¿La vaca le tiene miedo a las personas?
Aunque se han ideado muchos tipos diferentes de pruebas para evaluar el miedo a personas, presentamos en este artículo dos categorías básicas en ganado vacuno: la medición de la respuesta al manejo durante el ordeño y los test de aproximación.
Respuestas de encogimiento/balanceo/coceo durante el ordeño
En ganado vacuno lechero, un gran número de estos test se han aplicado registrando las respuestas de encogimiento, balanceo o coceo durante el ordeño. Se cree que el miedo a humanos es el mayor responsable de
estas respuestas.
Además se ha comprobado que la producción lechera de un rebaño está relacionada con la puntuación obtenida en la sala de ordeño.
Este método tiene varias ventajas, entre las que destaca la facilidad de realización y la objetividad, lo que permite comparar resultados entre estudios distintos.
Sin embargo, la respuesta del animal sigue estando condicionada al comportamiento del ordeñador y el número de ellas tampoco indica necesariamente una reacción al ordeño (ej. una vaca que permanece en rigidez puede recibir la misma puntuación que una relajada que no se
mueve). Esto explica la ausencia de correlación entre la aproximación de la persona en el establo y el número de respuestas de coceo durante el ordeño. Estas apreciaciones no invalidan el método sino que más bien sugieren la utilización conjunta de otros métodos.
Tests de aproximación
Los test de aproximación miden el comportamiento de un animal cuando un ser humano se haya cerca. El ganado vacuno doméstico muestra tendencias paradójicas tanto a aproximarse como a evitar a humanos. El
evitamiento se expresa como “distancia de huida” y el comportamiento de aproximación como una expresión de las tendencias bovinas a investigar los objetos nuevos existentes en su medio, ya sean inanimados o humanos.
Los test de aproximación pueden dividirse en dos grupos:
- a. Los basados en las puntuaciones dadas por observadores para la respuesta de los animales hacia los humanos. Ejemplo: reacción de novillas al ser tocadas de una forma estandarizada, test de docilidad (reacción al confinamiento en una esquina de la cuadra y posterior acariciamiento), etc.
- b. Los que registran medidas “objetivas”, como la distancia de huida (distancia a la que una persona puede acercarse a una vaca inmóvil antes de que se aparte o inicie un movimiento para alejarse), distancias de aproximación (distancia a la que una vaca se acerca a un hombre inmóvil en un camino con retorno), el tiempo transcurrido hasta la aproximación a una persona y la primera interacción con ella, el tiempo en proximidad de una persona, el número de interacciones y el tiempo invertido en alejarse de los experimentadores.
Los test de aproximación son relativamente sencillos de interpretar y han sido validados frente a medidas fisiológicas. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la respuesta de un animal a las personas está influida por aspectos como la postura y movimientos del observador, la capacidad de diferenciar personas en función de experiencias previas con ellas y que la respuesta no es la misma si se testa solo o en presencia de congéneres.
Igualmente existen diferencias raciales en las distancias de huida, independientemente de las condiciones de cría, encontrándose menores distancias en el vacuno de leche que en las razas cárnicas.
Las distancias de huida del ganado criado en condiciones extensivas suelen ser mayores que las de animales criados en sistemas intensivos, quizás por el menor número de interacciones con humanos en los primeros. Se han llegado a describir distancias de hasta 31 metros para el vacuno de carne en extensivo, en comparación con los 2-8 metros y 0-7 metros del vacuno cárnico en intensivo y del vacuno lechero, respectivamente.
En terneros, el comportamiento de aproximación se ha visto influido por la familiaridad con el observador y el género del mismo, prefiriendo aproximarse más a las mujeres que a los hombres. Las vacas se aproximan más veces a personas conocidas y menos a extrañas en condiciones experimentales.
En vacas lecheras se ha comprobado que la medición del temperamento basada en las distancias mantenidas respecto al experimentador no es un método fiable ya que éstas varían en función de la localización y tipo de manejos que previamente han recibido. De hecho, se ha propuesto que todos los procedimientos de manejo que sean aversivos, tengan lugar fuera de la explotación de cría para reducir el miedo que los animales desarrollan hacia sus cuidadores. Por otra parte, otros autores sugieren que el verdadero test para valorar el buen trato del ganadero a sus animales sería ver si las vacas muestran comportamientos de proximación y se acercan al ganadero en el pasto (mejor), si huyen cuando se aproxima (peor) o tan sólo permanecen de pie cuando él se acerca (neutral).
Fuente: LA RELACIÓN HOMBRE-ANIMAL EN LA ESPECIE
VACUNA – Bienestar animal en bovinos
Jorge Palacio Liesa. 2007. Dpto. Medicina y Cirugía Animal, Facultad de
Ciencias Experimentales y de la Salud, Universidad Cardenal
Herrera-CEU, Moncada, Valencia.
jpalacio@uch.ceu.es
Publicado en: Alonso Díez A.J., González Montaña J.R., Rejas López J. Congreso de la Sociedad Española
de Medicina Interna Veterinaria [cd-rom]. Universidad de León, 2002; pp. 103-107. ISBN 84-7719-810-1.