Alerta por hipomagnesemia en bovinos de carne en la provincia de Buenos Aires
adultos de cría en sistemas pastoriles. Un estudio retrospectivo del INTA Balcarce revela su impacto en la provincia de Buenos Aires y aporta datos para el diagnóstico y prevención.
Un enemigo poco visible pero letal acecha a los rodeos de cría en la región central de Argentina: la hipomagnesemia, también conocida como tetania de los pastos. Esta enfermedad metabólica, causada por la deficiencia de magnesio (Mg) en sangre, afecta principalmente a vacas adultas bajo condiciones extensivas de pastoreo y puede causar la muerte súbita de animales en producción.
Un estudio retrospectivo llevado a cabo por científicos del INTA Balcarce documentó y analizó, a lo largo de 20 años (1998-2017), un total de 232 brotes de hipomagnesemia clínica en bovinos de carne en la provincia de Buenos Aires. Esta investigación representa el relevamiento más exhaustivo realizado, hasta el momento, sobre esta patología en el país y permite dimensionar su impacto productivo, geográfico y estacional.
Una enfermedad estacional y multifactorial
Según el estudio, realizado por investigadores del Servicio de Diagnósticos Veterinarios Especializados del INTA Balcarce y publicado en la revista Ciência Rural por Cantón et al. (2022), la hipomagnesemia es una enfermedad compleja, determinada por factores fisiológicos, climáticos, edáficos y dietarios. En los 232 brotes registrados, se contabilizó una población total expuesta de 54.103 animales, de los cuales murieron 1.798 (una tasa de mortalidad del 3,32%), con picos de hasta 28,3% en algunos rodeos.
El 78% de los brotes se concentró entre los meses de junio y octubre, siendo agosto el mes más crítico (Figura 3). Esta estacionalidad coincide con el invierno y la primavera temprana, cuando las vacas paridas o en el último tercio de gestación enfrentan un balance energético negativo y mayores requerimientos minerales, lo que las vuelve particularmente vulnerables.
Además, la enfermedad mostró una clara distribución geográfica: el 90,5% de los casos se concentró en los partidos del centro-sur de la provincia de Buenos Aires, con un clúster identificado en Azul, Tapalqué, Rauch y Tandil entre 2001 y 2004 (Figura 1).
Vacas adultas, las más afectadas
De acuerdo con el estudio del Servicio de Diagnósticos Veterinarios Especializados del INTA Balcarce, el análisis epidemiológico reveló que las vacas multíparas fueron las más afectadas, participando en el 83,2% de los brotes. En este grupo, la tasa de mortalidad alcanzó el 3,52%, significativamente más alta que en novillos o vaquillonas (2,42%) y terneros (1,67%). Esto se relaciona con la menor capacidad de absorción intestinal de Mg en animales adultos y con el mayor flujo de este mineral hacia el feto y la ubre en las etapas críticas del ciclo productivo, concluye el estudio.
Respecto a las razas, si bien los datos fueron limitados, se observó mayor mortalidad en Hereford (3,06%) que en Angus (1,85%), lo que podría implicar diferencias en la susceptibilidad, aunque se requieren más estudios para confirmar este hallazgo.
El rol de la dieta y el forraje
Uno de los hallazgos más significativos del trabajo fue el vínculo entre la ocurrencia de hipomagnesemia y la calidad del forraje. En el 33,2% de los brotes, los animales afectados pastaban en pastizales naturales, donde la mortalidad fue más alta (4,38%) en comparación con pasturas mejoradas perennes (3,44%) o forrajes anuales invernales (2,56%). Esto sugiere que los pastizales naturales pueden ser un factor de riesgo clave.
De las 83 muestras forrajeras analizadas, el 69,9% mostró una deficiencia primaria de Mg (<0,20% MS), mientras que el 24,1% presentó simultáneamente altos niveles de potasio (K >3%) y baja concentración de Mg, una combinación especialmente peligrosa por su efecto bloqueante en la absorción del mineral. El cociente K/(Ca+Mg), utilizado para estimar el “potencial tetánico” de las pasturas, superó el valor crítico de 2,2 en las gramíneas anuales de invierno (4,21) y también en las mejoradas (1,97) (Tabla 2).
Diagnóstico y síntomas
El diagnóstico se confirmó por análisis de sangre, humor vítreo post mortem y antecedentes clínico-epidemiológicos. El promedio de magnesemia en 683 muestras de suero fue de 1,5 mg/100ml, por debajo del rango de referencia (1,8–3,2 mg/100ml). En el humor vítreo, el 71,2% de las 125 muestras analizadas presentó niveles por debajo del valor de referencia (1,57 ± 0,48 mg/100ml), lo que valida este método como herramienta post mortem confiable (McCoy, 2004).
En el 79,7% de los brotes se observaron signos clínicos clásicos como excitabilidad, ataxia, salivación, convulsiones, espasmos tetánicos y postración. Sin embargo, en el 20,3% restante, la muerte fue súbita, sin signos previos, lo que subraya la dificultad del diagnóstico a campo y la necesidad de vigilancia preventiva.
Recomendaciones y manejo
El manejo de esta afección requiere estrategias de prevención. La suplementación diaria con Mg oral o a través de rollos, especialmente con leguminosas como alfalfa, es fundamental en los meses críticos. También se recomienda evitar pasturas con altos niveles de potasio o nitrógeno y monitorear el balance corporal de las vacas, ya que tanto el sobrepeso como la desnutrición severa pueden agravar el cuadro clínico (Harris et al., 1983).
En caso de aparición de signos clínicos, se recomienda administrar inmediatamente soluciones endovenosas de Mg y Ca. No obstante, hasta el 30% de los animales tratados pueden morir, lo que refuerza la necesidad de un enfoque preventivo. Germán Cantón, coordinador del SDVE del INTA Balcarce y autor principal del estudio, alertó: “En los últimos inviernos hemos observado un aumento en las consultas por cuadros compatibles con hipomagnesemia. Es una enfermedad silenciosa que puede causar grandes pérdidas si no se toman medidas preventivas a tiempo”.
Articulación
El trabajo de Cantón y colaboradores (2022) aporta una base epidemiológica para comprender la dinámica de la hipomagnesemia en bovinos de cría de la región pampeana. El conocimiento sobre su estacionalidad, factores predisponentes y características productivas de los animales afectados permite mejorar las estrategias de manejo y disminuir las pérdidas económicas.
Este estudio, desarrollado en el marco del Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado del INTA Balcarce, representa un ejemplo de cómo la articulación entre investigación, vigilancia y extensión puede contribuir a una ganadería más eficiente y sustentable.
Fuente: Visión Rural
