La fruticultura argentina mira con preocupación el conflicto bélico
El recrudecimiento de las acciones bélicas en Ucrania y las sanciones de los países occidentales a Rusia, terminarán impactando sobre la fruticultura regional. ¿Cuál es la causa? El gigante euroasiático es uno de los principales destinos de la oferta exportable de pomáceas del Valle de Río Negro y Neuquén.
El recrudecimiento de las acciones bélicas en Ucrania y las sanciones de los países occidentales a Rusia, terminarán impactando sobre la fruticultura regional. ¿Cuál es la causa? El gigante euroasiático es uno de los principales destinos de la oferta exportable de pomáceas del Valle de Río Negro y Neuquén.
Anualmente más de 80 millones de kilos, entre peras y mazanas, ingresan a ese territorio a través del puerto de San Petersburgo. Este volumen representa unos 50 millones de dólares de exportación por temporada.
Datos oficiales destacan que el 23% del total de las colocaciones externas de peras y el 9% de manzanas se orientan al mercado ruso. Si bien hay que aclarar que años anteriores los volúmenes hacia esas tierras eran mayores, no dejan de ser hoy importante teniendo en cuenta lo que podría significar para el Valle dejar de contar con ese mercado en el corto plazo.
Con la cosecha a pleno, hay mucha incertidumbre entre los empresarios regionales sobre la evolución que están teniendo los acontecimientos en Ucrania y como impactará este escenario en los equilibrios que existen hoy en los mercados internacionales.
Los problemas que ya se presentan para la actividad regional se centran en tres variables clave.
-Sanciones financieras. Recientemente Estados Unidos, la Unión Europea y Japón aplicaron sanciones sobre la economía del gigante euroasiático, las que están impactando en su comercio externo. Los bancos, con los que operan los principales importadores, tienen bloqueado su clearing (con entidades de occidente) por lo que posiblemente se posterguen los pagos a las empresas exportadoras del Valle hasta que se establezca una nueva ruta financiera. Por otra parte, todo este conflicto será utilizado seguramente por los importadores rusos como argumento ante los empresarios argentinos para negociar precios finales una vez que se cierren las liquidaciones por las ventas en destino.
-Devaluación del rublo. Los efectos de la ofensiva militar golpearon a la moneda local en forma importante. En los últimos cinco días hábiles de desvalorizó cerca del 15% para tocar, al cierre de la jornada financiera de ayer, los 87 rublos por dólar mostrando un salto inter diario cercano al 6%. La depreciación de la moneda rusa genera pérdida de competitividad sobre las exportaciones que se comercializan en dólares. Es decir que las empresas regionales deberán lidiar con esta inestabilidad cambiaria que, por ahora, está perjudicando sus retornos por las ventas cerradas en este destino.
-Reacción del consumo. Analistas económicos no descartan una fuerte caída en la economía rusa tras la invasión a Ucrania y futuras sanciones de occidente. Las primeras señales aparecieron en la plaza financiera que, para muchos, se anticipa a lo que se repetirá en la economía real poco tiempo después. Los indicadores de la bolsa rusa se desplomaron ayer un promedio del 35%.
El consumo representa un porcentaje muy importante del producto geográfico ruso y, por ende, una caída de la economía repercutirá en forma directa sobre el nivel de consumo y, frente a este escenario, no hay que descartar la posibilidad que se frene la demanda de frutas en los próximos días, con las consecuencias que esto traería aparejado.
En julio de 2014 los países de occidente aplican las primeras sanciones a Rusia por su intervención en Ucrania. Como respuesta, el Kremlin, semanas después, corta las importaciones de alimentos de todas aquellas naciones que tomaron sanciones en su contra. Las frutas fueron uno de los productos afectados. Podría haber sido ser una oportunidad, porque es enorme la cantidad de fruta que consume Rusia de Europa y ese potencial desabastecimiento podría haber sido ofertado por el Valle. Pero nada de eso sucedió. Roto el equilibrio, el mercado volvió a “la normalidad” en solo unos meses ya que los países europeos encontraron la forma de llegar al mercado ruso con su fruta: triangulando los productos a través de Ucrania, Bielorrusia y Kasajistán.
Fuente: Agritotal