Beneficios de los sistemas de separación de efluentes para tambos, feedlots y cerdos

Beneficios de los sistemas de separación de efluentes para tambos, feedlots y cerdos

Este tipo de soluciones agregan valor a los efluentes, redituando en mejores rindes de suelos, reúso de agua y bienestar animal.

En una explotación pecuaria intensiva, no solo se concentra la producción de carne, leche, huevos. La disposición de grandes cantidades de animales concentrados en un espacio reducido requiere logística de manejo en el agua, la comida, y el bienestar animal. La gestión de los efluentes no es un tema menor, ya que corta transversalmente todo lo anterior, y resulta indispensable en estos tiempos, tanto en lo ambiental, sanitario y social, la protección del entorno.

La utilización de los sistemas de separación de efluentes permite recuperar algo invalorable: materia orgánica, un conjunto de micro y macronutrientes que ningún químico ofrece. Para ello estos sistemas separan los sólidos antes que lleguen a la laguna, esto permite reducir el tamaño de las mismas y su carga orgánica -material a degradar-, darle un reúso más adecuado al agua, y valorizar el sólido para otros usos (cama para las vacas, material para biodigestores, o túnel de compostaje y aplicación mediante esparcidores). Si la cantidad de sólidos fermentando en las lagunas se reduce producto de la separación, también se reducen las emisiones de gases, las cargas a suelos y a los cursos receptores.

El uso agronómico de este material es indudablemente provechoso en cualquier campo,  son numerosos los casos de éxito sobre la aplicación en suelos prácticamente improductivos  que lograron revertirse o estudios que demuestran las mejoras en estructura, retención de agua y productividad.

¿Qué es un sistema de separación de efluentes?
Al revés como se pensaría, para separar bien, primero hay que mezclar bien. Para la gestión de purines, lo primordial es tener un buen agitador que mezcle los sólidos con el agua, de manera de uniformar el material se quiere separar. Si solamente se utiliza una bomba, es probable que el sólido quede depositado en el pozo de recepción.

Una vez preparado el efluente, este es bombeado a través de una pantalla inclinada y/o tornillo prensa y apilado con una cinta transportadora. El tamaño de ranura de la malla, como la fuerza de extrusado, son fundamentales para que todo lo invertido en el proceso valga la pena y el contenido de humedad logre reducirse al máximo.

Estos detalles definen el resultado de obtener un material sólido apropiado para valorar, y un agua de proceso lo más «limpia» posible para acortar los tiempos de renovación, cuidando el ambiente, pero sobre todo, haciendo rendir al máximo todos los recursos; porque el efluente no es un desecho, es un material que en muchos casos, puede generar ingresos importantes a la explotación.

Por: Ing. Leonardo Genero / Líder técnico Ecomanagement.

Fuente: https://www.todolecheria.com.ar/