Turismo rural: un encuentro con los orígenes
Con una variada oferta de experiencias agrestes, costumbres y cultura de los entornos rurales, los productores agropecuarios del centro y sur bonaerense ofrecen productos y servicios de calidad, respetando su identidad y tradiciones. El INTA acompaña el trabajo de la Red de Turismo Rural que los agrupa y que tendrá su encuentro anual en Tandil el 19 y 20 de agosto.
El turismo rural se consolida como una opción cada vez más elegida para acercarse al campo, vivir experiencias en la naturaleza y conocer las costumbres y la cultura de los productores agropecuarios que combinan su actividad con el turismo. Casas y almacenes de campo y pulperías rurales, con comidas y sabores típicos, ubicados en la tranquilidad de los pueblos rurales. Caminatas por la llanura y ascenso a las sierras para disfrutar de paisajes soñados, pero también acceder a productos regionales como quesos, chacinados, alfajores artesanales y mermeladas. Un crisol de opciones para conectarse con el mundo rural.
“El turismo rural constituye una oportunidad de conectar y compartir con las comunidades, tanto locales como de otras regiones o ciudades, no solo los espacios naturales, sino también saberes, conocimientos y cultura que hacen a la producción de alimentos”, afirmó Horacio Berger –director del Centro Regional Buenos Aires Sur del INTA–.
Para Berger “conocer cómo se hacen los alimentos y otros productos, como fibras textiles, y el cuidado que le dedican quienes están involucrados con los distintos procesos hace también a cómo valoremos lo que consumimos y, sobre todo, el territorio que nos identifica como país”.
El turismo rural representa un complemento de la actividad agropecuaria que se desarrolla en localidades pequeñas o fuera del casco urbano de las grandes ciudades. Contribuye al desarrollo integral de las comunidades anfitrionas, al mejorar su calidad de vida y generar un fuerte impulso de la producción local de bienes y servicios.
“Las iniciativas de turismo rural integran la oferta turística con la producción agropecuaria y la elaboración de alimentos, donde entran en juego tecnologías, gestión de información, así como procesos organizativos. Aquí se dan procesos de innovación donde el INTA brinda su aporte desde distintas temáticas y disciplinas”, reconoció Berger.
La Red de Turismo Rural del centro y sur de la provincia de Buenos Aires está conformada por diez grupos con más de ochenta familias de productores y prestadores de servicios, capacitados y con conocimiento de la dinámica turística adquiridos mediante el asesoramiento técnico. Estas capacitaciones realizan los profesionales en turismo que se desempeñan como Promotores Asesores de experiencias asociativas o grupos enmarcadas en el programa Cambio Rural del SAGYP junto con extensionistas del INTA, a demanda de los prestadores.
“Estas experiencias asociativas tienen el propósito de fortalecer y difundir las propuestas de turismo rural de la región, la diversidad de productos, servicios y actividades disponibles, tejiendo una red de emprendedores que buscan posicionarse en un mercado en constante crecimiento”, sostuvo Julieta Colonnella –agente del Proyecto Cambio Rural del INTA–.
El turismo rural “es una estrategia que favorece el desarrollo territorial porque promueve la participación social y el asociativismo de los participantes, destacándose un mayor protagonismo de las mujeres y los jóvenes rurales y fomentando el arraigo rural”, expresó Colonnella.
A partir de las capacitaciones, la participación en ferias y encuentros, en la Red de Turismo Rural del centro y sur de la provincia de Buenos Aires, el 60 % de las unidades de negocios son llevadas adelante por mujeres.
Al respecto, Colonnella indicó que “muchas de ellas han ido modificando su rol tomando protagonismo en la gestión de la actividad y han adoptado un rol preponderante y diferenciando el quehacer diario de la prestación de servicios”.
La presencia del INTA y Cambio Rural en todo el territorio nacional posibilita contar con profesionales que asisten a los productores en la organización y gestión de las empresas agropecuarias, la producción y la comercialización de sus productos. Por otro lado, hace posible la vinculación de las demandas de los productores con las ofertas tecnológicas, así como el fortalecimiento de los procesos organizativos de los grupos en función de sus necesidades.
De este modo, las redes de turismo rural son acompañadas, capacitadas, monitoreadas y evaluadas por profesionales del INTA, Cambio Rural y profesionales de la actividad privada. Estos asesores son elegidos por los integrantes de las experiencias asociativas con el propósito de brindarles asistencia técnica y trabajar en función de mejorar las condiciones de posibilidades de los productores agropecuarios y prestadores de servicios ubicados en el entorno rural.
13° Encuentro Anual de la Red de Turismo Rural
En Tandil –Buenos Aires– se llevará a cabo el 13° Encuentro Anual de la Red de Turismo Rural del centro y sur de la provincia de Buenos Aires, los días 19 y 20 de agosto. Encuentro que se desarrolla rotativa y consecutivamente desde 2010, donde un grupo asociativo voluntariamente se ofrece de anfitrión para recibir a toda la Red.
Se esperan la presencia de 70 productores vinculados al sector, entre familias oferentes de servicios, técnicos y capacitadores. Son 51 emprendimientos de turismo rural, de los cuales hay cinco establecimientos con producción primaria –cerdos, tambos, olivos, huertas–; tres almacenes de campo; trece alojamientos; siete establecimientos gastronómicos: entre ellos tres de alfajores y chocolates artesanales; un emprendedor que ofrece excursiones en naturaleza y una artesana.
En este sentido, “iniciativas como el 13° Encuentro Anual de la Red de Turismo Rural revisten particular importancia para el INTA como instancia para contribuir al fortalecimiento del sector”, concluyó Berger.