Las inmobiliarias rurales apoyan la derogación de la norma

El DNU dejá atrás la regulación que restringía el acceso a tierras rurales por parte de extranjeros. Asimismo, avanzó en desregulaciones en sectores como el algodonero, aunque no tendría mayor impacto en la actividad

El megadecreto publicado hoy en el Boletín Oficial que deroga y modifica centenares de leyes y disposiciones, incluyó al sector agropecuario de manera directa en algunos artículos y de forma más general en otros. No obstante, uno de los puntos centrales que impacta en el campo es la derogación de la Ley 26.737, más conocida como Ley de Tierras.

La normativa, hasta ayer vigente, estipulaba que sólo el 15% de las tierras rurales totales de la Argentina pueden estar en manos de extranjeros. Además, hoy las personas extranjeras de una misma nacionalidad no pueden tener más del 30% de ese 15% total sobre las tierras rurales y en ningún caso pueden tener más de 1.000 hectáreas en la zona núcleo y en las que sean declaradas equivalentes, cuestión que limitaba los negocios inmobiliarios en los campos.

Es por eso que el presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR)José María Bauza, consideró la medida como “un paso positivo”, al considerar que dicha legislación “sacó inversores posibles del mercado. Si bien podían comprar los extranjeros, tenían una limitante de hectáreas dependiendo del lugar. Era de 1.000 hectáreas en zona núcleo y el equivalente en otras provincias que no siempre estaba bien hecho. Era un tema que estaba muy mal resuelto, por falta de conocimiento”.

Para Bauza, esta ley buscaba evitar “un cuco que no existe”, ya que según datos aportados por él, solo el 6,2% de las tierras están en manos de extranjeros incluyendo mineras y parques nacionales donados por privados.

“¿Cuál sería la diferencia entre que compre un extranjero o un argentino? Los campos que se ponen en venta no solo son argentinos, sino también de extranjeros, ya que los lotes suelen tener una rotación de 50 años. Además, el tipo que compra un campo tiene que dar trabajo acá y comprar los insumos acá. No hay diferencia en que lo compre un argentino o un extranjero a la hora de producir”, aseguró Bauza.

Si bien el dirigente empresario entiende que la ley era un “limitante” para el negocio y los precios de los campos, “el agravante más importante no era eso sino la realidad y el desmanejo de Argentina. La imposibilidad de entrar o sacar capitales, la existencia de diferentes tipos de dólares, trabas burocráticas y demás cuestiones. Ese es el agravante mayor”.

Por último, Bauza consideró que para ver otra dinámica en los negocios “hay que esperar”, ya que “no es que mañana empieza una nueva dinámica, porque el inconveniente mayor en la inversiones no es solo la Ley de Tierras. Es un paso positivo, pero no va a cambiar de la noche a la mañana nada. Primero tiene que cambiar el país. Necesitamos tiempo”.

Algodón

Otro de los sectores que tuvo modificaciones o eliminación de regulación fue el algodonero, con la eliminación de la Ley N° 19.990 de 1972, la cual regía “todas las actividades relacionadas con el cultivo, desmote, comercialización e industrialización del algodón, con excepción de aquéllas expresamente contempladas en la legislación laboral, previsional y crediticia y en los regímenes de promoción industrial”. Lo llamativo del caso es que dicha regulación no era aplicada o ni siquiera conocida en el sector.

“Si van a desregular todo los que es materia aduanera, comercio exterior y todo lo que a las empresas le insume tiempo por cuestiones burocráticas y que están incluso superpuestas, va a ser bienvenido por la mayoría de los sectores económicos” (Carlos Almiroty)

“Hasta donde yo conozco, en la práctica algodonera esa ley nunca la escuche nombrar”, dijo a Infobae, Carlos Almiroty, presidente de la Cámara Algodonera Argentina (CAA) y agregó que “a priori, (la del gobierno) es una movida tendiente a desregular y eliminar incluso leyes que estaban muertas y no se aplicaban, pero que estaban vigentes”.

Para Almiroty, esta “fue una de esas leyes que se sancionaban diciendo que ‘el Estado creaba un ente que iba a facilitar el comercio y la transparencia’ y después no pasa nada. Es una ley que en la práctica no se estaba aplicando”, concluyó.

Por último, Almiroty opinó de manera general que “si van a desregular cuestiones en materia aduanera, comercio exterior y todo lo que a las empresas le insume tiempo por cuestiones burocráticas y que están incluso superpuestas, va a ser bienvenido por la mayoría de los sectores económicos. Por lo menos como es el caso del algodón, que tiene que competir acá y en el mundo”.

Fuente: Infobae