Productores trabajan para preservar su huella cultural
Con el acompañamiento del INTA y especialistas de instituciones municipales y provinciales, un grupo de elaboradores y artesanos de la localidad catamarqueña de Santa María se unió para crear un nuevo circuito de comercialización y fortalecer al sector, mediante capacitaciones.
Con el inició del aislamiento social, preventivo y obligatorio generado por la pandemia de Covid 19 a mediados de marzo de 2020, la realidad de elaboradores y artesanos catamarqueños de Santa María, que subsisten a partir de las economías regionales, se vio afectada por el cierre de las ferias locales, que representaban su principal canal de comercialización.
De esta manera, el INTA Catamarca junto con referentes de instituciones municipales y provinciales se propuso generar y fortalecer un nuevo circuito corto de comercialización para elaboradores y artesanos mediante la venta por internet. “Para esto, desarrollamos una plataforma virtual que preserve su huella cultural e inaugure nuevos sistemas de ventas”, expresó Leonor Pilatti, especialista del INTA Catamarca.
En este sentido, Pilatti agregó que “el objetivo fue transformar el problema de comercialización en una oportunidad para generar nuevos sistemas de venta enfocados en la diversificación comercial y una mayor amplitud de oportunidades para los emprendedores que viven de esto”.
Estos circuitos “ayudan a crear nuevos lazos sociales, fomentan la participación social y aplican una lógica pedagógica que contribuye a una mayor autonomía de los actores y una mayor sostenibilidad e integración social”, amplió Pilatti.
En el marco del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en CyT Covid-19, se buscó dar una solución a la problemática con la capacitación de los productores y la creación de la plataforma. Además, personal especializado del Ministerio de Salud de Catamarca, Municipalidad de Santa María y de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena conformaron el equipo técnico.
Cecilia Velarde, artesana de dulces y confituras comentó: “Esto nos beneficia principalmente desde lo económico, generando más ventas y mano de obra, pero también desde lo cultural ya que nos estimula para continuar y preservar lo que nos identifica como santamarianos”.
La experiencia
Los elaboradores expresaron que, antes de la crisis, llevaban ellos mismos o enviaban los productos a localidades como Cafayate -Salta- y a Tafí del Valle -Tucumán- y que, además, vendían sus productos a los turistas con los que se relacionaban. Pero, al mismo tiempo, se encontraban en una situación de fragilidad ya que, en algunos casos, transitaban espacios informales con registros de ventas y transito provisorios.
Ya que la situación se vio agudizada por los protocolos sanitarios de la pandemia, y como condición previa para lograr la solución tecnológica planteada, “nos propusimos la capacitación a técnicos y productores en diferentes temáticas vinculadas al desarrollo de las nuevas estrategias de comercialización y su formalización bromatológica”, recordó Pilatti. Estas capacitaciones se realizaron por plataformas como Meet y Zoom y, en algunas oportunidades y en la medida de lo posible, fueron presenciales.
“Las capacitaciones me fortalecieron como emprendedora, aprendí desde técnicas de procedimientos, los cuidados que debemos tener en torno a la bioseguridad en la elaboración del producto hasta sobre cuán importante es trabajar en detalles como el packaging” explicó Velarde.
Pero, asimismo, como base de las capacitaciones, Karina Pastrana, especialista del INTA Catamarca, sostuvo que “se trabajó en la valorización de productos locales y en el diálogo para la comercialización de artesanías”.
De esta manera, agregó que “el diseño de la plataforma buscó resguardar la huella cultural vinculada con el territorio desde donde se obtienen la mayoría de las materias primas empleadas”. Este trabajo se realizó afrontando la necesidad de anexar una solución tecnológica vinculada a la lógica del mercado industrial con una modalidad artesanal.
“Logramos la complementación de ambas y visibilizamos la impronta cultural y la identidad territorial. Fue un camino de resiliencia”, reflexionó Pastrana.
Este trabajo conjunto entre técnicos y emprendedores resultó en una plataforma que cuenta con productos que van desde artesanías, bebidas, aceites, especies aromáticas, hierbas para infusión, productos y derivados de frutos y semillas de la región hasta alimentos como dulces y masas regionales.
María Rios, artesana textil, explicó: “A través de los productos se dan a conocer quiénes somos, quiénes los elaboran, cómo somos, es decir, qué es lo que hay detrás. Así generamos un intercambio con el cliente mediante la plataforma y el producto”.
“Nos permitió unirnos entre los productores y afrontar un momento en que las ventas disminuían y nuestra situación económica empeoraba”, agregó Rios. Además, aquí surgió la necesidad de que trabajaren en conjunto con los más jóvenes de la familia, quienes tienen conocimiento sobre el funcionamiento de estas tecnologías, y de fotógrafos locales que ilustraron la página desde el conocimiento del territorio.
En virtud de ello, se utilizaron medios audiovisuales, fotos y videos, para contar la historia que se teje detrás de cada producto. “Construimos una nueva forma de comercializar”, destacó María Rios.
Este proyecto aportó a la formalización de un nuevo circuito corto de comercialización como punto permanente de venta del que forman parte decenas de productores y elaboradores capacitados del municipio de Santa María.
De esta manera, y como reconocimiento a esta experiencia, el ensayo “Reflexiones de pandemia. Desarrollo de una plataforma virtual como circuito corto de comercialización para artesanos de la agricultura familiar”, redactado por Leonor Pilatti y Daniela Iriarte, que rescata reflexiones y conclusiones que surgieron de la intervención, obtuvo el tercer lugar en la categoría de ensayos inéditos en los Premios a la investigación en Innovación de políticas públicas para la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN).