Certificación orgánica: El sello que abre puertas al mundo

La sostenibilidad y la trazabilidad de los alimentos son hoy pilares fundamentales del consumo responsable y la certificación orgánica de alimentos surge como una herramienta clave para los productores agropecuarios. Ricardo José Hernández Duarte, referente en el rubro y actual responsable de decisiones en Ecocert para América Latina, revela cómo este proceso técnico y regulado no solo garantiza prácticas agrícolas sostenibles, sino que también impulsa la competitividad y el acceso a mercados internacionales.
Ricardo José Hernández Duarte, es ingeniero agrónomo con especialización en Agronegocios y Alimentos. Desde hace más de una década trabaja en la certificación de productos agropecuarios y hoy desempeña su experise en la firma Ecocert, una de las entidades certificadoras reconocida a nivel internacional.

Desde hace tres años, Hernández Duarte forma parte del equipo de toma de decisiones de certificación orgánica en Ecocert, donde evalúa proyectos de Argentina, Colombia, México y Perú. “Nuestro trabajo comienza con los informes elaborados por los auditores tras sus visitas en terreno. A partir de allí, analizamos cada caso en profundidad para evaluar si las prácticas del operador cumplen con los requisitos establecidos por la normativa orgánica”, explica el profesional y señala que el resultado de este proceso “es la emisión de un certificado de fiabilidad que respalda la integridad del sistema y responde a las expectativas del consumidor”.
Al ser consultado sobre cuáles son los criterios técnicos y qué objetivo tienen las auditorías, el profesional detalla que “la certificación orgánica no es un simple trámite. Se trata de un proceso regulado que garantiza que los productos han sido obtenidos conforme a normas específicas, que varían según el país o región de destino. Sin embargo, todos los estándares coinciden en aspectos fundamentales: prohibición de insumos de síntesis química, de organismos genéticamente modificados (OGM) y promoción de prácticas que favorezcan la conservación del suelo, la biodiversidad y los recursos naturales.”
Según nos explica, las auditorías anuales incluyen herramientas como listas de chequeo, ejercicios de balance de masas, trazabilidad y análisis en laboratorios acreditados. Además, se realizan auditorías no anunciadas, lo que refuerza la confiabilidad del sistema.
Seguidamente, Hernández Duarte indica que la producción orgánica está regulada por normas oficiales que se actualizan frente a nuevos métodos de producción y avances tecnológicos. “En Argentina, el SENASA es el organismo responsable de dictar las disposiciones que regulan todo el proceso, desde la producción hasta la comercialización. Ecocert participa activamente en la Comisión Asesora para la Producción Orgánica, como parte de la Cámara Argentina de Certificadoras, contribuyendo a mantener la normativa alineada con las exigencias del mercado”, explica.
¿Cómo influye la capacitación del productor en el éxito de la certificación orgánica y en su acceso a mercados más competitivos?
La certificación orgánica permite a los productores validar sus prácticas sostenibles y acceder a mercados más exigentes. “Sellos como el Logo Orgánico Argentina fortalecen la confianza entre productores y consumidores. El cumplimiento normativo se traduce en oportunidades reales de crecimiento”, afirma Hernández Duarte.

Sobre la transición hacia la producción orgánica, el profesional señala que esto “implica mucho más que cambiar insumos. Requiere una transformación integral en la forma de producir y pensar la agricultura”. La educación y la capacitación continua son fundamentales para que el productor comprenda el porqué de cada práctica y cómo impacta en la calidad y sostenibilidad del producto. “Los proyectos más sólidos son los construidos sobre la base de la capacitación, experiencia y acompañamiento técnico”, destaca.
“La certificación orgánica no solo valida un modo de producción, sino que representa una apuesta por un futuro más sostenible, competitivo y transparente”, remarca a modo de conclusión Ricardo Hernández Duarte.
Por Marizú Olivera Orquera FUENTE: EXPOAGRO
