El girasol se expande en Argentina: alcanzaría su segunda mayor siembra histórica en la campaña 2025/26
Con 2,6 millones de hectáreas proyectadas, el girasol vuelve a crecer en Argentina. La Bolsa de Cereales prevé la segunda mayor siembra histórica, impulsada por precios firmes y clima favorable.

Con condiciones climáticas iniciales favorables, precios internacionales en niveles atractivos y una mejora en la relación insumo-producto, el girasol se perfila como uno de los grandes protagonistas de la campaña agrícola 2025/26. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la siembra alcanzaría las 2,6 millones de hectáreas, lo que representa un aumento del 18,2 % respecto al ciclo anterior y el segundo mayor registro de superficie en la historia reciente del cultivo.
Este repunte marca una tendencia de recuperación para una oleaginosa que había cedido espacio en las últimas campañas, especialmente en regiones tradicionales del norte del país. Las lluvias otoñales recargaron los perfiles de suelo en amplias zonas agrícolas, favoreciendo el inicio de campaña, aunque los especialistas advierten que se esperan variaciones climáticas importantes durante la primavera y un posible período seco y caluroso hacia el inicio del verano.
¿Por qué el girasol es “un cultivo competitivo”?
El impulso del girasol no responde solamente al factor climático. En el plano económico, el precio promedio FOB del aceite de girasol ronda los 1.042 dólares por tonelada, con una suba del 12 % interanual y valores superiores al promedio de los últimos años, aunque aún por debajo del pico alcanzado en la campaña 2023.

A nivel internacional, el mercado de aceites vegetales muestra una tendencia firme. El aceite de girasol tuvo una suba del 13 % en el último año, acompañando los incrementos del aceite de colza (16 %) y el de soja (15 %).
El fenómeno responde a la caída de producción por factores climáticos en regiones clave como Europa del Este, Canadá y Asia, sumado al impacto continuo de la guerra en Ucrania, que sigue restringiendo el comercio desde esa región.
Además, la demanda global de aceites para biocombustibles sigue en alza, especialmente en países como Brasil, Indonesia y Estados Unidos, lo que añade presión sobre la oferta y sostiene las cotizaciones. Aun así, en los últimos tres meses se detectó un leve retroceso de precios por expectativas de buena cosecha en el Mar Negro, aunque la relación stock-consumo mundial continúa en su nivel más bajo en nueve campañas, con un 13 %.
En el plano local, la relación insumo-producto mejora para varios insumos clave: el combustible es un 12,3 % más accesible en comparación con la campaña anterior y los fertilizantes muestran una mejora del 10,3 %. El único punto negativo es el encarecimiento de las semillas, que deteriora ese indicador un 24,4 %.
Comparado con otros cultivos estivales como maíz y soja, el girasol sigue siendo competitivo por su menor requerimiento de insumos y mayor estabilidad ante escenarios inciertos. Esto lo convierte en una alternativa estratégica, sobre todo en regiones donde el clima puede cambiar bruscamente.
Fuerte repunte en el norte, dudas en el sur
La expansión del girasol tiene un fuerte componente regional. En el NEA y el centro-norte de Santa Fe, zonas históricas del cultivo, la siembra venía en retroceso desde hace siete campañas. Ahora, con mejores condiciones de humedad y una producción destacada el ciclo pasado, los productores muestran una renovada intención de recuperar superficie.

En Córdoba y San Luis, donde el cultivo no es tradicional pero ganó espacio por la sequía de años anteriores, se espera que el área sembrada se mantenga estable. La mejora en la humedad superficial podría inclinar algunas decisiones hacia otros cultivos más rentables, pero el girasol sigue siendo una opción viable en esas zonas por su buena adaptación a condiciones de baja humedad.
En el sur del área agrícola, principalmente Buenos Aires y La Pampa, hay más incertidumbre y los productores evalúan destinar al girasol las hectáreas que no pudieron sembrar con trigo por exceso de agua. Sin embargo, como la ventana de siembra se abre recién en octubre, la superficie definitiva se definirá en las próximas ocho semanas.
El renacer de un cultivo estratégico
La campaña 2024/25 ya había mostrado una recuperación. La superficie sembrada fue revisada al alza de 2,05 a 2,2 millones de hectáreas y la producción trepó a 5 millones de toneladas, un 39% más que el ciclo anterior. Se trata del mayor volumen de producción registrado en la serie de datos de la Bolsa de Cereales.
Si las condiciones se mantienen, Argentina podría estar frente a una campaña histórica para el girasol, no solo en términos de área sembrada, sino también de resultados económicos y productivos. Todo dependerá del clima en primavera, de las decisiones de los productores en las próximas semanas y de la evolución del mercado internacional.
FUENTE: METEORED – Daniel Aprile
