Cómo cuidar a la huerta urbana del calor del verano
Desde el INTA destacan la importancia del riego en esta época del año, factor clave para obtener buenos rendimientos. Recolección de agua de lluvia, sistemas de riego por goteo y uso de mulch o cobertura vegetal, entre las estrategias para mantener la humedad del suelo.
Las altas temperaturas y no siempre abundantes precipitaciones le dan al riego un protagonismo clave en el cuidado de las huertas durante el verano. Es que, según los especialistas del INTA, la disponibilidad de agua es un elemento clave para el normal desarrollo de los cultivos y poder tener buenos rendimientos.
En esta línea, Francisco Pescio –especialista en huertas del INTA– señaló que es “clave” tener en cuenta ciertos aspectos para el cuidado de los cultivos para autoconsumo y, entre ellos, ponderó el riego.
“El verano es una época en la que la demanda de agua es fundamental, tanto por las altas temperaturas como por el consumo de las plantas”, especificó el técnico.
Y advirtió que, si no se puede garantizar el agua de riego, es muy posible que tengamos cosechas muy pobres, por lo que contar con agua es esencial para la huerta en verano.
A modo de ejemplo, explicó que una planta de tomate en activo crecimiento puede consumir alrededor de 20 litros de agua por día. Para poder cumplir con esta demanda, detalló una serie de estrategias que permiten conservar la humedad del suelo: recolección de agua de lluvia, sistemas de riego por goteo y el uso del mulch o cobertura vegetal.
En cuanto a la cosecha, el especialista destacó que el verano es la época con mayor aporte a la producción anual de la huerta. Mientras que algunas especies se cultivan a finales de temporada, como los zapallos o los pimientos, hay cultivos que se encuentran en plena producción a partir de diciembre, como las acelgas, zapallitos de tronco, zucchinis, tomates, pepinos, entre otros.
En esta época del año, los cultivos de verano ya fueron implantados y para algunas especies, como maíz o zapallo, ya estamos avanzado en la temporada de cultivo. Sin embargo, –recordó Pescio– hay especies y variedades de ciclo corto que se pueden incorporar como las variedades de lechuga adaptados a ciclo veraniego o tomates de crecimiento determinado.
Por último, el especialista consideró las posibles adversidades que pueden aparecer durante el verano producto de las altas temperaturas y humedad. En esta línea se refirió a los insectos dañinos, hongos y malezas, especialmente si hay buen riego. En esos casos, es necesario realizar un seguimiento diario de las plantas, de manera de identificar posibles problemas.
En algunas especies, como el tomate, esto puede ser particularmente problemático y por ello es considerado un cultivo relativamente “difícil”, no tanto por su fácil y rápido crecimiento, sino por la gran cantidad de adversidades que suele presentar. En este punto, Pescio recomendó acudir a los especialistas, leer materiales de consulta disponibles online –como el libro “Mi casa, mi huerta”.