Habría vida sin las abejas?
Opción Rural:
Es una simplificación englobar a todos los polinizadores citando solo a las abejas, pero el mensaje es igual de válido y dramático. Sin polinizadores un tercio de nuestra alimentación desaparecería, y lo que es aún más grave, también lo haría parte del forraje que alimenta a los ganados que comemos.
Las abejas son más efectivas que otros polinizadores, como el abejorro, pues una colmena tiene miles de individuos y son selectivos en la elección de las plantas a polinizar.
Las abejas son unos insectos extremadamente sociables que viven en colonias que se establecen en forma de enjambres y en los que se organizan en una estricta jerarquía de tres rangos sociales: la abeja reina, los zánganos y las abejas obreras. Habitan en todos los continentes de la Tierra excepto en la Antártida, y se trata de uno de los insectos más antiguos, del que se sabe, puebla nuestro planeta desde hace más de 30 millones de años. Se conocen más de 20.000 subespecies distintas de abeja divididas en 7 familias reconocidas.
Las abejas son los insectos polinizadores por excelencia y tienen una función esencial para el equilibrio de la naturaleza, ya que contribuyen activamente a la supervivencia de muchas especies de plantas que se reproducen gracias al transporte de polen que llevan a cabo estos pequeños animales al alimentarse del néctar de las flores. Muchas de estas plantas las usamos los seres humanos para producir algunos de nuestros alimentos. Viven una media de cinco años y no miden más de 1,5 centímetros.
Las abejas tienen grupos de seguridad, una casta de obreras que a una determinada edad defienden la piquera (entrada de la colmena) de intrusos o a ladrones. Desde hace millones de años han sido atacadas por animales de pelo oscuro y por eso los apicultores visten de blanco o de amarillo. Además de un mono de protección y guantes, los apicultores usan una careta que protege la zona más sensible, cara y ojos. Las herramientas más comunes son el ahumador, para ahuyentar a las abejas con humo, y una espátula con la que separar las partes de la colmena de madera.
La apicultura
Por su definición, un sistema de vida y desarrollo debería fortalecer las capacidades “sin deteriorar los recursos naturales de base” (Chambers y Conway, 1992). La apicultura va más allá, porque ayuda a preservar los recursos naturales. En todo el mundo, desde siempre, la apicultura ha formado parte de la agricultura de los poblados.
La producción apícola en Argentina es de gran importancia y de desarrollo en los últimos tiempos. Nuestro país, se posiciona así, como un gran productor y exportador de miel. Las condiciones climáticas y los avances tecnológicos hacen que la calidad, sea un sello.
Opción Rural: por Orestes Villalba