El censo mostró la caída del consumo de carne vacuna no esperada
La actualización del número de habitantes del país situó el consumo per cápita de carne vacuna al año en 46,5 kilos. A pesar de estos niveles de ingesta del alimento, la suba de los precios no cede y ya acumula en un año un incremento en torno al 70%
Argentina es uno de los países más carnívoros del mundo, sobre todo en lo que respecta al consumo de carne vacuna. Pero más allá esta característica distintiva, hace tiempo que se está produciendo una merma progresiva en la ingesta que lleva el consumo de carne a niveles históricamente bajos, explicada por dos factores principales: un marcado cambio en los hábitos alimenticios de la población y a una caída en el poder adquisitivo, producido por un proceso inflacionario de larga data.
Sin embargo, con los datos provisorios de población del último censo, esa caída en el consumo se vio agravada y se hundió aún más el consumo, llegando a tocar un piso muy bajo, en especial si se tiene en cuenta que el crecimiento de los habitantes fue mayor al esperado, incluso, por el mismo Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
La Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (CICCRA) publica todos los meses la estimación de consumo per cápita a partir del volumen de exportaciones y cantidad de carne destinada al mercado interno divida por la cantidad de habitantes, que antes del censo y según proyecciones del organismo público, era de 46,2 millones aproximadamente. Con estos números, el consumo por habitante al año se ubicaba en 47,4 kilos. No obstante, los primeros datos del censo arrojaron una población en torno a los 47,3 millones de habitantes, por lo cual ese consumo de carne ahora cayó a 46,5 kilos. Así, el consumo total de carnes, considerados la de pollo y cerdo, pasó de 108,6 a 106,5 kilos por habitante al año.
Pero más allá de esta readecuación estadística, que hundió aún más el consumo de carne vacuna, el presidente de CICCRA, Miguel Schiariti, opinó que “la caída del consumo viene desde hace muchos años basada en dos motivos principales: el primero es el cambio de hábitos de consumo y, el segundo, es la pérdida de poder adquisitivo del salario. Con semejante inflación, hoy con el precio del kilo de carne se pueden comprar hasta tres kilos de pollo y dos kilos de cerdo. Esto hace que siga cayendo el consumo de carne vacuna, y crezcan la de las otras dos carnes”.
Para el consultor ganadero Victor Tonelli, existe un error en el cálculo de CICCRA, ya que entiende que el volumen de exportaciones está “inflado” por el Gobierno al contabilizarse por duplicado los despachos de huesos. “Al aumentar artificialmente las exportaciones disminuye por cálculo directo el total destinado al consumo interno”, explicó el especialista, por lo que sostiene que “sacando los huesos exportados, el cálculo correcto es que hay cerca de 2 kilogramos más de consumo por habitante al año”, por lo que esta cifra se ubicaría en 48,5 kilos.
Para Tonelli, con este nivel de oferta de carne en base a un stock ganadero de 53,5 millones de animales que permite una faena de 13 millones de cabezas y con la población creciendo en torno al 0,9% y “con la sorpresa de tener un millón más a lo previsto, si se hace la divisoria a medida que pasan los años con más habitantes y la misma producción, hay menos para distribuir y, si crece un poco la exportación o se mantiene, el consumo va a menos”.
“Hoy no veo una salida rápida a este círculo: ni mayores producciones significativas, ni mayor poder adquisitivo que permita competir con la exportación. También queda claro que el consumo de carne de argentina sigue siendo el número uno en carne vacuna, algo que en el mundo es insostenible. Cuando uno mira la composición de consumo de carne en el mundo es 80% carne de cerdo y pollo y 20% vacuna. Acá es del 50%. Eso sin duda es un tema de tiempo. No digo que vayamos a un 20% en consumo de carne vacuna, pero si a un cuarto, por una cuestión de cambios de hábitos y también generacional”, hizo su pronóstico Tonelli.
Medidas
Esta baja en el consumo, que es un proceso que ya lleva varios años de duración, no es acompañada por una merma en los precios, sino todo lo contrario. Por ejemplo, según el relevamiento mensual de precios minoristas realizado por la Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en abril el incremento interanual promedio de la carne bovina fue del 67,9%, a pesar de todas las medidas que tomó el Gobierno nacional para intentar contener la escalada, que evidentemente, fracasaron.
Cabe mencionar que en mayo del año pasado, el presidente Alberto Fernández, decidió cerrar las exportaciones de carne por un mes alto el salto de los precios internos que se produjo en ese momento, para después ir a un sistema de cuotas de exportación, conjugado con la imposibilidad de despachar siete cortes parrilleros. Además, hay que sumarle el programa de Cortes Cuidados, que ofrece 12.000 kilos por mes a nivel nacional a precios por debajo de los del mercado.
Para Schiariti, estas medidas no funcionaron ni lo harán para impulsar el consumo, ya que entiende que “para dar vuelta esta situación, es especial la de la oferta que está disminuida por la sequía de los últimos dos años, hacen falta por lo menos cinco años. No hay a corto plazo ninguna posibilidad de reversión de esta tendencia”. En este sentido, aseguró que “las iniciativas que impulsan en el Gobierno son exactamente contrarias a las intenciones que tienen. O sea, cierran las exportaciones para que sobre carne en el mercado interno y esto lo único que ha producido es generar aumentos del 70% en los precios internos”.
Asimismo, consideró que el programa de Cortes Cuidados nunca sirvieron de nada, porque son 12.000 toneladas que se ofrecen y el consumo mensual en Argentina es de 180.000 toneladas, es decir, se oferta menos del 5%. Por otro lado, esto se vende solo en grandes superficies y es precisamente ahí donde los habitantes del segundo y tercer cordón del conurbano no compran. Solo sirve para que el Gobierno haga campaña publicitaria”.
Fuente: Infobae