¿Fertilizamos como deberíamos? Repasan el estado actual de nutrientes en el suelo argentino

Por cada 100 kilos de nutrientes extraídos vía cosecha de granos, se repusieron solo 58 vía fertilización, reflejando un balance deficitario.

El Departamento de Investigación y Prospectiva Tecnológica de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires analizó los datos relevados en la última campaña (2019/20), que mostró un balance deficitario para los distintos nutrientes: “Esto trae como consecuencia una presión sobre la disponibilidad de nutrientes en los suelos, afectando la sustentabilidad de los sistemas productivos”, advierten.

En la campaña 2019/20, tanto la producción como la extracción de nutrientes (N+P+S) disminuyeron un 6% y un 4%, respectivamente. En la campaña 2019/20, el balance de nutrientes expresado como porcentaje de reposición fue del 58%. Esto quiere decir que por cada 100 kilos de nutrientes extraídos vía cosecha de granos, se repusieron solo 58 vía fertilización, reflejando un balance deficitario. Este valor es un 26% superior comparado con la campaña 2018/19. En la campaña 2017/18 el porcentaje de reposición fue semejante a la campaña actual, pero en ese momento el motivo fue la fuerte sequía que redujo la producción de cultivos y consecuentemente la extracción de nutrientes.

Entonces se preguntaron: ¿Por qué se da esta situación? “No podemos adjudicar la respuesta a una única causa, debido a que el balance de nutrientes es un parámetro de un sistema holístico, donde las decisiones se toman en base al análisis de múltiples factores”, responden.

El relevamiento muestra que existen factores económicos que intervienen en las decisiones de fertilización. Por ejemplo, los precios relativos y las relaciones insumo/producto. Además, factores institucionales vinculados con las reglas de juego tienen un papel importante: “El régimen de tenencia de la tierra puede contribuir a explicar decisiones en la aplicación de fertilizantes, favoreciendo una fertilización enfocada en obtener mayores rendimientos en el corto plazo”.

En este sentido, añanden que es importante también diferenciar los nutrientes según sus características: “El nitrógeno es un elemento móvil, y por lo tanto el aporte se debería pensar en función del requerimiento nutricional del cultivo que se sembrará. En cambio, fósforo y azufre son elementos poco móviles con lo cual la estrategia en la fertilización debería buscar balances neutros a largo plazo. A su vez, se debe considerar la variabilidad climática de las distintas regiones”.

Agregan que tampoco se deben dejar de lado los factores culturales, debido a que la idiosincrasia de una región/productor puede influir tanto en el manejo aplicado, como en el asesoramiento recibido.

En conclusión, “la fertilización es una decisión compleja y multifactorial. Por lo tanto, es importante trabajar en identificar y alinear los incentivos para lograr balances neutros, contribuyendo a sistemas productivos amigables con el medio ambiente”. “Se puede comenzar promoviendo el muestreo de suelos, práctica esencial para determinar los nutrientes disponibles. Actualmente, apenas el 23 % de los productores realizaron diagnóstico de suelos en la campaña 2019/20. El primer paso para diseñar una estrategia de fertilización adecuada debería ser conocer cuánto nutriente contamos en el suelo”, remarcan.

Fuente: Agrofynews