¿Por qué se secan las plantas en mi casa?
A nadie le gusta ver cómo las plantas de su casa se debilitan y se ponen mustias hasta, desgraciadamente, un día acabar por secarse del todo. Incluso, a veces, por más vueltas que le demos al tema no logramos encontrar el motivo de que esto suceda y no sabemos qué más hacer.
Falta o exceso de riego
Se tiende a pensar que la falta de riego es uno de los principales motivos por el que las plantas de casa se mueren, pero lo cierto es que el exceso del mismo es más habitual y, ciertamente, bastante más dañino para ellas.
Falta de riego en las plantas secas
Cuando una planta necesita más riego podrás ver cómo sus hojas se vuelven marrones o amarillentas, finas y quebradizas. Si la sequía es muy grave, puede llegar a perder tallos enteros, pero, por lo general, un riego por inmersión abundante servirá como medio para revivir las plantas secas, por lo menos si es la primera vez que ocurre. Sumerge la maceta seca durante unos 10 minutos en agua, sacándola luego para dejar que elimine toda el agua sobrante por los agujeros de drenaje (para este método es indispensable que los tenga).
Exceso de riego en las plantas secas
Cuando la planta sufre de riego excesivo, en lugar de muy secas y rígidas sus hojas y tallos tienden a oscurecerse, mostrándose toda la planta blanda y débil, puede que con las puntas algo secas y quebradizas pero el resto de la planta oscura y blanda. Podrás notarlo con facilidad en el sustrato de la planta que, aunque quizás sí tenga seca la capa superior, mostrará humedad enseguida bajo esta. Usa un dedo o un palillo para clavarlo con cuidado y comprobar si la tierra húmeda se queda pegada.
Revivir una planta con exceso de riego es bastante más difícil. Deberás sacarla con mucho cuidado de su maceta, procurando retirar de sus raíces toda la tierra húmeda posible a la vez que intentas no dañarlas. Después, con unas tijeras de poda o un cuchillo muy afilado, siempre bien esterilizados, corta las partes enfermas o afectadas por pudrición, tanto tallos como raíces, y coloca la planta en un nuevo recipiente con sustrato seco y rico. La perlita y la vermiculita serán grandes aliados para evitar que vuelva a ocurrir, además de reducir los riegos.
Mala ubicación
Algunas plantas precisan de ubicaciones a pleno sol para desarrollarse adecuadamente, mientras que otras no lo toleran en absoluto. Es muy importante conocer bien las características y necesidades de cada especie de planta para poder buscarle una ubicación adecuada.
Normalmente, las plantas tropicales prefieren ubicaciones de sombra o semisombra, ya que en su entorno natural la cúpula arbórea es muy densa y llega poca luz adonde ellas crecen. Si las colocas donde reciban una luz demasiado intensa, sus hojas se quemarán y podrían llegar a secarse, por mucho que el riego o la temperatura sean adecuados. Del mismo modo, un cactus desértico difícilmente crecerá bien a la sombra o en interior oscuro, y es cuestión de tiempo que la planta acabe por sucumbir al estrés o la falta de energía. En ambos casos se les pueden observar partes que se secan o cambian de coloración y textura.
En estos casos, lo único que puedes hacer es estar atento al estado de tus plantas de interior, buscar toda la información posible a tu alcance sobre ellas y corregir esas necesidades sin cumplir en cuanto las detectes.
Mala temperatura o ambiente
Algunas plantas son realmente resistentes a los cambios de temperatura: muchas aromáticas arbustivas son capaces de soportar tanto heladas como temperaturas de más de 30 ºC en verano. Sin embargo, otras son mucho más delicadas.
De nuevo, las plantas procedentes de climas tropicales o subtropicales vienen de entornos donde la temperatura oscila mucho menos y tienden a necesitar un rango de temperaturas bastante acotado para poder crecer bien. Normalmente, no será necesario que mantengas tu hogar siempre a temperatura de primavera, pero es muy probable que una planta de estas características no soporte un invierno frío en el balcón o un verano muy cálido expuesta al sol.
Una vez más, lo más importante es que te informes acerca de qué cuidados y rango de temperaturas necesita tu planta y que hagas lo posible para darle una ubicación acorde en tu hogar. No te preocupes si tienes que moverla según la época del año, ella agradecerá el esfuerzo.
Fuentes de calor o corrientes de aire
Por último, si te preguntas “¿por qué se me mueren las plantas?”, quizás se deba a que no tienes bien medido el aspecto de las fuentes de calor y las corrientes de aire, pues según la especie puede necesitas de estas o, al contrario, no tolerarlas. Estos son algunos casos:
- Algunas plantas son muy frondosas y, si no se exponen a corrientes de aire,son propensas a sufrir hongos, que las debilitan y las pueden secar. Fíjate bien en el estado de sus tallos interiores y procura podarlas para despejarlas y favorecer la ventilación, así como ponerlas en zonas lo más ventiladas posibles.
- Otras, en cambio, no toleran las corrientes de aire, que pueden hacer que pierdan demasiada humedad e incluso que se les caigan las flores y hojas. En estos casos, búscales una ubicación más resguardada, alejadas de ventanas o puertas abiertas.
- Las especies más sensibles a los ambientes secos, por lo general, tampoco toleran estar cerca de fuentes de calor, como radiadores o aparatos de aire acondicionado. Si ves que tu planta tiene agua suficiente pero pierde las hojas y parece seca, probablemente debas buscarle una ubicación más alejada del radiador.
Fuente: ecología verde