Mujeres algodoneras en red para potenciar el valor de su producción

Más de 100 productoras se enfocan en la puesta en valor del algodón producido de forma agroecológica y a escala familiar. Con el acompañamiento del INTA y de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena formaron la Red Argentina de Mujeres Algodoneras y realizaron el primer encuentro nacional.

120 mujeres Qom, Mocovíes, Quichuistas, criollas, personas sordas miembros de grupos, asociaciones y cooperativas de distintas localidades de Buenos Aires, Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe, son las protagonistas de un proceso en cadena que tiene como raíces la equidad y la sustentabilidad. Todas juntas movilizan sus conocimientos y apuestan por la participación en políticas públicas para el empoderamiento económico, generando espacios para que el acceso a mercados de fibra y alimentos sea una posibilidad.

La Red Argentina de Mujeres Algodoneras está conformada por integrantes de organizaciones de la agricultura familiar, campesina e indígena, junto con el acompañamiento técnico y territorial del INTA y de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e indígena (SACFI). El Primer Encuentro Nacional se desarrolló en dos jornadas –30 de noviembre y 1 de diciembre– en la localidad de Fortín Olmos –Santa Fe– y tuvo como eje destacado el trabajo en red de mujeres para la puesta en valor del algodón producido de forma agroecológica y en escala familiares.

“Las fortalezas de esta red están en los entornos de sustentabilidad que vamos construyendo”, expresó Doriana Feuillade, especialista del INTA Reconquista –Santa Fe–, y agregó: “Los cuales se sostienen en dinámicas de agregado de valor en donde los conocimientos, territoriales y académicos, que cada mujer posee moviliza la gestión participativa para la innovación y desarrollo económico local”.

Con el funcionamiento de la red “logramos la primera venta de fibra a tejedoras de Buenos Aires, y la demanda de fibras está creciendo”, remarcó Feuillade, y destacó que el próximo logro será ampliar los sistemas de producción.

Además, agregó que para la Red es importante lograr un consumo sensible, que las personas se involucren, se sientan parte y comprendan la complejidad de identidades y entornos que forman parte de la producción, puesta en valor y venta de las fibras.

Los grupos, asociaciones y cooperativas que la integran tienen la función de agregar valor, producir y comercializar los productos de toda la red. Este primer encuentro permitió profundizar en las estrategias de producción para el desarrollo local sin perder de vista las riquezas y diversidades que lo componen.

Este proyecto en Red se presentó como una oportunidad de desarrollo frente al potencial humano conformado por tejedoras e hilanderas de las distintas localidades y a la necesidad de generar fibras frescas para la comercialización durante el verano. Frente a la posibilidad de complementar este cultivo a la producción agroecológica de alimentos, el 2020 dio lugar a esta organización con potencial.

Un espacio de encuentro

El Primer Encuentro Nacional de la Red de Argentina de Mujeres Algodoneras inició con la presentación de las diversas organizaciones que la conforman y continuó con un taller de hilado coordinado por una cooperativa de tejedoras e hilanderas santafesinas.

Una feria abierta tuvo lugar en la plaza central de Fortín Olmos, “quienes adquieren los productos ofrecidos por la red se involucran, se sienten parte y colaboran con las ventas generando pequeñas redes locales”, expresó Feuillade. Más tarde, un fogón anunció el final del primer día del encuentro.

La segunda jornada reunió a las productoras y grupos técnicos en una asamblea para profundizar en la identidad de la Red y la planificación de líneas de acción para el próximo año. Por último, la visita a la chacra de una familia agricultora que lleva adelante la producción de algodón y de verduras agroecológicas dio por finalizado el primer encuentro nacional.

La decisión de estas mujeres de fortalecer su Red las moviliza de manera constante en la búsqueda de equipamiento y financiamiento para alcanzar los objetivos propuestos. “Tenemos por delante un hermoso y desafiante camino colectivo de afianzamiento y ampliación de estos entornos que nos contienen, nos convocan y nos conectan en un sueño común”, concluyó la especialista del INTA.