El motorcito de la Quebrada de Escoipe

En la Quebrada de Escoipe, que se extiende desde Chicoana hasta la Cuesta del Obispo, 380 familias producen variedades de cultivos como el poroto pallar, el maíz capia, la papa criolla o el cayote. El INTA Valle de Lerma trabaja junto a estas familias en el acceso a recursos clave: agua, electricidad y herramientas propias.

A través de la ejecución del Programa de Inserción Económica de los Productores Familiares del Norte Argentino (PROCANOR), los agricultores del Paraje La Zanja y El Rodeo, en la provincia de Salta, reciben maquinarias, herramientas e implementos agrícolas: un tractor, implementos como un cincel y una rastra, y un grupo electrógeno trifásico.

“Cuando uno habla de desarrollo no es un momento, un contexto ni un día puntual. Son muchos años, casi 18, de trabajo conjunto en productores que al principio no constituían una asociación”, aseguró Daniela Monetta, del INTA Valle de Lerma.

Para Monetta, “está muy bueno el rol institucional de promover el asociativismo y el trabajo integrado”. Se trata de un proyecto que funciona como “un eslabón más en el camino productivo”, según afirmó Monetta, que además permite dejar de arrendar maquinarias y herramientas para que las familias y los productores puedan acceder a las máquinas correspondientes para evitar los trabajos manuales y que, a su vez, “promueven el poder de autogestión muy importante”, señaló.

“Comenzamos con 34 familias en 2012, con el fin de buscar el bienestar de nuestra comunidad y mejorar la calidad de vida”, sostuvo Patricia Raquel Yonar, presidenta de la Asociación Civil de Pequeños Productores de La Zanja y El Rodeo, de Chicoana. Y agregó: “Hemos logrado otros proyectos anteriores muy importantes para nosotros: por ejemplo, el agua en red, anhelo de nuestros abuelos que concretamos gracias al INTA”.  

A su vez, Yonar añadió que “también conseguimos algo que nos faltaba, como el grupo electrógeno trifásico, que logramos este año junto al INTA”, y amplió: “Ahora no solo podemos vender el poroto sino también harina de poroto. Por eso vemos la importancia del apoyo y el acompañamiento que tenemos del INTA”.

“Podríamos ahora, por ejemplo, sembrar maíz morado, como en épocas de mis abuelos, pero con la maquinaria tenemos el molino para hacer harina y con eso, por ejemplo, producir api” aseveró Yonar. Y desarrolló: “Todos poniendo un granito de arena para que podamos lograr ciertos objetivos y mejorar la calidad de vida de nuestras comunidades. Con esfuerzo, sacrificio y amor al prójimo”, completó Yonar.

FUENTE: INTA Informa