Los precios de la carne al consumidor presionan la inflación
En los mostradores, los cortes subieron entre $50 y $100 el kilo. La menor oferta de hacienda y la caída en el consumo son algunos de los factores que traccionan las subas. El público busca opciones económicas, como cerdo y pollo
En los mostradores, los cortes subieron entre $50 y $100 el kilo. La menor oferta de hacienda y la caída en el consumo son algunos de los factores que traccionan las subas. El público busca opciones económicas, como cerdo y pollo
El mes de marzo comenzó con subas en las carnicerías de hasta $150 en los cortes vacunos, según pudo relevar este medio a partir de consultas con abastecedores, matarifes y consignatarios de hacienda. Estos aumentos, que se suman a los registrados en los primeros días de febrero, agregan presión inflacionaria en alimentos sensibles para la canasta familiar.
En este escenario, el Gobierno nacional busca frenar estas alzas, con herramientas como el fideicomiso aceitero y triguero. En carnes, está en vigencia el programa de Precios Populares, que la próxima semana tendrá un incremento de 2% en sus precios -unos $16 por kilo- de acuerdo a lo pactado entre Comercio Interior y los frigoríficos exportadores.
En los comercio minoristas, los aumentos de los últimos días ubican al kilo de carne en torno a los $1.000, con incrementos que oscilan entre los $50 y $100. En febrero, las categorías de consumo en el Mercado de Liniers -novillitos y vaquillonas- tuvieron una suba de 15%, pero no terminaron de reflejarse en los mostradores, porque fue absorbida en parte por los eslabones intermedios del negocio.
Las carnicerías bajaron su ritmo de comercialización, y esta situación tuvo un impacto directo en las pizarras. “Al bajar el volumen de venta, el comerciante tiene que integrar todos los aumentos”, reconoció un matarife que opera en el Mercado de Liniers. El mes pasado y tal como adelantó BAE Negocios, si bien hubo subas, los carniceros solo la trasladaron a algunos cortes.
Hay poco consumo a nivel minorista y el público se volcó hacia opciones más accesibles al bolsillo, como pueden ser pollo o cerdo. Las estadísticas privadas indican que los argentinos comen casi la misma cantidad de carne vacuna y aviar, unos 47 kilos anuales.
En los remates de Liniers, la hacienda de consumo encontró su punto de equilibrio y se vende entre los $290 y $300 el kilo vivo. Los consignatarios admitieron que por el momento, estos valores se mantendrán, pero la falta de oferta será un factor que generará presión en las cotizaciones.
La industria frigorífica cuenta con menos materia prima para trabajar. De acuerdo a la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), la industria procesó en enero 971.800 cabezas, lo que marca una caída interanual de 2,6%. Por un lado influyó la menor producción de terneros y la sequía, con productores que alargaron el tiempo de engorde de sus animales.
Fuente: Chacra