Los árboles detrás de la crema de belleza de manteca de karité están en peligro
El cosmético conocido como “el oro de las mujeres”, la crema de manteca de karité, procede de un árbol en peligro de extinción de Uganda.

Mustafa Gerima, un profesor de biología de Uganda, abandonó la docencia para dedicarse a los árboles y se sorprendió al descubrir que la Reserva Forestal Central del Monte Kei, que antes rebosaba de karités silvestres, se había convertido en una extensión casi árida salpicada de tocones.
Según Gerima, en una entrevista con la BBC, la población perdió el interés en los árboles y comenzó a talarlos cuando los agricultores tenían malas cosechas.
Hace treinta años, el árbol de karité tenía un patrón de producción: florecía en diciembre y estaba listo para abril. Pero ahora, debido al cambio climático, hay una sequía prolongada. Esto afecta la producción de nueces de karité, según Gerima a la BBC.
La población comenzó a talar los árboles para hacer carbón, pues dicen que es más rentable que el aceite, también utilizado en cocina, que se extrae de su fruto.
La creciente popularidad del carbón vegetal del árbol de karité ha empeorado la situación. Se dice que arde durante más tiempo que otros carbones.
Cobertura vegetal en Uganda
Se estima que Uganda está perdiendo 100.000 hectáreas de cubierta forestal cada año, y una parte significativa de esa pérdida incluye árboles de karité, según el Ministerio de Medio Ambiente del país.

Los árboles de karité crecen de forma silvestre desde el oeste hasta el este de África, una vasta franja conocida como el “cinturón de karité”. Pero la población de árboles de manteca de karité ha disminuido drásticamente en los últimos años.
Tradicionalmente, son las mujeres quienes recogen los frutos secos del árbol de karité para producir manteca de karité Nilotica, apreciada en todo el mundo por sus usos cosméticos y culinarios.
El cambio climático ha empeorado aún más la situación
Según otro profesor, Okullo, debido al cambio climático la productividad ha disminuido. Los árboles ya no florecen ni dan frutos como antes. Las fluctuaciones de las precipitaciones han alterado los ciclos naturales del árbol de karité.
Sin embargo, la rápida expansión urbana también es otra amenaza.
“La mayoría de estos lugares que solían tener árboles de karité ahora tienen nuevos vecindarios, nuevos hospitales y escuelas”, dice el profesor Okullo.
Los científicos han descubierto que los árboles de manteca de karité se talan con fines de desarrollo y es necesario plantarlos de manera afirmativa ya que la regeneración natural es difícil.
En 2023, el gobierno de Uganda también reconoció la vulnerabilidad del árbol de karité, por lo que declaró ilegal talar árboles para la producción de carbón.
FUENTE: Paula Gonçalves Meteored Portugal
