La importancia de informar sospechas de enfermedades en aves para cuidar su producción
La avicultura argentina ha tenido un crecimiento continuo y sostenido durante los últimos años a partir de una demanda creciente de la exportación y el consumo local. Esto conlleva a un aumento de los riesgos de introducción y difusión de enfermedades avícolas que pueden afectar la producción y a la salud pública.
En este sentido, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) establece el marco normativo en materia sanitaria y cuidado del medioambiente, necesario para salvaguardar y conservar la situación sanitaria de esta especie.
Acciones del Senasa
Desde el Programa de Sanidad Aviar –dependiente de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Senasa– se implementan actividades enfocadas al mejoramiento de la situación sanitaria nacional, la prevención de enfermedades exóticas y erradicadas del país –como la enfermedad de Newcastle– y establece el control de otras enfermedades de impacto pecuario como la salmonelosis y la micoplasmosis.
Todas estas actividades se agrupan en pilares fundamentales basados en la situación sanitaria de las dos principales enfermedades aviares que rigen el mercado mundial: la influenza aviar (IA) y enfermedad de Newcastle (ENC). Respecto a esta última, Argentina posee el estatus de “país libre” mientras que, en relación a la influenza aviar, esta enfermedad era considerada exótica –puesto que nunca estuvo presente en el país– hasta que ocurrió su primera detección en aves silvestres en la Laguna de los Pozuelos (provincia de Jujuy, febrero 2023), para luego extenderse en aves de traspatio y aves de producción industrial.
A partir de este episodio –por el cual la Argentina perdió temporalmente su condición de país libre de la enfermedad y por lo tanto autosuspendió las exportaciones de productos aviares cumpliendo con las normas internacionales– el Senasa inició junto a la Cancillería un trabajo para entablar contacto con los socios comerciales y lograr la readecuación de los certificados de exportación, de esta forma, empezó a restablecer los mercados para productos aviares.
Mediante la Resolución Senasa 1699/2019, el Senasa establece requisitos de manejo, higiene y bioseguridad que deben ajustarse los establecimientos avícolas de producción, tales como granjas de producción para engorde, para producción de huevos, para reproducción y plantas de incubación para su habilitación. Estas medidas son la principal barrera de ingreso y egreso de enfermedades que afectan la producción avícola.
También, para monitorear la situación de las enfermedades de notificación obligatoria antes mencionadas (influenza aviar y enfermedad de Newcastle), el organismo sanitario implementa un programa de vigilancia epidemiológica activa y pasiva en poblaciones de aves de corral y de no corral (traspatio-silvestres), que implica la extracción de muestras, su envío al laboratorio y posterior procesamiento.
“Para seguir preservando el estatus sanitario es importante la detección precoz de enfermedades. Es fundamental la notificación obligatoria ante el Senasa de signos clínicos que estén relacionados a la influenza aviar y la enfermedad de Newcastle. La actuación inmediata ante la aparición de signos clínicos le permite al Senasa actuar de manera rápida para controlar la enfermedad y evitar su diseminación”.
“”Por lo tanto, el principal beneficio de la notificación temprana es evitar que las enfermedades afecten a la producción avícola y al mercado internacional ya que Argentina es un gran exportador de productos aviares al resto del mundo. Por esto resulta fundamental que todos los actores relacionados a la cadena avícola puedan notificar ante el Senasa cualquier aparición de signos clínicos relacionados con estas enfermedades”, explicaron desde el Programa de Sanidad Aviar.
La vigilancia pasiva es un componente fundamental para mantener la capacidad del sistema de información en salud animal. El flujo de envío de muestras para diagnóstico al Laboratorio del Senasa y la capacidad de manejo de emergencias son condiciones esenciales para mantener la preparación para una respuesta rápida. Además, los datos resultantes de la vigilancia pasiva contribuyen a comprobar la ausencia de enfermedades en el sistema productivo.
La Resolución Senasa 153/2021 establece la obligación de notificación inmediata de cualquier sospecha de IA y ENC. Este es el componente de vigilancia más importante para la detección temprana de IAAP y ENC. Ante la recepción de una notificación de alguno de los síndromes establecidos en la normativa previamente mencionada, o sospecha de estas enfermedades, el Senasa procederá a la atención e inspección dentro de las veinticuatro (24) horas a efectos de realizar la investigación epidemiológica oficial inicial y descartar o confirmar la sospecha/caso confirmado o el evento notificado.
Los programas sanitarios, los fundamentos técnicos que sustentan la legislación y la problemática en general de la situación sanitaria se evalúan y discuten en el ámbito de la Comisión Nacional de Sanidad y Bienestar Avícola (CONASA) constituida por el Senasa, los representantes del sector privado de la avicultura y de los organismos oficiales de competencia en el tema.
En definitiva, el trabajo conjunto entre el sector público-privado fortalece la sanidad y bienestar de las aves, con el fin de mantener y fortalecer los medios de subsistencia de quienes se dedican a la producción, así como la seguridad alimentaria y la salud pública.