Investigadora del CONICET fue incorporada a la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología de la UNESCO
Inés Camilloni, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA, CONICET-UBA), fue incorporada a la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología (COMEST, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), siendo la única Argentina nombrada en esta ocasión y la segunda desde su creación.
“Estoy contenta y orgullosa por la designación, pero sobre todo es un enorme desafío profesional sumarme al grupo de personas de disciplinas diversas que conforma la Comisión, un órgano consultivo de la UNESCO para responder a los crecientes desafíos éticos que plantean los adelantos científicos y tecnológicos”, cuenta Inés Camilloni, doctora en Ciencias de la Atmósfera y profesora en la Universidad de Buenos Aires.
El trabajo de Camilloni aborda el cambio climático en Argentina y a nivel regional y trabaja, también, en la evaluación de modelos climáticos y en el desarrollo de sus escenarios. Es una divulgadora y comunicadora pública de este campo y, como parte de sus actividades de divulgación, participa en charlas y entrevistas.
Sobre su reciente incorporación Inés Camilloni destaca: “Me sumo a la elaboración de dos reportes a presentarse en 2023. Uno de ellos es sobre Ética de la Ingeniería Climática, tema en el que vengo trabajando desde hace algunos años y que plantea enormes dilemas éticos en cuanto a sus potenciales riesgos y beneficios”. Y finaliza: “La ingeniería climática propone estrategias de intervención deliberada sobre la atmósfera para intentar contrarrestar los peores efectos del cambio climático. El reporte que estaremos preparando buscará aportar al debate acerca de la ética de modificar el clima a través de diversas tecnologías”.
La COMEST es un órgano asesor y foro de reflexión que fue creado por la UNESCO en 1998, y está compuesta por dieciocho académicos destacados de disciplinas científicas, jurídicas, filosóficas, culturales y políticas de diversas regiones del mundo, nombrados por el director general de la UNESCO a título individual, junto con once miembros de oficio que representan a los programas científicos internacionales de la UNESCO y a las comunidades científicas mundiales.
La Comisión tiene el mandato de formular principios éticos que puedan proporcionar a los responsables de la toma de decisiones criterios que vayan más allá de las consideraciones puramente económicas.