El nuevo consumidor demanda bienestar animal y alimentos sanos

¿Cuál es el perfil del nuevo consumidor? Según el especialista Alexis Lastra, éste demanda ecosistemas productivos basados en sustentabilidad, responsabilidad social y empresarial, entre otras características.

Definir en unas líneas al nuevo consumidor es una idea difícil. Aunque, algunos rasgos parecen inevitables de observar:

-El nuevo consumidor usa plataformas digitales como un ecosistema de relacionamiento, el mundo digital es su nuevo hábitat.

-El contenido se convierte en un habilitador de diálogo y vínculos, siendo él mismo sujeto de estímulo permanente.

-Al contar con poco tiempo y fácil acceso, genera nuevos vínculos como resultado de su interacción social. Dedica parte de su tiempo a crear contenidos, editando y publicando parte de lo que produce.

-Atiende a contenidos fraccionados en medio de sus variadas actividades. Pone un peso relativo a las noticias que recibe de diferentes fuentes. Experimenta las marcas con mayor velocidad y atención.

-Es fiel a las marcas y no lo es, o lo hace de manera muy selectiva. Se compromete activamente con las causas que le interesan. Busca el tono de su propia voz, al mismo tiempo que crea su marca personal.

El consumidor moderno es mucho más selectivo y presta especial atención a las empresas que manifiestan un propósito fuerte y transformador, que esté alineado con sus intereses y su visión del mundo. Se compromete con causas sociales y globales, creando conexiones emocionales, aunque muchas veces por un corto plazo. Este nuevo consumidor, se formó en la economía que se basa en la confianza y en la búsqueda de un propósito compartido con su comunidad, de ideas y creación compartidas. Al mismo tiempo, busca enriquecerse de experiencias, entretenimiento y calidad de vida ante todo. Estas ideas aplican también a los colaboradores, que están interesados en trabajar en una empresa donde estén orgullosos y se sientan parte de su propósito creando un valor compartido. Se convierten en embajadores de su marca y empresa con su propia voz. Toma protagonismo la idea de cooperar y trabajar hacia objetivos comunes, en cualquier lugar del ecosistema en que se encuentren o lugar donde quieran observar.

Las variables que forman las actitudes del nuevo consumidor hacia las marcas cambian constantemente y se modifican en función de sus preferencias, nuevos hábitos y retroalimentación permanente, producto del monitoreo y seguimiento de las categorías de productos que le interesan y su impacto en las causas que justifican su atención.

En ese sentido, cuando el nuevo consumidor se enfrenta a una decisión de compra o de consumo de un producto, toma en consideración variables favorables y desfavorables, diferentes a las que hubiésemos pensado años atrás. La experiencia de uso, la idea de “no posesión” con todas sus variaciones, cambia la relación con las cosas, y el eje de la comunicación en el marketing de productos, servicios, experiencias y concepto de entretenimiento como eje transversal. Este reordenamiento de los conductores y motivos que influyen y afectan una intención de compra, implica un alto esfuerzo en comunicación de parte de las empresas agroalimentarias para que un consumidor decida por A, B o no decida. Cuando compra tiende a buscar el mejor precio. Al mismo tiempo, demanda ecosistemas productivos basados en sustentabilidad, responsabilidad social y empresarial, bienestar animal y alimentos sanos.

En este contexto, el desafío de las empresas agroalimentarias es brindar información útil, respaldada en datos, para que el consumidor se forme de la confianza suficiente para justificar su decisión de compra al momento de la toma de decisiones de consumo, al igual que los conocimientos necesarios en cuanto al uso y forma de consumo de un producto o servicio determinado.

Por Alexis Lastra, Marketing Advisor de Capital Humano Agro.

FUENTE: EXPOAGRO.COM.AR