Trigo, cebada y girasol mejoran tras las lluvias, mientras el maíz 25/26 arranca con el mejor escenario en años
El frente de tormenta recargó los perfiles y dio oxígeno a los cultivos de invierno, mientras la siembra de maíz temprano en la región núcleo se perfila con rindes récord.

El avance de un frente de tormenta sobre el este del área agrícola nacional dejó acumulados significativos que reconfiguraron el panorama productivo. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC), el fenómeno se extendió desde el NEA hasta el sudeste bonaerense, con efectos directos sobre los cereales de invierno y sobre la siembra de girasol.
El beneficio de estas lluvias, sin embargo, vino acompañado de algunos excesos puntuales. Las demoras en el ingreso de maquinaria y en la continuidad de labores fueron inevitables, aunque en la mayoría de las regiones la humedad extra significa una oportunidad de mejorar rindes.
Trigo y cebada: humedad en el momento justo
El trigo aparece como el gran beneficiado de las precipitaciones y los perfiles muestran una significativa mejora en la disponibilidad de agua, en un momento crucial para la refertilización. De acuerdo con la BdeC, este aporte hídrico permitirá una mejor asimilación de nutrientes y consolidará rindes potenciales en zonas que suelen definir buena parte del volumen nacional.
No obstante, el 11,3 % del área sembrada permanece bajo excesos hídricos temporales, principalmente en el centro-este del país, pero los técnicos estiman que -si el clima acompaña- esta situación tenderá a normalizarse en los próximos días. El 97,3 % de los lotes se evalúa entre condición normal y excelente, con el 86,7 % en etapas iniciales de emergencia a macollaje.

La cebada, por su parte, concluyó la siembra a nivel nacional tras un progreso interquincenal de 2 puntos. Bajo un contexto de perfiles recargados, el 98 % de los lotes muestra condición normal a excelente, con un 60 % ya en pleno macollaje.
El desafío para los próximos días será sostener el manejo de fertilización en áreas que todavía registran encharcamientos. Las zonas más complicadas son las del centro de Buenos Aires, donde la mitad de los lotes se encuentra en macollaje.
Maíz 24/25: una cosecha que se estira
En paralelo, el maíz de la campaña 2024/25 avanza hacia su cierre, aunque con demoras. Según la BdeC, la cosecha de grano alcanzó el 95,9 % del área estimada, con un progreso semanal de apenas 1,3 puntos.
Los lotes tardíos y de segunda en el sur del área agrícola siguen pendientes de cosecha. La saturación de los suelos en algunas regiones obliga a esperar varios días hasta que las labores puedan retomarse con normalidad. En este contexto, los analistas anticipan que el final de la campaña podría extenderse hasta septiembre.
A pesar de la demora, la proyección de producción se mantiene en 49 millones de toneladas, confirmando un ciclo de volumen robusto. Se trata de un dato relevante si se lo compara con los últimos años, donde las sequías recortaron fuertemente la oferta y redujeron el ingreso de divisas del complejo maicero.
Maíz temprano 2025/26: el gran protagonista que viene
Mientras la campaña 24/25 se encamina a su cierre, todas las miradas se posan en la siembra temprana 2025/26. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destaca que en apenas dos semanas comenzará la implantación en la región núcleo con un escenario inmejorable: perfiles cargados, recuperación de napas y la mejor oferta hídrica de los últimos cinco años.
Los técnicos incluso aseguran que muchos productores están aplicando fertilización con el objetivo de superar los 120 quintales por hectárea, un umbral que parecía lejano en campañas anteriores golpeadas por la sequía. La expectativa general es alcanzar un promedio superior a los 100 qq/ha, consolidando a la región núcleo como el motor de la producción nacional.
En términos climáticos, la proyección a corto plazo es alentadora: la semana se presenta estable, con tiempo seco que permitirá mantener el ritmo de las labores, y solo hacia el viernes se prevé la llegada de un frente frío con lluvias aisladas. Esta combinación asegura que la siembra arranque desde la “pole position” de la gruesa 2025/26, como definieron los técnicos de la entidad rosarina.
Buenas perspectivas para el inicio del ciclo agrícola
Las lluvias recientes brindaron alivio y recargaron perfiles, pero también generaron algunos excesos que deberán gestionarse con cautela. El trigo y la cebada se encaminan a consolidar rindes altos, mientras el girasol avanza con ritmo acelerado.
El maíz, en tanto, simboliza el doble juego de esta campaña: cierra el ciclo 24/25 con un volumen sólido aunque demorado, y abre la 25/26 con el mejor escenario en años. La región núcleo se prepara para sembrar temprano con expectativas que superan los 100 quintales por hectárea y un potencial que podría reposicionar a Argentina en el mercado global.
En este contexto, la clave será mantener el equilibrio entre aprovechar la humedad disponible y evitar los excesos que comprometan la sanidad de los lotes. Con un clima que, al menos en el corto plazo, acompaña, el campo argentino se encamina hacia un nuevo capítulo cargado de desafíos y oportunidades.
FUENTE: Meteored Por Daniel Aprile
