Innovar y mejorar las salas y los sistemas de ordeñe
En la expo TodoLáctea, Dante Grangetto, especialista en salas de ordeño y los expertos Marcelo Catalá (De Laval) y Martín Bazterrica (West Tambo – Gea), hablaron sobre la importancia de innovar y mejorar un espacio clave de la producción primaria: La sala de ordeñe
La lechería en el tambo tuvo en los últimos años muchos avances, luego de una década sin inversiones, entre 2000 y 2010, lentamente los productores pudieron ir reacomodando las salas de ordeño, para mejorar la tarea cotidiana.
Las prioridades están dadas en salas con fosa, para que el personal trabaje parado, sin afectar su salud. La cantidad de animales en producción para mejorar los tiempos de ordeño, que también deberán contemplar las tecnologías en relación a las posibilidades económicas.
La mecanización y la automatización, según las necesidades se vinculan a las tareas referidas al bienestar animal básico, como puede ser la aspersión y ventilación, los pisos de goma, como indicativos básicos.
Si bien hay salas vetustas que no son recuperables, para todas las posibilidades hay opciones de mejora, e incluso de cambio de sistemas, hasta llegar al ordeño voluntario. Lo ideal según el especialista es hacer inversiones que permitan crecer, incorporar con el tiempo más tecnología, más bajadas, siempre dependiendo de la realidad y capacidad de inversión del productor, pero apuntando en todos los casos a la incorporación constante de tecnología.
El esquema de espina de pescado se aplica a todas las dimensiones de tambo, apuntando a una salida de los animales hacia adelante.
Las salas rotativas y robotizadas son alternativas
“No hay que olvidar que las vacas deben ser bien ordeñadas, estamos hablando de todos los tamaños, de la tecnología, hay que hablar de niveles de vacío, posicionamiento, grupos de ordeño. Pensemos en hacer bien las cosas, para ordeñar bien a las vacas”, definió Grangetto en su exposición, concretada en el inicio de las Jornadas Lecheras Nacionales, concretadas en el marco de la expo TodoLáctea.
Por su parte, el ingeniero Marcelo Catalá, destacó que en los que conocemos como tambos calesita, la ventaja es que los animales entran y salen solos, mejorando el uso de la tecnología y la mano de obra.
Con sistemas robóticos desde 1988, no sólo se mejora el bienestar animal, sino que se optimiza al recurso humano, favoreciendo la incorporación de tecnología, la velocidad de ordeño.
La tendencia marca tambos cada vez más grandes y más eficientes, con cambios en el manejo, en la alimentación, que se combina con el manejo diferencial a través de la genómica.
A futuro puede pensarse que las vacas seguirán teniendo un crecimiento lineal, aunque otros estiman que podrá haber cada vez más vacas récord y eso requiere otro manejo.
Entre salas convencionales, las rotativas y los robots, se deben pensar en los procesos de consolidación, del crecimiento y la posibilidad de hacer módulos, como fundamentos para las inversiones, evaluando la calidad de vida de quienes trabajan en los tambos, e incluso los costos operativos de los sistemas.
La sala tradicional se adapta más a establecimientos pequeños a medianos, las rotativas son más eficientes a medida que son más grandes, por lo tanto no pueden ser menores a 40 lugares, pero siempre tienen que tener relación con el personal y se debe tener en cuenta que al no ser “agrandables”, el cálculo debe ser el adecuado.
“El ordeño es uno de los trabajos más sacrificados y debemos atraer a la gente a la actividad”, por lo tanto, Catalá advierte que la simplificación del trabajo no debe reemplazar a las personas con la tecnología, sino que se deben ajustar a mejores usos y dimensiones de cada tambo.
“Los sistemas más eficientes van a ayudar a muchos establecimientos a seguir funcionando”, finalizó el especialista de la empresa De Laval.
En representación de GEA Farm Technologies y West Tambo, Martín Bazterrica, remarcó la importancia de tener un proyecto final, un plano completo, de la unidad productiva para poder decidir el sistema y la sala de ordeño.
A nivel de costos, Bazterrica destacó que las salas tradicionales de línea baja y salidas bajas, llegan a un número similar a los rotativos, con la diferencia de precisar para las primeras más mano de obra, incluso en las voluntarias.
Para definir la instalación de un robot, se debe tener en cuenta un total de 180 ordeños diarios, a tres visitas por día, se debe optimizar la cantidad de litros por cada extracción, que no sean de menos de 12 litros cada uno, para obtener una rentabilidad y recupero de la inversión que se adapte a las necesidades del productor.
Fuente: Todolecheria