Biológicos + fertilizantes tradicionales: Una dupla que promete en esta siembra 24/25

La Red de Nutrición Biológica (RNB) de AAPRESID publicó un Informe donde muestra que el uso de tratamientos combinados podría implicar respuestas en rinde significativas tanto en soja como en maíz.

Los insumos biológicos buscan instalarse en el Agro como aliados de la producción sustentable. Sin embargo, aún es escaso el conocimiento concreto sobre su impacto a campo, especialmente en lo que respecta al rendimiento de cultivos y su interacción con otras tecnologías como los fertilizantes convencionales.

En este escenario, La Red de Nutrición Biológica de Aapresid (RNB) es un espacio que busca generar nuevo conocimiento sobre el uso de insumos biológicos en cultivos y contribuir a una producción más sustentable. Está constituida por productores y asesores, que de la mano de expertos testean estos productos y su impacto en la producción, mediante experimentación y ensayos en lotes de producción.

En su último informe, disponible de forma libre en la web, la RNB presenta resultados de ensayos de la campaña 2023/2024 realizados en diferentes sitios productivos de Argentina, donde la gran diversidad de ambientes y las limitaciones en cuanto a fertilidad, suelo y clima se traducen en variaciones de rendimiento de hasta un 35-40% en soja y un 25-30% en maíz, dependiendo del lugar y el tratamiento aplicado.

Los ensayos, realizados en Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y Santiago del Estero, evaluaron la respuesta en rendimiento en soja y maíz al agregado de distintos insumos biológicos (biocontroladores, PGPR, aminoácidos, ácidos húmicos y fúlvicos, fitohormonas, fertilizantes con bioactivos, entre otros) aplicados en semilla y vía foliar, así como la respuesta del uso combinado de estos productos con fuentes de fertilización tradicionales utilizadas por los productores.

Los resultados revelan que la combinación de productos biológicos aplicados en semilla con fertilizantes tradicionales aumentó significativamente el rendimiento en ambos cultivos. En el caso de soja, el plus en rinde escaló en promedio a 250 kg/ha, respecto de la fertilización convencional.

En el caso del maíz, los tratamientos combinados aplicados en semilla lograron aumentar el rendimiento en más de 290 kg/ha, con resultados particularmente altos en condiciones de mayor adversidad ambiental. En Santiago del Estero, un sitio marcado por las limitaciones en recursos hídricos y suelos de menor fertilidad, los tratamientos combinados superaron el rendimiento de la tecnología del productor en más de 840 kg/ha. 

En este sentido, desde la RNB advierten que estos últimos resultados podrían estar asociados a la habilidad de los bioestimulantes para fortalecer la respuesta del cultivo a estreses abióticos (como sequía o baja fertilidad). En el caso del maíz, la bioestimulación, especialmente en condiciones ambientales adversas, mejora la capacidad de la planta para acceder a recursos edáficos, como el agua y los nutrientes del suelo. Esto implica no solo un aumento en el rendimiento, sino una optimización en el uso de recursos, lo cual es clave en el marco de la sustentabilidad.

En cuanto a la combinación de fertilizantes tradicionales con tratamientos biológicos aplicados de forma foliar, los resultados fueron menos concisos, lo que puede deberse a varios factores, como por ejemplo su aplicación coincidente con situaciones que limitaron su absorción y acción. 

El análisis de los resultados abre una puerta interesante a la bioestimulación como herramienta para mitigar los efectos de estreses abióticos y bióticos. Desde la Red advierten la importancia de aplicarlas en forma integral, para lograr un manejo agroecológico de los lotes y optimizar los rendimientos.

   FUENTE: EXPOAGRO