El uso del pastoreo en recría y engorde mejora el margen bruto
El estudio Elizalde & Riffel evaluó modelos de recría-engorde de distinto grado de intensificación y concluyó que a medida que aumenta la cantidad de cabezas/ha y el aprovechamiento del pasto, mejora el resultado. “Aún con granos caros y compraventa desfavorable, intensificar es negocio si se modula la carga para comer todo el forraje posible durante la primavera”, afirman.
En tiempos de cereales caros y altos precios del ternero muchos se preguntan si es conveniente seguir intensificando los clásicos sistemas pampeanos de recría sobre pasturas y terminación a corral. Sin embargo, a pesar de ser el recurso relativamente más barato, el pasto no baja el costo por kilo producido ni mejora el resultado económico si no se aprovecha bien. Y para ello es necesario modular la carga de modo que se coma todo el crecimiento posible de primavera, que triplica o cuadruplica al de otoño-invierno, apelando a otras herramientas que brinden sustentabilidad al sistema.
En este marco, el estudio Elizalde & Riffel en convenio con Phibro Animal Health, evaluó esquemas de recría y engorde con diferentes grados de intensificación, desde aquéllos que recrían sobre pasturas solas a los que incluyen suplementación estratégica, verdeos de invierno o corrales en esta etapa. El objetivo, identificar qué modelo aporta mayor beneficio a la empresa ganadera.
Los modelos
Se consideraron distintos planteos de recría y terminación a corral utilizados en la Región Pampeana. La recría se hizo sobre pasturas base alfalfa solas (baja intensificación) o con suplementación estratégica (media intensificación); esas mismas pasturas combinadas con verdeos de invierno (alta intensificación) o con corrales de recría durante junio, julio y agosto (muy alta intensificación). En cuanto a la terminación a corral en todos los casos se utilizaron dietas basadas en altas proporciones de grano de maíz.
¿Cómo se calculó la carga? La del modelo de baja intensificación se fijó en función de la receptividad de invierno, mientras que los modelos de alta intensificación fueron planificados según la receptividad de primavera.
Como se ve en el cuadro, a medida que se intensifica a través del aumento de la carga y la eficiencia de pastoreo, se logran niveles de producción de carne a pasto por hectárea más elevados. Esto se debe a un mayor aprovechamiento del recurso durante la primavera, lo que permite obtener hasta el 60% de la producción anual de carne en esa estación (cuadro abajo).
¿Y los costos? Los precios de los insumos fueron considerados al mes de marzo de este año y convertidos a dólares según el cambio oficial de ese momento. Así, por ejemplo, el grano de maíz cotizó a u$s 246/t. En tanto, la venta del novillo se tomó a u$s 2,79 menos 3% de gastos comerciales; y la compra del ternero a u$s 3,36 más 6% de gastos comerciales, lo cual significa una compraventa de 1,20. En todos los casos se incluyó el alquiler de la tierra donde se producen los distintos forrajes y granos.
En los siguientes gráficos se observa que, si bien la intensificación significa trabajar con más carga (en cabezas/ha), permite bajar el costo total por kilo total producido (clave ante una relación compraventa desfavorable), así como aumentar el margen bruto por hectárea.
Lo saliente es que los modelos de menor grado de intensificación, a pesar de usar un recurso forrajero relativamente más barato, como es la pastura, generan márgenes negativos o neutros. Esto confirma que no siempre el pasto garantiza un buen resultado económico, sino se utiliza con alto grado de aprovechamiento.
Ampliando la mirada
El mayor impacto de la intensificación de un sistema de recría sobre pasturas y engorde a corral se logra aprovechando eficientemente el recurso forrajero más económico (independientemente del tipo de pastura) y para ello se deben utilizar herramientas que permitan ajustar la carga (suplementos, verdeos, corrales de recría) en determinados momentos del ciclo.
A pesar del alto precio de los granos, de la relación compraventa desfavorable e incluso de la escasez de forraje que se registra este año por la sequía, la intensificación permite reducir el costo por kilo producido y mejora el margen bruto por hectárea.
Mirando a largo plazo, la superficie destinada a la ganadería irá disminuyendo tanto a nivel mundial como local, por lo que la intensificación en base a una alta eficiencia de pastoreo es determinante para aumentar la producción de carne.
Fuente: Valor carne