Hay un nuevo virus que daña al tomate

Lo llaman “virus rugoso del tomate”. Posee una alta transmisibilidad en plantaciones de tomate y pimiento y puede persistir en algunas malezas.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto de Semillas (INASE) conformaron un equipo de trabajo interinstitucional para abordar la problemática de este nuevo virus, que daña cultivos de tomate y pimiento en distintos países.

Lo llaman “virus rugoso del tomate”. Posee una alta transmisibilidad en plantaciones de tomate y pimiento y puede persistir en algunas malezas. Se transmite por semilla y plantines y mecánicamente a través del contacto en labores del cultivo (poda, desbrote, trasplante, cosecha etc.).  

Historia del Virus

Este virus se identificó por primera vez a nivel mundial en 2014 en Israel, y en México y Estados Unidos en 2018 y 2019 respectivamente. En 2019, Argentina incorporó en el Listado de Plagas Reglamentadas, el virus rugoso del tomate y comenzó a regularlo en la importación de semillas de tomate y pimiento al país. El virus también fue categorizado como una plaga cuarentenaria por el Comité de Sanidad Vegetal del Cono Sur (Cosave), del que nuestro país es miembro.

Síntomas

Los síntomas pueden expresarse en hojas y frutos. En hojas, se produce una deformación en el desarrollo tomando un aspecto de arrugado junto a la aparición del moteado en tonos más claros u oscuros. En frutos se observan manchas marrones o amarillas con rugosidad. También pueden presentar deformaciones y tener maduración irregular.

Monitoreo

En nuestro país se ha implementado un monitoreo activo en zonas priorizadas donde se concentra la mayor superficie de plantación de cultivo de tomate y pimiento. En este sentido se realizaron tomas de muestras que permitirán, mediante confirmación oficial del Laboratorio del Senasa, determinar la presencia o no del virus.

Trabajo en equipo

“El trabajo conjunto entre las distintas instituciones públicas sanitarias y de investigación, resulta indispensable para abordar las acciones preventivas en toda la cadena (semilla, venta de plantines y trabajo en el campo)”, indican desde el Senasa.

En esta dirección, se avanza en distintas estrategias y acciones, además del  monitoreo activo. 

Al no existir un tratamiento para esta plaga sólo pueden aplicarse medidas preventivas a fin de minimizar el riesgo de contagio y su dispersión. Entre las recomendaciones para quienes producen tomates y/o pimientos a fin de prevenir la enfermedad se detallan:

-Comprar la semilla en comercios registrados en el Inase y verificar que el envase cuente con el rótulo amarillo de identificación de la semilla y Registro INASE.

-Asegurarse de que los plantines sean producidos en condiciones seguras (libres de plagas y patógenos), en viveros registrados por el INASE e inscriptos en el Senasa.

-Limitar el ingreso a la zona del cultivo a las personas estrictamente necesarias para su manejo (por ejemplo, evitar el ingreso de personas ajenas al trabajo y asesoramiento del cultivo).

-Utilizar ropa de protección que se pueda desinfectar finalizada la jornada. La misma debe emplearse en un único sitio de producción.

-Desinfectar las herramientas antes de pasar a otra fila dentro del mismo lote.

-Contar con un sitio en el cual se pueda lavar y desinfectar herramientas, manos y calzado. Para la desinfección puede utilizarse lavandina comercial al 10% preparada en el mismo día con agua limpia.

-Limpiar y desinfectar el invernadero al final de una temporada de producción.

-Al detectar una planta enferma evitar el contacto con la misma y desinfectar todo material con el que se la maneja y aislar el sector.

Aviso de sospechas

Ante sospechas de presencia de la enfermedad, es fundamental no tocar la planta, aislar el sector y avisar a la oficina del Senasa, INASE o INTA más cercana a su localidad.

Fuente: Chacra