La nutrición es clave para mejorar la eficiencia reproductiva
Un buen estado corporal, sumado a la oferta de forraje, permite mejorar los índices de preñez y de destete en los rodeos de cría. Por esto, un equipo de especialistas del INTA Cuenca del Salado –Buenos Aires– evalúa las principales causas de pérdidas de terneros y desarrolla y valida tecnologías para superar momentos críticos.
Con una superficie de 6 millones de hectáreas, la Cuenca del Salado es la zona de mayor concentración de vacas del país. Sobre un total de 209.309 vacas relevadas en junio de este año, se determinó que el porcentaje de preñez promedio se incrementó en dos puntos, en relación con el año anterior. Con más de un 50 % de las vacas paridas, hoy la región se enfrenta a una sequía que podría afectar los índices de preñez del próximo servicio.
Por esto, el sistema de monitoreo de rodeos de cría implementado por el INTA es una herramienta clave para mejorar la eficiencia reproductiva de las vacas, ya que contribuye a mejorar los índices de preñez de la zona.
Existen diversos factores que influyen directa e indirectamente en la eficiencia reproductiva. El factor de mayor impacto es la nutrición, es por ello que una de las principales variables que se registran es el estado corporal de los vientres. “Todos los años hacemos una recorrida evaluando el estado corporal de casi 20 mil vacas en el momento más crítico del año que es al final del invierno, en los meses de agosto y septiembre”, explicó Sebastián Maresca –investigador del INTA Cuenca del Salado–.
En este sentido, se observa que los años con primaveras retrasadas, la preñez final puede ser buena, pero “una disminución de la proporción de vacas preñadas al inicio del servicio tiene un fuerte impacto en el peso al destete”, subrayó Maresca quien explicó que hay estudios que indican que las vacas que se preñan un mes más tarde destetan terneros que pesan entre 20 a 25 kilos menos de lo esperado.
Según Maresca, “más de un 45 % de las vacas llegan flacas al parto; esto genera un retraso en la aparición del primer celo fértil, porcentajes de preñez inestables y disminución del porcentaje de vacas que se preñan al inicio del servicio”, y agregó: “Tenemos muchos sistemas de cría sobrecargados que tienen índices productivos muy variables. Son sistemas muy vulnerables a sequias por falta de reservas forrajeras”.
La variación climática interanual impacta en la producción ganadera y en los índices reproductivos. Para amortiguar esos altibajos, “hay que recurrir a herramientas de manejo nutricional y reproductivo para mantener los índices”, indicó Maresca y agregó: “En primer lugar, se recomienda analizar la carga animal y la oferta de forraje ya que en la mayoría de los casos se requiere mejorar la cadena forrajera para estabilizar los índices reproductivos”.
“El diagnóstico de anestro por ecografía permite detectar con precisión qué vacas no se encuentran en condiciones reproductivas para quedar preñadas”, ejemplificó el especialista del INTA quien también señaló que evalúan técnicas de inducción de celo con tratamiento de sincronización, destete temporario y destete precoz, como alternativas muy eficaces para lograr buenos porcentajes de preñez en años de sequía.
Maresca afirmó que este trabajo de monitoreo “genera mucha información para investigación, pero fundamentalmente nos permite hacer difusión y utilizarlo como un sistema de alerta ante situaciones críticas como las que estamos trascurriendo esta primavera”.