Productores eligen la nuez pecán como alternativa productiva

Con asesoramiento técnico del INTA, un grupo de 12 agricultores incorporó nogales de variedades adaptadas a la región en campos cercanos a centros urbanos. La iniciativa combina forestación, diversificación y generación de ingresos en zonas donde la producción enfrenta crecientes desafíos sociales y ambientales.

La producción de nuez pecán avanza como una alternativa económica en áreas periurbanas del sudeste cordobés. Con el acompañamiento técnico de la Estación Experimental Agropecuaria Marcos Juárez del INTA, un grupo de 12 productores inició la implantación de nogales de variedades adaptadas a la región en campos cercanos a centros urbanos, con el objetivo de diversificar sus sistemas productivos y generar nuevas oportunidades económicas.

“Lo que buscamos es armar una caja de herramientas para que cada productor pueda elegir y combinar alternativas que se adapten a su sistema”, explicó Melisa Defagot, coordinadora del módulo periurbano del INTA Marcos Juárez. El trabajo se enmarca en una estrategia de producción que prioriza prácticas de manejo integradas y forestación con especies de valor productivo.

La experiencia comenzó con una hectárea de ensayo en la que se implantaron tres variedades de pecán —Pawnee, Desirable y Sumne— seleccionadas por su buena adaptación a las condiciones agroclimáticas locales. La iniciativa cuenta con la articulación del clúster de pecán y del vivero Santa María, de Concordia (Entre Ríos), que provee plantines a los productores de la zona.

El pecán se integra a un rediseño productivo que incluye cortinas forestales, zonas de transición sin aplicaciones, lotes de cobertura y cultivos estivales. Además, se incorporó un ensayo silvopastoril de ocho hectáreas. “Una cortina forestal puede, a la vez, disminuir los vientos, ser productiva y generar valor agregado”, detalló Defagot.

De hobbie a alternativa rentable

Uno de los impulsores de este cambio es Richard Lanza, productor de la localidad de Morrison, que hace diez años reemplazó alfalfa, soja y trigo por nogales pecán. “Al principio lo tomé como un hobbie, pero descubrí que podía ser una actividad productiva interesante. Hoy, próximo a jubilarme, lo pienso también como un ingreso adicional”, señaló.

Pese a las dificultades iniciales —como conseguir plantas adaptadas—, Lanza logró consolidar una producción estable, incluso frente a eventos climáticos adversos. Su experiencia impulsó a otros productores de Marcos Juárez y Villa María a organizarse de forma asociativa, con el respaldo técnico del INTA y la cooperativa Alborada.

El grupo ya suma unas 50 hectáreas implantadas y proyecta alcanzar rendimientos de 20 kilos de nuez por planta en sistemas de 100 plantas por hectárea. Lanza, con una plantación de una década, ya obtiene volúmenes comerciales: “Recién ahora empiezo a tener una producción estable”, afirmó.

El precio de la nuez pelada en el mercado interno ronda actualmente entre 10.000 y 12.000 pesos por kilo, lo que abre oportunidades para pequeños y medianos productores. Además, el grupo apunta a desarrollar valor agregado con procesos de craqueado, elaboración de harina o aceite y productos como nueces caramelizadas.

“El acompañamiento técnico del INTA fue clave. Ellos tienen la experiencia y nosotros estamos desandando un camino nuevo”, destacó Lanza. La experiencia cordobesa muestra cómo la articulación entre productores y ciencia puede abrir nuevas oportunidades productivas en territorios donde la agricultura tradicional enfrenta crecientes desafíos.

FUENTE: INTA Informa