”, detalló Castoldi.

Se empezó a trabajar con las Bolsas Solidarias gracias al aporte de diferentes actores sociales que entregan de manera gratuita a comedores y merenderos de diferentes puntos de la ciudad. “A partir del Aislamiento empezamos a trabajar más fuerte con familias en riesgo alimentario, pero también se adaptó la distribución de las bolsas comerciales a consumidores particulares, ya que, a partir de la colaboración de un gran número de voluntarios, durante un tiempo las bolsas se entregaron a domicilio para favorecer que los vecinos permanezcan en sus hogares”, expresó Castoldi.

Aída Fernández, productora hortícola, indicó: “Lo que vendemos con la bolsa creció un montón. Yo vengo con mi cuñado y en la quinta trabajamos con mi hijo, que tiene 18 años. Traemos cebolla de verdeo, acelga, remolacha, hinojo y cebolla”.

Este crecimiento exponencial que tuvo la venta de las Bolsas se pudo llevar a cabo por el aporte de un gran número de voluntarios, que se encargaron del reparto a domicilio mientras la experiencia se implementó con esa modalidad.

En ese momento, a partir de la articulación con investigadores de INTA y por medio de un software específico, en cada edición se realizó un mapeo previo de todas las entregas, para establecer mínimos recorridos que facilitaron la tarea de los voluntarios. Además, en la logística siempre se cuenta con el apoyo de otras personas de la Agencia de Extensión Rural Bahía Blanca del INTA que trabajan en la experiencia.

Antonio Gareca, productor hortícola, indicó: “A la bolsa estoy trayendo varias cosas, como lechuga, cebolla, achicoria, puerro, morrón y berenjena, entre otras cosas. En total debo andar por los 6 mil kilos por mes más o menos. La verdad que en esta situación la venta de la bolsa aumentó mucho, más que nada porque está a un precio muy económico”.

“En la búsqueda de mejorar la respuesta que estamos dando –afirmó Castoldi– y en la medida que se fueron habilitando nuevas aperturas de la cuarentena, establecimos un protocolo sanitario en conjunto con el Municipio para adaptarnos a la situación. De ese modo, cuando los consumidores actualmente compran la bolsa vía el formulario online, eligen el lugar al que irán a retirarla. Por otra parte, se continúa con la entrega a domicilio para los vecinos que integran los grupos de riesgo”.

Asimismo, Castoldi es referente de “Animate Vale Oro”, un proyecto que durante el aislamiento se sumó a la coordinación de la propuesta de la Bolsa. “Animate se trata de una iniciativa que busca fortalecer la escolaridad secundaria de jóvenes de familias que presentan riesgo de deserción escolar”, explicó y añadió: “Un grupo de chicas y chicos participan en el armado de las bolsas las dos veces por semana y en la logística de cada edición”.

Gisela Cabana, estudiante y productora hortícola, expresó: “Trabajo en la quinta junto a mi mamá, mi papá y mis hermanos. Tenemos zapallo, tomate cherry, acelga y varias cosas más. Yo, además, estudio magisterio, así que cuando tenía clases iba a cursar a la mañana y a la tarde iba al campo”.

Bolsas Solidarias, un círculo virtuoso

La iniciativa de la Bolsa se organiza mediante una preventa online, que se cierra automáticamente cuando se completa el cupo. Se vende dos días por semana y, en la actualidad, se reparten 700 bolsas por edición (1400 por semana). A esta cantidad de bolsas que se arman, se les suman las bolsas que se donan, que en promedio rondan las 150 por edición (300 por semana).

Sobre el esquema de trabajo, García puntualizó: “Adoptamos la preventa hace unos años ya que nos permite organizar mejor todo el proceso, más que nada porque los productores saben de antemano la cantidad. Ese día confluimos temprano todos en un salón, y entre los propios productores, los técnicos y los voluntarios fraccionamos todo y armamos las bolsas”.

A partir de las dos ventas por semana que se hacen actualmente, se están donando un promedio de 1200 bolsas por mes de cinco kilos cada una y se están vendiendo alrededor de 5600 bolsas de ocho kilos cada una.

Cuando comenzó el aislamiento y, gracias a la suma de un gran número de voluntarios individuales y de distintas instituciones, las bolsas comenzaron a entregarse a domicilio y desde hace un tiempo atrás, los consumidores deben seleccionar donde retirarán su Bolsa, en uno de los 14 puntos fijos preestablecidos con anterioridad.

La experiencia de la Bolsa de la Agricultura Familiar de Bahía Blanca tiene un impacto positivo desde varios puntos de vista: desde lo estrictamente económico, los productores reciben el precio completo por su producción y, desde el consumidor, sabe que recibe productos frescos y de calidad. “Además, tiene el plus de que se trata de producción local, por lo que la distancia de traslado es mínima”, destacó García.