Como mejorar el resultado de la cría en plena seca
Tras haber concentrado el 80% de los partos en 30 días, venden la mayor parte del destete entre diciembre y enero con 180 kg a pesar del clima desafiante. “Acortamos el servicio a 70 días y aplicamos la IATF a vaquillonas y vacas, apuntando a la cantidad total y a la calidad de las preñeces”, afirma el MV Jeremías Mordentti, asesor del campo bonaerense.
El Progreso de Rawson es una firma de Chacabuco, Buenos Aires, donde hacen agricultura con buenas prácticas certificadas y cría con un rodeo de 1.750 madres británicas para venta de terneros al destete. En 2018, el MV Jeremías Mordentti, 34 años, comenzó a brindar asesoramiento en reproducción con la idea de concentrar los partos para llegar con más vaquillonas al servicio de 13-15 meses y vender los destetes en menor tiempo. En sólo dos años pasó del 57% de pariciones “cabeza” en 30 días, al 77%. En 2022, plena seca, llegó al 81% de preñez en el primer mes de servicio, mejorando el manejo del rodeo y el resultado de la empresa. ¿Cómo lo hizo? Tras haberse contactado con Valor Carne a través de la sección “Sea Protagonista”, hoy cuenta su experiencia.
“Hace cuatro años, les propuse a los directivos concentrar los partos. Había bibliografía y alguna experiencia al respecto, ellos me dieron el visto bueno y arranqué con dos campos de la empresa trabajando sobre 1.400 madres, Angus, Hereford y caretas”, contó Mordentti.
¿Cómo surgió la propuesta? “Cuando entré, el servicio superaba los 90 días y las pariciones estaban repartidas en cinco meses. Tenían 57% en los primeros 30 días y había mucha cola, un 23% en los últimos dos meses”, recordó, detallando que solo inseminaban las vaquillonas, con semen fresco. ¿Problemas? “No se llegaba a tanta cantidad con el peso necesario para el servicio de 15 meses. Y no era por falta de alimentación, sino porque en vez haber nacido en julio o agosto lo habían hecho en octubre o noviembre”, respondió.
En El Progreso las madres se manejan sobre campos naturales y alfalfas consociadas, mediante pastoreo rotativo con altas cargas instantáneas, o sea, 250 a 300 cabezas en parcelas de cuatro hectáreas, con sus respectivas aguadas. En invierno se las apoya con rollos y rastrojos de maíz junto con verdeos de coberturas. “Son campos muy ordenados, sólo faltaba un toque en materia de reproducción animal”, planteó Mordentti.
El primer paso fue realizar un diagnóstico donde se recolectó información de las planillas de nacimientos y se armó “la curva de partos” con los porcentajes mensuales de los mismos. “Esta práctica sencilla, que brinda muchísima información reproductiva, sanitaria y nutricional, se fue repitiendo año tras año”, sostuvo.
Sobre esta base, se decidió acortar el servicio de todo el rodeo a 70 días, adelantando la fecha de las vaquillonas del 10 de noviembre al 1º de octubre, para que los vientres más fértiles pudieran expresar su potencial. La idea de este cambio es aprovechar que la cabeza de la parición anterior habitualmente se preña primero porque hace un mejor uso hace de los recursos.
“Por supuesto, no es lo mismo que nazcan en julio que si lo hacen en septiembre. De este modo, pasamos de 200 a 470 vaquillonas en servicio de 15 meses”, indicó, aclarando que el 97% de las recrías llegaron con el peso necesario a ese momento clave. Pero el gran cambio “fue inseminar también la totalidad de las vacas. Así, en dos ciclos logramos el objetivo: concentramos el 77% de las pariciones en el primer mes e incorporamos semen comercial de alta calidad para avanzar en genética”, confirmó.
¿Cómo se implementó la IATF? “Muchos la aplican a los 60 días de la última vaca parida, para lograr un mayor porcentaje de preñez de entrada, pero en ese caso se resignan las más fértiles que se retrasan por esperar a las otras”, advirtió. Además, se complica el manejo del campo porque hay que armar muchos lotes para que todas cumplan con esa condición. “Entonces, opté por achicar ese posparto e inseminar a los 30 días. Pienso que, como profesionales, debemos dejar de lado la carrera por lograr más preñeces con la IATF y comprender que lo que realmente importa es el sistema, la calidad-cantidad de las mismas”, reflexionó.
Por ejemplo, explicó, “si yo voy a inseminar el 15 de octubre le pido al personal que deje las vacas paridas hasta el 15 de septiembre en un lote y las demás en otro, es más fácil que armar tanto grupito. Hoy en día, al haber muy buenas hormonas, se puede trabajar con menos días post parto”. ¿Y el resto? “Son las menos, las de cola de parición, espero unos días y listo. Este año la IATF se les hizo el 4 de noviembre”, pormenorizó, agregando que otro adelanto importante fue empezar a utilizar menos toros, asignados en el mismo momento de la inseminación.
“Hay estudios que indican que se obtiene igual resultado usando 1,5% que 2,5% o 3% de toros, aunque resulta más simple y económico. Hago la práctica, salen al campo y están ahí, cuando antes se esperaban diez días. Así, aún con 30 toros menos, ganamos 8 a 10 puntos más de preñez en los primeros 20 días. Hoy, la rentabilidad está en preñar mucho en poco tiempo”, aseguró.
Para el veterinario, lo más importante para aplicar la nueva metodología es que el personal que participa del día a día entienda y colabore. “Es la clave del éxito. Una vez que la ponen en marcha, les gusta, les facilita el trabajo porque no es lo mismo estar señalando y capando 5 meses que 45 días. Y el manejo forrajero, por supuesto, es más sencillo y eficaz”, subrayó.
En esa línea, la práctica está mostrando fortaleza ante la seca que lleva casi tres años. “Hay productores que dicen: ‘como no hay pasto, no voy a inseminar’ cuando habría que pensar ‘como no hay pasto, hay que inseminar’”, propuso, aludiendo a que se trata de un tratamiento farmacológico que obliga a los vientres a preñarse. “Siempre da para ganar. Por supuesto que si no hay comida no funciona, pero tampoco funcionan los toros”, alertó. Con esa visión, este año, ante la escasez forrajera, en El Progreso hubo que pastorear lotes agrícolas, incluyendo algún trigo en pie, para dar descanso a los campos naturales y no afectarlos a futuro.
Desde hace unos años, la firma vende los terneros al destete. Antes, empezaban en febrero-marzo, la fecha tradicional, y con esta modalidad, al obtener tanta parición temprana, la comercialización se adelantó. “Salían el 15 de diciembre y en esta oportunidad, como la seca no da tregua, se retrasó a la primera semana de enero: se cargaron 180 terneros con unos 180 kg promedio”, reveló.
Para finalizar, Mordentti destacó que lo bueno de esta tecnología es que por ser de bajo costo y simplificar el trabajo cada vez se difunde más. “Este año se sumó un tercer campo de El Progreso con 350 madres. Y varios pequeños y medianos productores, clientes míos y de otros colegas, también la están adoptando. Buscan concentrar las pariciones para producir más kilos de terneros, ganar más plata”, concluyó.
Fuente: Valorcarne