Señales de que estás regando mal tus plantas: cómo darte cuenta y qué hacer para sanarlas
Hojas tristes, raíces podridas y tallos quebradizos: tu planta te está hablando. Te explicamos qué quiere decir y cómo ajustar tu forma de regar para devolverle la vida. Una guía para quienes aman las plantas (y también para quienes las están matando sin saberlo).

El riego es uno de los cuidados más importantes para que las plantas estén sanas y hermosas, pero también es uno de los más propensos a errores. Tanto el exceso como la falta de agua pueden afectar negativamente la salud de tus plantas.
A continuación te presentamos las señales más comunes de un riego inadecuado y cómo corregirlo.
Señales de exceso de riego
Regar en exceso puede ser más perjudicial que la falta de agua, ya que las raíces necesitan oxígeno para funcionar correctamente. Cuando el sustrato está siempre húmedo, las raíces pueden asfixiarse y pudrirse.

Además, el exceso de riego puede provocar el crecimiento de hongos y otras enfermedades que colaboran al desarrollo deficiente de la planta.
Síntomas comunes
Cuando el problema es el exceso de agua, la planta presenta hojas amarillentas y blandas, especialmente en las hojas inferiores, que pueden caerse fácilmente.
Si, al extraer la planta, las raíces presentan un olor desagradable y textura blanda, significa que se están pudriendo. Otro síntoma del exceso de humedad es el crecimiento lento o estancado: la planta no desarrolla nuevos brotes o flores.
La aparición de hongos o moho también es indicativo de exceso de agua. La aparición de manchas o pudrición en las hojas y moho en la superficie del sustrato.
Soluciones
Revisar el drenaje. Asegurarse de que las macetas tengan orificios de drenaje y que el sustrato permita el paso del agua.
Reducir la frecuencia de riego. Esperar a que la capa superior del sustrato esté seca antes de volver a regar.
Cambiar el sustrato. Si el sustrato retiene demasiada humedad, cambiarlo por uno más adecuado.
Eliminar partes dañadas. Podar las raíces y hojas afectadas para evitar la propagación de enfermedades.
Señales de falta de riego
La falta de agua impide que las plantas realicen funciones vitales como la fotosíntesis y la absorción de nutrientes. Esto puede llevar a un debilitamiento general y, eventualmente, a la muerte de la planta.

La deshidratación es un problema muy grave, especialmente durante el verano, que es cuando hace más calor y las plantas necesitan más agua.
Síntomas comunes
Cuando el problema es la falta de agua, el síntoma mas frecuente son las hojas marchitas y caídas. Las hojas pierden turgencia y se ven flácidas. Además, la coloración se torna amarillenta o marrón, especialmente en los bordes de las hojas.

Otra señal son los tallos quebradizos, que se vuelven frágiles y pueden romperse fácilmente.
Por último, un síntoma es el retraso en el crecimiento. La planta no desarrolla nuevos brotes o flores por falta de agua.
Soluciones
Aumentar la frecuencia de riego. Regar más a menudo, pero sin encharcar el sustrato.
Hidratar gradualmente. Si la planta está muy seca, regar en pequeñas cantidades varias veces para evitar el shock hídrico.
Mejorar la retención de humedad. Usar sustratos que retengan mejor la humedad y considerar el uso de mulch para reducir la evaporación.
Consejos para un riego adecuado
Observar las plantas: cada especie tiene necesidades específicas. Aprender a identificar las señales que indican si necesitan más o menos agua.
Tocar el sustrato: introducir un dedo en la tierra; si está seca a unos 2-3 cm de profundidad, es momento de regar.
Adaptar el riego al clima: en épocas de calor, las plantas pueden necesitar más agua, mientras que en invierno, menos.

Utilizar herramientas adecuadas: considerar el uso de medidores de humedad o sistemas de riego automático para mantener un nivel de humedad constante.
El riego adecuado es esencial para la salud y el crecimiento de tus plantas. Presta atención a las señales que te indican si estás regando poco o en exceso y ajusta la frecuencia. Con dedicación y cuidado, tus plantas crecerán vigorosas y saludables.
Por Mariela De Diego – Meteored
