Cultivos de servicio, aliados para una agricultura más resiliente
Un estudio realizado por investigadores del INTA Salta determinó que, en el corto plazo, la vicia es una buena alternativa para mejorar la calidad de un suelo degradado. Entre sus diversos aportes, se encuentran la capacidad de aumentar la formación de macroagregados del suelo y promover actividades microbianas beneficiosas.
Por sus múltiples aportes al incremento de la materia orgánica y la fertilidad del suelo, los cultivos de servicios se posicionan como una buena alternativa en planteos agrícolas sustentables. De hecho, un estudio realizado por un equipo de investigación -integrado por especialistas del INTA Salta y del Conicet- analizó los efectos a corto plazo de la inclusión de diferentes cultivos de servicio en la dinámica de agregación del suelo. En el ensayo, la inclusión de leguminosas como vicia se destacó como la mejor alternativa para restaurar suelos degradados.
Carolina Pérez Brandán, investigadora del INTA-Conicet en Salta y coordinadora de un proyecto institucional sobre fertilidad química, física y biológica del Programa de Recursos Naturales y Gestión Ambiental del INTA, destacó la importancia de la diversificación de cultivos como una estrategia clave para aumentar la resiliencia de los sistemas de producción agrícola. “A partir de la inclusión de cultivos de servicio anuales en un experimento a corto plazo, se obtuvieron incrementos de un 30 % en las propiedades microbiológicas del suelo, como las funciones microbianas, las que contribuyeron a una adecuada recuperación de la estructuración física de un sistema degradado por monocultivo”.
“La inclusión de cultivos de servicio como vicia, avena, melilotus, triticale y brachiaria durante dos ciclos de crecimiento aumentó en un 43 % la estabilidad de los agregados y mejoró en un 28 % la distribución y disposición espacial de los macro y micro agregados del suelo, lo que resulta en un incremento en las actividades microbiológicas que mejoran la fertilidad del suelo”.
En definitiva, esta diversificación de cultivos permite reducir la dependencia de un solo cultivo y, por lo tanto, contribuir a mejorar la fertilidad y conservar la biodiversidad agrícola.
La arena, el limo y la arcilla son las partículas elementales que, según en la proporción que se presenten, definen la textura del suelo. La asociación de estas a la materia orgánica junto a la actividad biológica edáfica determina la formación de agregados del suelo de diferente tamaño. Esta asociación protege al suelo de un mayor riesgo de erosión y, a su vez, sirve de nicho para los microorganismos cuya presencia impacta directamente en la fertilidad. La presencia de una microbiota viva, diversa y activa contribuye a fortalecer y enriquecer los suelos disturbados.
Además de incrementar significativamente la estabilidad de los agregados del suelo, los cultivos de servicio promovieron el incremento del carbono orgánico asociado. En este sentido, Antonella Ducci, investigadora de INTA Salta y del Conicet y autora de este trabajo, afirmó que “esto condujo a un aumento, en promedio, del 32 % en las reservas de carbono lo que explicó, en parte, que todos los cultivos de servicios tuvieran una importante incidencia en el aumento del rendimiento del cultivo de renta”.
De acuerdo con la investigación, el tamaño de los agregados del suelo tiende a correlacionarse positivamente con el crecimiento de la biomasa microbiana, principalmente debido a la mayor protección de los sustratos lábiles de carbono.
“La vicia, como cultivo de servicio, representó la mejor alternativa para mejorar la calidad y salud de suelos de monocultivo degradados” determinó Ducci y agregó: “La brachiaria introdujo una gran cantidad de rastrojos en el suelo, resultando en un aumento tanto en las fracciones de macroagregados como en los niveles de microorganismos presentes a lo largo de la experimentación”.
A su vez, y en comparación con el monocultivo de poroto, las actividades enzimáticas evaluadas fueron más sensibles a los cambios producidos por la inclusión de cultivos de servicio y, por ello, aumentaron en un 58 % sus niveles en los macroagregados de los cultivos de servicios, en promedio.
En definitiva, “nuestros hallazgos enfatizaron sobre la importancia de incorporar cultivos de servicios, particularmente leguminosas, los que influyeron positivamente en los rendimientos del poroto común”, resaltó Ducci.
FUENTE: INTA Informa