Día mundial del medio ambiente: la hora de la naturaleza
Un 5 de junio, pero de 1974, se celebró por primera vez el Día Mundial del Medio Ambiente. Este año el eje está puesto en la biodiversidad pero, ¿en qué consiste y por qué es tan importante preservarla?
El año 2020 llegó para hacernos despertar y cambiar el modo en que nos relacionamos no sólo entre seres humanos, sino también con todo lo que nos rodea. Los incendios en Australia, las inundaciones en Centroamérica e incluso la actual pandemia del COVID-19 nos muestran que nuestras vidas y la de todo lo que habita la Tierra están inevitablemente unidas. Debido a nuestro comportamiento durante el transcurso del último siglo, la naturaleza nos está enviando un mensaje de alerta.
Cinco décadas de impulsar la acción ambiental
Los efectos de las acciones humanas en el planeta están en la mira desde hace décadas. Así fue como, bajo el lema Solo una Tierra, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 5 de junio de 1974 como el primer Día Mundial del Medio Ambiente. Las formas de celebrar fueron creciendo con el tiempo y hoy, a 47 años de ese evento inicial en Estados Unidos, el Día del Medio Ambiente ya es una plataforma mundial con el foco en la concientización y la acción sobre nuestro rol en el planeta.
Esta fecha es la más importante a nivel global para fomentar actividades en pos del medio ambiente y este año tiene lugar en un contexto completamente anómalo para todos. Es por eso que en esta ocasión la protagonista es la biodiversidad, elemento vital para la vida tal como la conocemos.
Somos parte de un todo
El tema de este año es la biodiversidad, que abarca a más de 8 millones de especies, los ecosistemas en donde viven y la enorme variedad genética que hay entre ellas. A simple vista podría parecer que carecemos de relación con, por ejemplo, el pangolín, una especie que despertó especial interés durante los inicios de la pandemia.
Sin embargo, la biodiversidad es una compleja red que nos involucra a todos y cada uno tiene un papel irremplazable. El pangolín, el animal más traficado del mundo, quizá sin saberlo, contribuye al ecosistema enormemente al airear los suelos (ayudando en la salud de los mismos) y consumir millones de hormigas al año (lo que controla las plagas).
La biodiversidad es lo que sustenta la vida tanto en la Tierra como en el agua. Modificar o eliminar uno de sus componentes, por más insignificante que parezca, puede tener grandes consecuencias en todo el sistema. Es por eso que es momento de actuar por la naturaleza que nos rodea e involucra.
El impacto humano
Desde aquel primer Día del Medio Ambiente, el mundo ha cambiado drásticamente: la población humana se duplicó y el comercio mundial se incrementó unas diez veces, lo que implica que necesitaríamos los recursos de 1,6 planetas Tierra para poder satisfacer la demanda anual. Este aumento desmedido trajo cambios drásticos en todo el globo:
- cerca del 75% de la superficie terrestre y 2 tercios de los océanos se vieron transformadas por la actividad humana,
- entre 2010 y 2015 desaparecieron 32 millones de hectáreas de bosques,
- en los últimos 150 años, los arrecifes de coral se redujeron a la mitad,
- las especies de vida silvestre están desapareciendo entre 10 y 100 veces más rápido que en los últimos 10 millones de años.
Con la situación actual del COVID-19, la naturaleza nos mostró una vez más cuáles son las consecuencias para los humanos si alteramos el delicado equilibrio en el que vivimos. Este 5 de junio no es una conmemoración como las otras, es una nueva oportunidad para revertir nuestro impacto en la biodiversidad del planeta, una preocupación tan desafiante como urgente.
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional (VR)