La boga, una especie clave para el desarrollo acuícola nacional
Un equipo de investigación del INTA y del Conicet demostró la viabilidad del cultivo de boga en sistemas intensivos con recirculación. Se trata de una alternativa productiva de alto impacto económico que permite obtener carne de pescado nativo de calidad sin afectar las poblaciones naturales.

El desarrollo de la acuicultura en Santa Fe suma una nueva alternativa: la boga (Megaleporinus obtusidens). Se trata de una especie nativa de los ríos del Litoral argentino, con gran aceptación en el mercado y excelente calidad nutricional, que según ensayos del INTA, tiene altos rendimientos económicos y productivos, al tiempo que se adapta a sistemas intensivos con recirculación de agua (RAS).
Según explicó Ariel Belavi -referente de acuicultura del INTA-, “el cultivo de boga puede alcanzar rendimientos superiores a 90.000 kilos por hectárea”. Además, confirmó la adaptabilidad de la especie a sistemas intensivos con recirculación de agua (RAS), posicionándola como una alternativa productiva para la región de alto impacto.
En esta línea, Pablo Collins -investigador del Conicet- detalló que “el sistema de recirculación permite mantener condiciones óptimas de calidad de agua, aprovechar mejor los recursos, y reducir los impactos ambientales y costos. Los resultados demuestran que es posible producir pescado nativo de excelente calidad con tecnologías accesibles y sostenibles”.
El equipo técnico del INTA y Conicet evaluó la adaptación de la boga a condiciones de temperatura y calidad de agua controlada de cultivo en tanques circulares con sistema de recirculación. “Durante seis meses seguimos el crecimiento de ejemplares juveniles y medimos parámetros físicos, químicos y biológicos, comprobando una excelente respuesta de crecimiento a temperaturas bajas y crecimiento exponencial a temperaturas mayores a los 20°C”, detalló Belavi.
Los resultados mostraron una relación directa entre la temperatura y el aumento de talla y biomasa, alcanzando valores de hasta 31,8 centímetros y 568 gramos en la experiencia, con proyección a tamaño comercial (35–40 cm y 900–1000 g) en 10 a 12 meses de cultivo. De este modo, una unidad de producción de 50 M3 puede generar hasta 450 kilos de pescado por ciclo, con rendimientos extrapolables a 90 toneladas por hectárea al año.
“El sistema RAS utilizado en los ensayos permite mantener condiciones estables de agua, eliminar efluentes y garantizar un aprovechamiento sustentable, adaptándose tanto a pequeñas unidades familiares como a emprendimientos comerciales”, explicó Belavi.
Se trata de un sistema de cultivo que amplía la producción acuícola nacional, pudiendo implementarse en diversas regiones. Al aire libre en Corrientes, Misiones, Formosa, Santiago del Estero, norte de Santa Fe y este de Salta. Y bajo cubierta plástica sin calefacción en todo lugar donde la temperatura media del aire este por encima de los 9° en el mes de julio, como Norte de Buenos Aires, centro y sur de Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, este de La Rioja y sureste de Catamarca.

La boga, una especie de oportunidades
Originario de las cuencas del Paraná y otros ríos sudamericanos, la boga es una especie muy valorada en el mercado por su carne suave, firme y de alto contenido proteico. Su alimentación omnívora, bajo requerimiento proteico y buena tolerancia térmica la convierten en una especie ideal para el cultivo en sistemas intensivos.
Así, el cultivo de boga combina identidad local, diversificación productiva, generación de empleo, sustentabilidad y rentabilidad: una ecuación clave que abre nuevas oportunidades para el crecimiento del sector acuícola nacional.
En la actualidad, la especie es obtenida principalmente por pesca extractiva, por lo que su cultivo representa una alternativa clave para reducir la presión sobre los ambientes naturales y asegurar una oferta estable para el consumo interno y la exportación.
FUENTE: INTA Informa

