Caso de éxito: producen a pasto y venden cortes con marca propia

Una empresa familiar, que hace ciclo completo en campo overo, logra 230 kg/carne/ha con costos bajos, de 60 kg/ha, regenerando el pastizal natural. Tras obtener la certificación orgánica desarrollaron una cadena comercial y llegan directamente a hogares y restaurantes del Gran Buenos Aires. “Con nuestra especialidad casi duplicamos el valor por kilo en gancho que recibe un novillo pesado”, afirman desde La Julia.

Fernando Bianchi es un productor de Las Heras, Buenos Aires, que llevaba adelante una cría convencional, sobre suelos overos, con pobres resultados. Hace unos años empezó con el manejo holístico, a base de procesos, dejó de lado la siembra de pasturas, regeneró el pastizal natural, incorporó genética Angus adaptada al sistema y hoy terminan novillos y vacas de 480- 520 kg. Más recientemente, aprovechando el creciente interés por las carnes naturales, sobre todo a partir de la pandemia, sus hijos desarrollaron una unidad de negocios para comercializar cortes con marca “La Julia” en el país. Desde Valor Carne contamos el caso de la familia Bianchi porque es una muestra de cómo la innovación del campo al mercado permite crear valor más allá de la escala.

“Comencé la ganadería hace 27 años en un campo maltratado y sobrepastoreado, sembrando alguna pradera. Los suelos tenían limitantes, encharcamiento y arcilla a poca profundidad, fue un desafío que no anduvo bien. Este sistema lo mantuvimos un par de años hasta que, junto a mi esposa, Valerie, paisajista, conocimos el pastoreo racional y luego manejo regenerativo, que nos significó un giro total, un desaprendizaje y vuelta a aprender”, recordó Bianchi, aclarando que dejaron atrás las semillas y los fertilizantes y no utilizan ningún tipo de insumos salvo sales minerales para los animales.

Producir más con menos 

Hoy La Julia maneja 700 ha con tecnología de procesos y produce más kilos de carne por hectárea con menores costos, siguiendo el ritmo de la naturaleza.

¿Qué implica la regeneración holística? “Subdividimos los potreros por ambientes y los pastoreamos con altas cargas para que las raíces y el bosteo se vayan incorporando con las pezuñas de las vacas. Eso permite acumular materia orgánica y mejorar la infiltración de agua, restaurando la vida del suelo y, con los años, aumenta la producción y la calidad del pasto. Así, pudimos pasar de la cría al ciclo completo”, contó, detallando que hoy esos suelos overos cuentan con 6,3% de materia orgánica según los análisis de 2021.

“Todos los años plantamos unos 1.500 árboles que dan sombra a los animales y forman corredores verdes donde anidan las aves favoreciendo la vida silvestre”, agregó.

¿Genética? “Buscamos animales funcionales a nuestro sistema. Que tengan facilidad de engorde 100% a pasto y que den reses con buena área de ojo de bife. Que puedan producir sin necesidad de un plan sanitario preventivo, acorde a los protocolos orgánicos, sólo se tratan si están enfermos. Ésta es otra innovación”, señaló, comentando que para ello desde hace años trabajan en el desarrollo de una línea de toros con cabaña Casamú.

En cuanto a la alimentación, el ganado cuenta con las múltiples especies que componen las praderas. “Encuentran el equilibrio consumiendo una diversidad de gramíneas y leguminosas e incluso las mal llamadas malezas. Cada individuo arma su dieta, día a día, buscando lo que necesita para su nutrición y para corregir deficiencias. Además, el lotus, que se resiembra muy bien en estos bajos alcalinos, produce taninos que funcionan como un antiparasitario natural”, explicó Bianchi.

De este modo, el establecimiento logra ganancias de peso promedio de 0, 5kg/día sólo con pasturas naturales, sin ningún tipo de suplementación. “Obtenemos 230-250 kg/ha/año de carne, con costos muy bajos, de 50-70kg/ha”, subrayó Bianchi.

  

La familia Bianchi: Francisco, Carolina, Fernando, Valerie y Matías.

La familia Bianchi: Francisco, Carolina, Fernando, Valerie y Matías.

Del campo al plato

Con una producción de carne limitada, el interrogante de la familia Bianchi era cómo seguir creciendo, un desafío que implicó llegar con sus productos a hogares y restaurantes para capturar mayor valor de mercado.

“El desarrollo de nuestra marca, nació a partir de la idea de mis padres de ofrecer en el país carne orgánica de praderas naturales, pero hasta hace unos años no existía una masa crítica de consumidores como para justificar una nueva unidad de negocios. El lanzamiento se hizo en 2018 y la pandemia impulsó la demanda”, comentó Carolina Bianchi, responsable de marketing de La Julia, quien junto a sus hermanos Matías y Francisco llevan adelante la producción, logística y ventas.

Ya venían haciendo la faena, el procesamiento y el envasado con Urien Loza, una alianza que aceitó el nuevo desarrollo. “Abrimos las tranqueras del campo y avanzamos en la cadena, eran eslabones en los que no teníamos experiencia y el trabajo con nuestro ‘partner’ fue fundamental. Incluso, ahora estamos haciendo en conjunto las mediciones de huella de carbono con Carbon Group, una información cada vez más requerida por los consumidores de todo el mundo”, anunció.

Los Bianchi implementaron una estrategia para promover el consumo de “punta a punta” del animal, ofreciendo 24 cortes distintos, comunicando sus propiedades y su aprovechamiento, lo que mejora la integración de la res y la sustentabilidad de la ganadería.  “Estamos desarrollando también el mercado de carne de vaca, algo muy buscando en algunos países europeos y americanos, un producto diferente, de gran sabor”, planteó.

Para Carolina, algo importante es que venden toda la producción con reserva anticipada, antes de la faena, que se lleva adelante tres veces al año, una jaula en primavera, verano y otoño. “La carne se entrega puerta a puerta en hogares y restoranes, en envases reciclables para no generar residuos”, sostuvo.

¿La carta ofrece un bife orgánico? “Sí, lo detalla y eso implica un valor diferencial. El restaurante pone a disposición del comensal el código QR para que pueda escanearlo y conocer todos los procesos desde el campo al plato”, respondió.

Con respecto a la exportación, La Julia está certificada como orgánica para la UE y EE.UU. “Pero el mercado interno está creciendo mucho más y la verdad que es super interesante y dinámico, porque vamos viendo el impacto que tiene nuestra especialidad en el consumidor argentino”, argumentó.

Por último, Fernando Bianchi abordó un punto clave para el resultado de la empresa ganadera. “Con la innovación en toda la cadena casi duplicamos el valor por kilo en gancho que recibe un novillo pesado”, finalizó.

Fuente: Valorcarne